Las entidades de gais y lesbianas alertan de un «brote de violencia» por parte de jóvenes contra las personas LGTBI en el ocio nocturno
DIARIO LA RIOJA.– En la madrugada del 27 de junio de 2010, David (nombre ficticio) estaba en el parc del Nord de Terrassa cuando otro hombre comenzó a insultarle. «Eres un maricón, os pensáis que sois unos intelectuales y por eso sois una mierda, sois unos sidosos, os tendrían que separar de nosotros», le gritaba, mientras le golpeaba con un cinturón. David cayó al suelo y sufrió policontusiones (estuvo dos días de baja) y además, el agresor le robó el móvil y la cartera.
Un mes más tarde, la historia se repitió. En el mismo lugar, el parc del Nord, y casi a la misma hora, agresor y agredido se volvieron a encontrar. Esta vez, David recibió un puñetazo en la cara y cuando estaba en el suelo, una patada en el costado, mientras escuchaba: «Eres un maricón de mierda, un cagado y un sidoso». Una herida en el mentón, un hematoma en la oreja y contusiones en codos y rodillas fueron el balance de este altercado, que tuvo una tercera parte el 27 de septiembre de 2011, cuando David ya había llevado a los tribunales a su atacante. «Oye, tú, sácame la denuncia o te vamos a matar, y ya puedes sacar una foto y dársela a tu abogada, que os den por culo, maricón». David fue víctima del odio, en toda su expresión (violencia, vejaciones, desprecio), y su agresor fue condenado a dos años de cárcel y a pagarle 648 euros de indemnización.PUBLICIDAD
El caso de David no es una excepcional. Ayer mismo, en Barcelona, otro joven fue insultado y estuvo a punto de ser agredido. «También es el día de soltar hostias. ¿Quieres ver cómo te las suelto? Te voy a hacer heterosexual a hostias», tuvo que escuchar. «Existe un brote de violencia hacia las personas LGTBI por parte de jóvenes en el ámbito del ocio nocturno, ya sea antes o después del ocio», denuncia el Observatorio Contra la Homofóbia (OCH) de Cataluña. Prácticamente cada día se produce un incidente por delito de odio en España y la tendencia no es positiva. Según el ‘Informe sobre la evolución de los incidentes relacionados con los delitos de odio en España’, elaborado por el Ministerio del Interior, en 2017 se registraron 271 hechos conocidos registrados, frente a los 230 del año anterior, un aumento del 17% que muestra una cara buena y otra mala: la primera, la mayor concienciación de las víctimas, que cada vez dudan menos a la hora de denunciar; la segunda, la homofobia que no cesa en una parte de la sociedad y que ahora, alertan las organizaciones LGTBI, puede verse impulsada e incluso legitimada socialmente gracias a mensajes de partidos como Vox.
La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) avisa de que los derechos de los homosexuales se han convertido en moneda de cambio entre los «partidos conservadores» y acusa a PP y Ciudadanos de «hacer el juego a la ultraderecha para conseguir espacios de poder».
Desde el primer momento, Vox ha tratado de acotar los derechos de los homosexuales. Su última iniciativa, en la Comunidad de Madrid, consiste en reclamar la anulación del plan integral sobre educación y diversidad y de los contenidos educativos que buscan evitar la comisión de delitos de odio basados en la diversidad sexual y de género. Los colectivos de homosexuales se han situado frente a Vox.
Según el Ministerio del Interior, de los 271 casos registrados, 204 (el 75,3%) se esclarecieron. En cuanto al sexo de la víctima, 265 fueron hombres y 154, mujeres; y por su edad, 27 y 30, respectivamente, eran menores, mientras que en el otro extremo, diez y cuatro tenían más de 65 años. Por estos ataques contra la orientación o la identidad sexual la Policía Nacional detuvo a 278 personas (201 hombres y 77 mujeres).
En el 2017, el Ministerio del Interior creó la Oficina Nacional de lucha contra los delitos de odio, dedicada, entre otras funciones, «al estuido y análisis de la tendencia de estos delitos». El Ministerio insiste en la necesidad de «seguir concienciando a las víctimas y a la sociedad en general de que este tipo de delitos no debe quedar impune ante la justicia y que actuar contra los delitos de odio significará vivir en una sociedad mejor».