El Frontex alerta del aumento de los precios y la APDHA de la cifra “insoportable” de muertos
JAVIER PAJARÓN. LA VOZ DE ALMERÍA.- Mercado, oferta y demanda. Las mafias honran los pilares del capitalismo en plena crisis humanitaria en el Mar de Alborán. Los traficantes celebran la presión migratoria en Marruecos y Argelia con un empobrecimiento de la calidad de las embarcaciones y los motores y con un encarecimiento de los precios de los ‘billetes’.
La Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) pone cifras a la inflación. “Los contrabandistas de personas se benefician del creciente número de migrantes y aumentan sus precios. Mientras que hace un año, el precio promedio para cruzar de la costa marroquí a España era de alrededor de 500 euros, ahora el precio se ha duplicado”.
Migrar en patera es ahora más caro y peligroso, especialmente para los ciudadanos subsaharianos sometidos a la explotación desde la misma salida de sus países de origen. “Los africanos subsaharianos llegan a Europa con la ayuda de contrabandistas locales marroquíes. Pagan entre 1.000 y 1.500 euros para cruzar a España, dependiendo de la zona del cruce y del tipo de barco utilizado. Por lo general, son reclutados por compatriotas que trabajan para los contrabandistas marroquíes”.
Según el informe anual de Frontex, publicado a finales de febrero, las costas españolas recibieron casi 23.000 inmigrantes irregulares en 2017 (sin contar los saltos de valla y situaciones análogas en Ceuta y Melilla). Solo la provincia de Almería acogió a más de 5.500 personas, según datos de la Policía Nacional. Sólo Cádiz recibió más inmigrantes irregulares en este periodo.
Los paquetes
Las estadísticas desbordan la comparación con los ejercicios anteriores y acredita la existencia de una importante presión migratoria, aprovechada por los traficantes.
“Los contrabandistas ofrecen diferentes paquetes, dependiendo de la riqueza de sus clientes, algunos incluso incluyen varios intentos. Los migrantes en esta ruta pueden cruzar en los botes de juguete más baratos, botes de goma más grandes, botes inflables con un potente motor, una lancha rápida o incluso motos de agua”, dice Frontex.
“En la última parte del año, el aumento observado en el uso de botes de goma al este del Estrecho de Gibraltar, utilizado por inmigrantes subsaharianos, sugiere una mayor actividad de redes de contrabando de personas, ya que es poco probable que los botes y los motores necesarios haber sido adquiridos por los propios migrantes (principalmente subsaharianos)” agrega la agencia.
El aumento de la demanda ofrece oportunidades para el negocio del tráfico de seres humanos. Como ha denunciado en varias ocasiones el responsable del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Almería, Miguel Zea, los botes muestran cada vez peores condiciones y apenas cuentan con combustible para salir de aguas marroquíes y alcanzar la llamada ‘Zona Sar’ de España.
Esto es, buscan un punto del Mar de Alborán accesibles para las patrulleras de Salvamento Marítimo, la Guardia Civil y el propio Frontex (la agencia tiene un barco con base en el Puerto de Almería y un avión disponible en la llamada Operación Indalo contra los tráficos ilícitos).
La ecuación es sencilla. Más inmigrantes en el mar, más precariedad de los botes, más muertos en pateras. El año pasado 249 personas perdieron la vida en la ‘Frontera Sur’, según el informe de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) presentado hace una semana.
“Las cifras de muertes son insoportables”, señala. “Unas 6.000 personas han muerto en los últimos 20 años. Estas son muertes confirmadas, las estimaciones multiplican la cifra por tres, lo que convierte a nuestro mar en un extenso cementerio, en testigo de una tragedia de proporciones bíblicas, a la que nuestras administraciones no prestan la mínima atención. Su esmero no está en salvar vidas, sino en enroscar más y más concertina, por la que se desangran los derechos humanos”, critica el informe.