Internet se convierte, en ocasiones, en un hervidero de mensajes de odio contra religiones, razas y culturas
MIGUEL PALAZÓN. CADENA COPE.- Una sencilla búsqueda en una red social como Twitter da una idea de algunos mensajes que se vierten contra algunas creencias, religiones, razas y culturas. Probamos con la palabra «judío». No todos los mensajes son ofensivos, pero estos estar, están.
#siteriespierdes @wismichu qué es un judío con una máscara de gas? Un tramposo
— Iñigo (@JIC665) 29 de octubre de 2018
Da igual el formato: humor o ataque puro. Es habitual que en los tablones sociales encontremos este tipo de comentarios. De hecho, la temperatura sube con una expresión, por desgracia, usada de más: «moro de mierda».
El moro este de mierda ¿porque tiene que ir vestido así? Ya tenemos bastante con las moras y sus velos para ahora ver la gilipollez esta, joder que no es su país 😕😕. #GHVIPGala8
— El Comentarista de GH (@ElDiarioDeGHVIP) 1 de noviembre de 2018
Ahora, con «católico»:
Odio la iglesia, odio a la gente católica, cristiana, etc y sus ideologías de mierda, odio a dios, odio a todo lo que tenga que ver con vos mugre
— 🤪 (@guadaschiera) 3 de noviembre de 2018
Esta es solo una prueba de que las redes sociales lo aguantan todo, pero desde hace algunos años se intenta poner coto a estas actitudes. Por ello, nos estamos acostumbrando a titulares como el siguiente: «Detenido en Jaén un hombre por incitar a la violencia contra gitanos y musulmanes en las redes sociales«.
Sin embargo, la sensación entre la sociedad es que siempre se va por detrás. En la lucha contra los mensajes de odio en Internet intervienen tres actores: instituciones públicas y políticos, iniciativas privadas y, por último, la Ley.
Entre los primeros no solo encontramos falta de acción, sino quienes propician este tipo de mensajes. Por ejemplo, el recién elegido presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, un hombre que ha proferido frases como «Yo no corro ese riesgo, mis hijos fueron muy bien educados», en respuesta a la pregunta sobre si uno de sus hijos se emparejara con una persona negra. Otro ejemplo es China: allí, el gobierno comunista de Xi Jinping prohíbe evangelizar a los cristianos a través de la red.
A nivel particular, aunque con el apoyo del Gobierno, ha nacido la web ‘Somos más’, para «sensibilizar y prevenir contra el discurso del odio y la radicalización violenta». Es una iniciativa que, precisamente, se mueve en redes sociales como YouTube, una de las más consumidas por los jóvenes, quienes centran su atención. Asociaciones como ‘Movimiento contra la Intolerancia’ también promueven campañas contra el odio en redes sociales.
En cuanto a la legislación, la Ley Orgánica 1/2015 de 30 de marzo modifica el Código Penal e introduce castigos adicionales por la difusión en Internet de este tipo de mensajes. En su artículo 510 habla de «fomento, promoción o incitación directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra las personas» por motivos racistas, orientación o identidad sexual, razones de género, ideología, religión o creencias, y desde esa modificación la ley dice que:
- Las penas anteriores se impondrán en su mitad superior cuando los hechos se hubieran llevado a cabo a través de un medio de comunicación social, por medio de internet o mediante el uso de tecnologías de la información, de modo que, aquel se hiciera accesible a un elevado número de personas.
A todo ello se une una característica propia de Internet: el anonimato, que facilita lanzar todo tipo de proclamas e insultos sin descubrirse. Sea como sea, los expertos coinciden: el problema no son las redes. Es su uso. Y ante ello, la prevención pasa por ignorar, no caer en las provocaciones, y denunciar.