Detrás de las cifras hay víctimas de salvajes agresiones como Vicky, que cuenta a laSexta la paliza que le pegaron: «Me dieron patadas en la cabeza»
LA SEXTA.- Es la segunda vez que le pegan una paliza en España, solo por ser trans. «Me empujan contra la pared, cuando ven que caigo me empiezan a dar patadas en la cabeza en el lado derecho. Tenía una inflamación que estaba haciendo que la parte derecha de mi cuerpo se durmiese», ha explicado Arely Victoria Gómez.
Vicky intentaba convencer a su amiga para que no se fuese con dos desconocidos y empezaron entonces los golpes y las vejaciones tránsfobas. «Es violencia psicológica, te menosprecian y te hacen sentir que no sirves para nada», denuncia.
El suyo no es un caso aislado, según los últimos datos de la FELGTB, el 70% de las personas trans fueron insultadas, cuatro de cada diez sufrieron amenazas o maltrato psicológico y un 16% fue víctima de agresiones o abusos sexuales.
A pesar de los datos sólo un 6% denunciaron. «Te sientes impotente cuando te pasan estas cosas, hay gente que no puede denunciar por miedo», añade Vicky.
Una ley estatal que les respalde, insisten desde las asociaciones, mejoraría la cifra. «Daría fuerza a las leyes de las Comunidades Autónomas y daría visibilidad a esos derechos del colectivo que muchas veces se desconocen», destaca Arantxa Miranda, desde la Vocalía de Cooperación y Delitos de Odio de la FELGTB.
El mapa que refleja las agresiones tránsfobas en el mundo que acaban en muerte es desolador. Según el observatorio de personas trans asesinadas, los países más peligrosos siguen siendo Brasil y México seguidos de Colombia, Venezuela, Honduras y Estados Unidos con 22 asesinatos a cierre del año pasado.
«Lo primero que recuerdo fue despertarme y tener mucha sangre en la boca, en la garganta y por todas partes. No es sólo que me pusieran el ojo morado, no eran sólo arañazos y moratones», ha recordado para ABC Amber Nicole Hernández, víctima de una brutal agresión.
Una lacra que hay que denunciar, insisten. «Hay que denunciar aunque creamos que no va a servir de nada», explica Vicky. Porque denunciando una agresión LGTBIfóbica, dicen, se destapa otra.