Los conservadores alemanes exigen más protección ante amenazas de neonazis

, , | 18 julio, 2020

EFE. LA VANGUARDIA.- La líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, ha exigido más protección para los políticos y otras figuras públicas del país, tras las amenazas de un grupo neonazi que aparentemente se hizo con sus datos personales a través de ordenadores policiales.

«La disposición a la violencia crece, también contra políticos locales. Necesitamos aumentar la protección. Quienes se comprometen con nuestro país merecen esa protección», afirma a través de su cuenta en twitter AKK, como se conoce a la sucesora de la canciller Angela Merkel al frente de la CDU, además de su ministra de Defensa.

Las declaraciones siguen al revuelo causado por las amenazas de muerte recibidas por varias figuras públicas del país y representantes del partido La Izquierda. Dichas amenazas iban firmadas con las siglas «NSU 2.0», en alusión a la célula terrorista «Clandestinidad Nacionalsocialista», que entre 2000 y 2007 asesinó a nueve inmigrantes y una agente policial en distintas partes del país.

La existencia del grupo salió a luz en 2011 tras matarse dos de sus tres miembros, acosados por la policía tras cometer un atraco. La tercera integrante del grupo, Beate Zschäpe, única superviviente, fue condenada a cadena perpetua en 2018.

Esta semana se conocieron las amenazas en nombre de ese grupo, que sus destinatarios recibieron en sus correos electrónicos. Presuntamente, sus datos personales procedían de ordenadores policiales del estado federado de Hesse (oeste del país).

A consecuencia del escándalo presentó su dimisión el jefe de la policía de ese «Land», Udo Münch, mientras se investigan los canales por los que dicho grupo accedió a los datos.

Entre los destinatarios hay representantes del partido La Izquierda, la actriz y cabaretista Idil Baydar, destacada por sus sátiras políticas, y la abogada Seda Basay-Yildiz, que en el proceso contra la superviviente de la célula neonazi NSU representó a familiares de las víctimas.

El jefe de la policía de Hesse, el estado federado donde se encuentra la capital financiera y banquera de Fráncfort, admitió tener conocimiento de «consultas irregulares» desde ordenadores del cuerpo desde el pasado marzo.

La cuestión ha sacudido al país, más allá de las críticas desde el partido izquierdista directamente afectado por las amenazas.

La CDU quedó conmocionada por el asesinato en 2019 de un político de sus filas del «Land» de Hesse, Walter Lübcke, acosado por la ultraderecha por defender la acogida de refugiados cuando crecían las críticas a Merkel por no haberles cerrado las fronteras en la crisis migratoria de 2015.

La audiencia de Fráncfort abrió el pasado junio el proceso contra el neonazi Stephan Ernst, acusado de haber acudido a la casa del político la noche del 1 de junio de 2019 y de haberle asesinado de un tiro disparado a escasa distancia con su revólver.

Lübcke había recibido reiteradamente amenazas de la ultraderecha por su compromiso con la acogida de refugiados. Su caso incidió en la indefensión ante situaciones de intimidación verbal o agresiones físicas que sufren políticos locales o alcaldes de poblaciones pequeñas, tanto conservadores como socialdemócratas, Verdes o de la Izquierda.

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