La ultraderecha alemana domina la batalla en las redes sociales con una estrategia de comunicación ‘digital first’. La AFD ha fichado para su campaña digital a la misma agencia que trabajó para Donald Trump y el Ukip. Uno de los retos de Merkel será controlar la expansión del extremismo de AfD, también en las redes sociales
TERESA ABURTO. EL MUNDO.- La ultraderecha alemana es ya la tercera fuerza política en el país que Ángela Merkel va a liderar por cuarta vez consecutiva. Ante sí, la canciller tiene a un rival cuya expansión tendrá que contener aunque no vaya a ocupar la oposición; ese será uno de los retos de esta legislatura para la CDU. Pero si Merkel quiere contener al primer partido ultranacionalista que entra en el Parlamento federal desde la Segunda Guerra Mundial, tendrá que hacerlo fuera del campo de batalla de las redes sociales o es posible que pierda.Un estudio publicado por la Universidad de Oxford revela que Alternativa para Alemania (AfD) es el partido que más tráfico genera en Twitter en Alemania. De un millón de tuits sobre las elecciones alemanas analizados entre los días 1 y el 10 de septiembre, el 30% contenían ‘hashtags’ asociados al partido que lideran Alice Weidel y Alexander Gauland. Si tenemos en cuenta que los seguidores de AfD en Twitter (80.500) son menos de la mitad que los de la CDU y un tercio de los del SPD, el dato es relevante.
Podríamos pensar que tienen una legión de bots (usuarios falsos) pero los desde Oxford apuntan que, aunque es cierto que el partido de corte ultranacionalista cuenta con un número mayor de cuentas automatizadas que los demás, el activismo de sus seguidores es real ya que el tráfico que generan estos bots «no es sustancial».
El éxito en Twitter de la formación no tiene punto de comparación al cosechado en Facebook, donde supera en número de seguidores (380.000) a los de la CDU y el SPD juntos. La ultraderecha comenzó a coger fuerza a partir de septiembre de 2015, cuando Merkel abrió las fronteras a miles de refugiados atrapados en Budapest, pero la clave de su auge desorbitado es consecuencia de un suceso más concreto.
Ese mismo año en nochevieja un centenar de mujeres denunciaron haber sufrido agresiones sexuales por parte de decenas hombres «árabes o del norte de África» en Colonia y otras ciudades alemanas. A raíz de este hecho, que conmocionó a la opinión pública germana, el tono de la AfD en Facebook se volvió más agresivo y sus publicaciones se empezaron a compartir hasta tres veces más, según datos extraídos de la red social.
La misma agencia de comunicación que Trump
La ultraderecha alemana ha apostado por una buena estrategia de comunicación digital y ha logrado dominar la campaña electoral en las principales redes sociales, que no ganan elecciones pero contribuyen a que cale el mensaje.
Uno de los responsables de su éxito es la agencia de publicidad a la que fichó para desarrollar su campaña online, la misma que colaboró en la campaña de Donald Trump y del Ukip. La estrategia de Harris Media para AfD se centra más en el ataque más que directo a Merkel y a su política de refugiados con eslóganes e imágenes agresivas, provocadores e impactantes.
A la canciller no parece interesarle las redes sociales más que para responder preguntas de ‘youtubers’ en campaña. Por el contrario Weidel, la cara más visible y carismática del partido xenófobo ha encontrado en las redes su mejor aliado para conseguir un perfil atractivo y fresco. Con una campaña muy cuidada ha aprovechado todos los canales a su alcance: vídeos promocionales que exaltan el sentimiento nacionalista (y que podría pasar por el tráiler de una película) compartidos miles de veces, interactuando directamente con su electorado a través de Facebook Live o mostrando cercanía con un vídeo en el que agradecía personalmente a su seguidor número 100.000 en la red social.
Si echamos la vista atrás, tanto la victoria de Trump como el triunfo del Brexit, la casi victoria de Marine Le Pen en las presidenciales francesas, la popularidad de Geert Wilders en Holanda y ahora el caso de la AfD, comprobamos que el populismo de ultraderecha ha cuidado sus campañas online y ha encontrado en las redes sociales un gran aliado para su difusión.
Pero lejos de alinearse con Trump tras sus buenos resultados, como ya hicieron Nigel Farage o Le Pen, la doctora Weidel dejó claro en una rueda de prensa que con el presidente de EEUU sólo comparte agencia de comunicación: «Si tuviese una lista de deseos para Donald Trump sería que tuitease menos y se dedicase a limpiar su casa y a atender a sus responsabilidades de Gobierno».