Las quejas contra el juez que llamó «hija de puta» a una denunciante de violencia de género: «Su modo de interrogar es humillante»

| 23 octubre, 2018

Cinco abogadas han denunciado ante el Consejo General del Poder Judicial al juez Francisco Javier Martínez Derqui por el trato vejatorio hacia ellas y sus clientas, y otra profesional se suma a las quejas. «Desde el principio, hizo un interrogatorio con ánimo acusatorio. Utilizaba un tono y una forma de preguntar que evidencian que estaba cuestionando a la víctima», explica una letrada en base a su propia experiencia. «¿Por qué no denunció en ese momento?», le preguntó a la clienta de Vanesa Arcas el pasado marzo. «Apenas la dejaba contestar, cuando le interesaba la cortaba y, en definitiva, la estaba machacando»

MARTA BORRAZ. ELDIARIO.ES.- Cinco letradas se han dirigido formalmente al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para quejarse del trato vegatorio hacia ellas y sus clientas del magistrado titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº7 de Madrid, Francisco Javier Martínez Derqui,  que llamó «bicho» e «hija puta» a una denunciante de violencia de género, según adelantó este lunes la Cadena SerEl vídeo de la sesión, que siguió grabando al finalizar el procedimiento, muestra al juez en conversación con la fiscala y una letrada en actitud de mofa. 

Las cinco abogadas cuentan en sus quejas su propia experiencia en referencia al trato dado por parte de Derqui tanto hacia ellas mismas como hacia las denunciantes. Es el caso de Marta Matarredona, la profesional que habló con varias de sus compañeras para interponer las denuncias tras ver el vídeo en el que el juez insulta a la denunciante. En su queja relata varios incidentes, entre ellos, uno en el que empezó «a dar puñetazos en la mesa totalmente fuera de sí» mientras le recriminaba que quién le había dado permiso para hablar porque «no me escuchó pedirle la venia».

«Su animadversión suele ir dirigida casi siempre a las mujeres; tanto abogadas como denunciantes como testigos. He visto a compañeras salir llorando de la sala de vistas de este señor y la diferencia de trato que realiza entre hombres y mujeres es bastante notoria e impropia de alguien a quien se le exige y presume imparcialidad», sostiene Matarredona. «En cuanto a las víctimas, su modo de interrogarlas es humillante, como si a priori no las creyera… Les causa daño y hace que se queden peor que al principio», cuenta la abogada en conversación con eldiario.es.

Fuentes del CGPJ aseguran a este medio que las quejas formales de las abogadas no han llegado aún al organismo, aunque ellas aseguran que las presentaron el pasado jueves. Actualmente, el Consejo mantiene abierto un proceso de investigación a raíz de la denuncia presentada por la defensa de María Sanjuan, que podría culminar en una sanción para el magistrado si el organismo considera que ha incurrido en algún tipo de infracción disciplinaria. Pocas horas después de que el vídeo saliera a la luz, el juez se apartó del caso de la conocida modelo.

Diana Carrillo es otra de las abogadas que le ha denunciado. En su escrito se refiere al caso de una mujer a la que la profesional defendía en su procedimiento de divorcio y que decidió denunciar a su expareja más o menos una semana antes de que se hiciera público el vídeo. En ese momento, y como marca la Ley, el caso pasó a un juzgado especializado en violencia de género, en concreto al nº7 de Madrid: «Le preguntó de una manera tan dura y con tanto ánimo cuestionador que ella en medio se echó a llorar», sostiene Carrillo, que alude a cómo acusó a la denunciante de ocultar el procedimiento civil de divorcio «después de que le preguntara por ello y ella contestara claramente que sí».

«La víctima se sintió humillada y vapuleada. Lo que creemos es que un juez con esta falta de sensibilidad no puede estar llevando ese tipo de procedimientos» y esto «debe servir para que reflexionemos qué está fallando en la justicia», cuenta la abogada.

Más abogadas con miedo a las represalias

La denunciante a la que defendía Carrillo salió de la vista con Derquii sin orden de protección, al igual que la de Vanesa Arcas, otra de las letradas. En el escrito presentado por esta última, al que ha tenido acceso eldiario.es, cuenta que durante su primera guardia en turno de oficio de violencia de género, el pasado mes de marzo, recayó su caso en el juzgado del que es titular dicho magistrado. Asegura que durante el interrogatorio hacia el investigado, el juez le interrumpió diciendo que no había lugar a sus preguntas, a lo que ella respondió que estaba respetando su turno. 

«Seguí preguntando y me volvió a cortar, pero ya gritando que no iba a consentir que siguiera preguntando. Yo le dije que estaba en mi derecho y me dijo que quién me creía y cuando le volví a decir que ‘no’ empezó a increparme fuera de sí», recuerda esta abogada, que coincide con sus compañeras al afirmar que observó un trato diferente al imputado y a la denunciante. En su caso, se trataba de una mujer que denunció a su expareja por amenazas y solicitó una orden de alejamiento ante el miedo que sentía de ser agredida. 

Todas las abogadas coinciden al asegurar que ha sido la noticia del vídeo en el que Derqui insulta a Sanjuan sin saber que está siendo grabado la que motivó las conversaciones entre unas y otras para interponer las quejas. Además, sostienen que son más las compañeras que han vivido experiencias similares, pero achacan la inexistencia de más denuncias formales al miedo a sufrir represalias al significarse. «Al principio piensas que es un tema personal contra ti, pero luego ves que es algo que se habla entre los y las compañeras, en los pasillos…», concluye Marta Matarredona. «No puede ser que alguien con una falta de sensibilidad tan absoluta esté llevando procesos por violencia de género», añade Diana Carrillo.

Otra abogada se suma a las quejas

Una sexta abogada, Eva Pérez Nanclares, se ha sumado a las denuncias públicas que estas cinco compañeras de profesión han hecho contra el juez Francisco Javier Martínez Derqui, y coincide en poner de manifiesto «el trato humillante» al que, según su propia experiencia, suele someter a las víctimas de violencia machista, para las que, asegura, se trata de un comportamiento «revictimizador».

«Desde el principio, el magistrado hizo un interrogatorio con ánimo acusatorio. Utilizaba un tono y una forma de preguntar que evidencian que estaba cuestionando a la víctima. Está claro que los jueces deben buscar contradicciones y evaluar si las denuncias son veraces, pero no se debe cruzar la línea. Yo tuve la sensación de que su intención a priori era poner de manifiesto que era una denuncia falsa y para ello dirigía sus interrogatorios e intervenciones con el objetivo de confirmar lo que él ya pensaba», explica Eva Pérez Nanclares, la abogada que se ha sumado a las quejas.

Coincidió con Derquii en julio de 2017, en cuyo juzgado recaló el caso de una mujer que denunció a su pareja por maltrato. Pérez Nanclares defendía a la denunciante como abogada del turno de oficio en violencia de género. La mujer salió de la declaración del juicio rápido sin orden de protección y con la sensación de haber sido cuestionada. «Ella estaba totalmente intimidada, que al final es lo más grave porque si a las víctimas ya les cuesta denunciar… La mujer salió de allí mucho peor de lo que había entrado. Yo lo que noté es que él piensa que las mujeres están ahí para hacerle perder tiempo al sistema o para complicarle la vida al hombre. En mi caso, daba la sensación de que pensaba que la mujer había denunciado para ahorrarse la vía civil sobre las medidas a adoptar con la hija que tenían en común».

 

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