Levante.- Vigilancia y protección para la víctima de bullying desde el minuto uno, entrevistas con las familias y un «equipo de intervención» a las 24 horas como máximo. Educación y sindicatos han firmado un nuevo protocolo contra el acoso escolar en los centros, el primero que formará a los profesores para actuar rápido y en el momento en el que se denuncie. Entrará en vigor el curso que viene.
El anterior protocolo consistía en comunicar el caso al sistema Previ (de especialistas de Conselleria) y esperar la actuación. Esto podía tardar meses o hasta un año, mientras la víctima seguía hostigada por su acosador, y en muchos casos abandonaba el centro escolar esperando una respuesta que no llegaba. La nueva norma viene a agilizar la actuación y hacerla mucho más rápida.
Cuando se detecta un caso de acoso escolar lo primero es comunicarlo al docente y, de manera inmediata, este lo hará al erquipo directivo». La primera actuación es «acompañar a la víctima, supervisarla y vigilar bien los espacios en lo que se mueve» para que no se repitan las agresiones.
Mientras tanto, y con un plazo máximo de 24 horas, se tendrá que formar un «equipo de intervención». Tendrá, al menos, una persona del equipo directivo, el tutor o tutora del alumno, una persona de confianza del estudiante y el orientador u orientadora».
Con la víctima ya protegida, se comunicará igualmente al sistema Previ y empezará la intervención. Lo primero es hablar con la víctima y recoger toda la información sensible sobre el caso. El protocolo explica que si el acoso es por lgtbifobia también se intentará dilucidar si la familia representa un problema para el joven o la joven por mostrar su orientación sexual.
Lo siguiente son las entrevistas. Primero se hablará con todo el alumnado implicado, es decir, agresor pero también los espectadores, y por supuesto se evitará que víctima y acosador entren en contacto en las entrevistas. Tras eso se deberán hacer también «entrevistas individualizadas a las familias, que serán convocadas justo después de las entrevistas con los jóvenes».
Mientras tanto, y con un plazo máximo de 24 horas, se tendrá que formar un «equipo de intervención». Tendrá, al menos, una persona del equipo directivo, el tutor o tutora del alumno, una persona de confianza del estudiante y el orientador u orientadora».
Con la víctima ya protegida, se comunicará igualmente al sistema Previ y empezará la intervención. Lo primero es hablar con la víctima y recoger toda la información sensible sobre el caso. El protocolo explica que si el acoso es por lgtbifobia también se intentará dilucidar si la familia representa un problema para el joven o la joven por mostrar su orientación sexual.
Lo siguiente son las entrevistas. Primero se hablará con todo el alumnado implicado, es decir, agresor pero también los espectadores, y por supuesto se evitará que víctima y acosador entren en contacto en las entrevistas. Tras eso se deberán hacer también «entrevistas individualizadas a las familias, que serán convocadas justo después de las entrevistas con los jóvenes».
Mientras tanto, y con un plazo máximo de 24 horas, se tendrá que formar un «equipo de intervención». Tendrá, al menos, una persona del equipo directivo, el tutor o tutora del alumno, una persona de confianza del estudiante y el orientador u orientadora».
Con la víctima ya protegida, se comunicará igualmente al sistema Previ y empezará la intervención. Lo primero es hablar con la víctima y recoger toda la información sensible sobre el caso. El protocolo explica que si el acoso es por lgtbifobia también se intentará dilucidar si la familia representa un problema para el joven o la joven por mostrar su orientación sexual.
Lo siguiente son las entrevistas. Primero se hablará con todo el alumnado implicado, es decir, agresor pero también los espectadores, y por supuesto se evitará que víctima y acosador entren en contacto en las entrevistas. Tras eso se deberán hacer también «entrevistas individualizadas a las familias, que serán convocadas justo después de las entrevistas con los jóvenes».
Identificar el acoso
El protocolo pone varias pautas para identificar una situación como acoso escolar. La primera es que haya intencionalidad y agresividad hacia la víctima. La segunda es la reiteración, es decir, que la agresión se repita en el tiempo y no sea un hecho aislado. La tercera es que haya un desequilibrio de poder, como por ejemplo una diferencia de fuerza física, o cualquier otro patrón de ‘dominio-sumisión’.
Otra característica es que, a menudo, tiene un componente grupal. Lo normal es que no haya un solo agresor, sino muchos. Normalmente, además, hay «observadores pasivos», es decir alumnos que conocer na situación pero que no actúan para que cese. Por último está «la incapacidad de la víctima para salir por sus propios medios de esa situación».
El protocolo también se centra en el ciberacoso y le dedica un buen espacio. Las características son las mismas pero se le añaden que es una «violencia invasiva facilitada por la conexión permanente», y que los autores suelen ser invisibles. El sentimiento de indefensión, además, es mucho más fuerte poruqe «las personas pueden estar sometidas las 24 horas del día, 7 días a la semana«, a lo que hay que añadir la «potencial viralidad del mensaje», que puede tener una gran capacidad de audiencia en muy poco tiempo.
Las consecuencias sobre la víctima también se desgranan en el protocolo, y pueden ir desde su salud física (trastornos de sueño y de alimentación, problemas digestivos, fatiga, agotamiento…) hasta su salud mental (baja autoestima, miedo, soledad, inseguridad, tendencias autolesivas…) y por último afecta claramente a su rendimiento educativo (desmotivación, falta de rendimiento, absentismo o hasta abandono escolar).
Las consecuencias sobre la víctima también se desgranan en el protocolo, y pueden ir desde su salud física (trastornos de sueño y de alimentación, problemas digestivos, fatiga, agotamiento…) hasta su salud mental (baja autoestima, miedo, soledad, inseguridad, tendencias autolesivas…) y por último afecta claramente a su rendimiento educativo (desmotivación, falta de rendimiento, absentismo o hasta abandono escolar).