Las comunidades musulmanas reclaman medidas para «evitar el contagio» del racismo europeo
DAVID GÓMEZ. LA OPINIÓN DE MURCIA.- En el barrio murciano de San Andrés, donde se encuentra la estación de autobuses, conviven desde hace más de una década ciudadanos españoles con personas que se han asentado en España procedentes de otros países, principalmente del Magreb. En sus calles han proliferado los negocios abiertos por inmigrantes, así como una de las cinco mezquitas que hay en Murcia, llamada Al-Andalus. La convivencia, en líneas generales, es pacífica, aunque siempre está quien no pueden tolerar que haya personas que realicen prácticas culturales o religiosas distintas.
Eso les ha pasado en estos últimos días a los fieles que acuden a rezar a la mezquita del barrio de San Andrés, ubicada en la calle Picos de Europa. En sus alrededores, han aparecido en los últimos días pintadas ofensivas contra la religión mahometana. «Muerte al Islam», se puede leer en un edificio próximo al centro religioso. Y no es la primera vez que pasa. En 2012, el centro de oración de La Aljorra, en Cartagena, también sufrió ataques.
La pintada ha hecho reaccionar a la Unión de Comunidades Islámicas de España, cuyo presidente, Riay Tatary, reclamó ayer actuaciones para «evitar el contagio» del rechazo que, según asegura, sufre la comunidad musulmana en Europa. Tatary recuerda que en las últimas semanas tres mezquitas fueron incendiadas en Suecia y que en Alemania han tenido lugar manifestaciones de rechazo a la inmigración. En España, además de en Murcia, han aparecido pintadas ofensivas junto a mezquitas en Madrid.
«Llamamos a los poderes públicos a que defiendan el Estado de Derecho con los medios judiciales y policiales de que disponen y se acate la legalidad vigente», concluye el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas en un comunicado de prensa.
Para el presidente del Centro Islámico Al-Andalus de Murcia, Yahya Zorhouni, las pintadas aparecidas en San Andrés constituyen «un hecho aislado», que ni siquiera cree que sean fruto de la intolerancia sino que proceden «de personas que no tienen nada mejor que hacer, no hay ningún grupo organizado con la intención de acabar con nosotros».
Zorhouni señala que, en los ocho años que lleva abierta la mezquita, la convivencia con los vecinos de la zona es ejemplar. «Jamás hemos tenido una queja, ni cuando en las fiestas especiales hemos tenido que quedarnos hasta tarde en la mezquita», señala el presidente del Centro Islámico Al-Andalus de Murcia.