«Las familias no entienden los informes psicológicos de sus hijos»: nueva denuncia por la imposición del valenciano en las aulas.

| 30 octubre, 2022

ABC.- Marc Blanco preside la primera asociación de padres y madres de alumnos en defensa del castellano en la Comunidad Valenciana.

La política comunicativa monolingüe únicamente en valenciano del Gobierno de Ximo Puig con las familias de escolares está empezando a ocasionar los primeros problemas importantes en algunos hogares. «Hay padres que no entienden los informes psicológicos de sus hijos, es una exclusión total», denuncia Marc Blanco, fundador de la primera AMPA en defensa del castellano en la Comunidad Valenciana.

Esta circunstancia extrema solo es un reflejo de una situación cotidiana que muchos sufren con mayor o menor incomodidad. «Lo sabes, lo lees, te lo cuentan los demás, pero cuando lo vives en primera persona…», relata este padre de tres hijos, nacido en Barcelona y que no tiene ningún problema de comprensión con el idioma, ahora afincado en Peñíscola (Castellón): «Soy catalán y entiendo perfectamente el valenciano, pero mi mujer es cubana y siente frustración porque no entiende las comunicaciones«.

Esa intencionalidad de relegar a un idioma oficial, él la detecta en más cuestiones. «Hay un detalle que para muchos pasa desapercibido, y es que no hay libro de castellano, sino unas cien hojas fotocopiadas que tienes que ir al estanco a encuadernar, lo que me parece un desprecio», señala.

Al parecer, la «excusa» que dieron para esta diferenciación era la edición era igual para los dos libros, pero para la enseñanza de la asignatura de castellano, las familias cuentan con esa fichas que tienes que encuadernar y llevar. «Muchos padres no le dan importancia, pero ¿por qué no lo hacen con el de valenciano, porque quieren que el castellano sea residual?», lamenta, sin restar por ello valía a la educación que igualmente van a recibir sus hijos de los profesores, aun sin ese soporte de libro.

«Viene pasando desde Infantil, en Primaria no se trabaja tampoco la lengua, y hay un único libro de lectura con el pasan todo el ciclo», añade Blanco.

Población foránea y temporal

Acerca de su motivación para crear el AMPA, rememora que el año pasado en la puerta de su colegio ya se hablaba entre algunos padres. Sobre todo, la falta del derecho de acceso a la lengua común a toda España afecta a «gente de fuera de la Comunidad Valenciana o de otro país, tienen dificultad hasta para ayudarles a hacer los deberes a sus hijos, niños de diez años de padres de Rumanía, Ecuador, o que vienen de otras autonomías y no entienden nada, cuando para algunos vivir aquí es luego temporal y luego se tienen que ir por el trabajo a otro sitio».

Ahora llegan las notificaciones a los padres «todas en una lengua, independientemente de quién seas, de donde venga, no les hacen partícipes de la vida académica de sus hijos», a su juicio una «dictadura lingüística», tal como lo describe en Youtube.

Este joven panadero ya encabezó espontáneamente en su propio centro educativo las primeras reclamaciones para recibir la información en las dos lenguas oficiales: «La gente me preguntaba y yo sabía que para que te manden las comunicaciones en las dos lenguas, hay que pedir cita con la directora, rellenar una instancia… todo para recuperar un derecho, tienes que perder una mañana de trabajo… con las facilidades tecnológicas que hay hoy en día, tienes que hacerlo en persona».

Firmas invalidadas por salirse de un recuadro

Como anécdota surrealista de lo que parece una intencionalidad para obstruir estas solicitudes de comunicación en castellano, Blanco cuenta cómo el año pasado realizó una recogida de firmas para pedirlo de forma más colectiva, no familia a familia individualmente. «Decidí enviarlo a la Conselleria porque no quiero hacer perder tiempo con estas cuestiones a los profesores -ni un minuto- en el colegio, ya que son el último eslabón de esta cadena del mal», matiza.

La respuesta lo dejo estupefacto: «Me dijeron que tenía un defecto de forma, porque había firmas que se salían del recuadro, pero es mentira, porque se correspondía a un escrito en la página anterior, que continuaba en las siguientes hojas, en fin, que obviaron las firmas y lo trataron como una particular mía».

A raíz de este intento, Blanco recibió la llamada de un jefe de zona de la Administración educativa. «Intentaba disuadirme, decía que esto del valenciano tenía que ver con cuestiones pedagógicas, me llegó a decir que si quería, que lo sometiera a votación en un claustro de profesores; ¿votar por un derecho constitucional?», recuerda.

Después de este episodio que «roza lo absurdo, porque en lugar de contestar con un escrito y argumentos legales, proponen que se vote», luego ya quedó todo en «silencio administrativo».

Asesoramiento jurídico de Hablamos Español

Y cuando empezó a buscar información para ver cómo reconducir esta casi cruzada personal, encontró la asociación Hablamos Español. «Lo que más me gustó es que es apolítica, entre en contacto con ellos y creamos el AMPA en Comunidad Valenciana, de forma que ahora la gente puede dar la cara o hacerlo mediante notario y permanecer en el anonimato, lo importante es que contamos con el asesoramiento jurídico de Hablamos Español, es una iniciativa genial».

Asegura contar con el apoyo mayoritario en el colegio, tal como atestiguaron aquellas 210 firmas recogidas en apenas tres días («solo al mediodía») entre 350 familias de alumnos. Blanco también ha recibido la llamada de un padre de un colegio de un pueblo de al lado para formar otra AMPA allí.

«No pueden hacerlo, seguir excluyendo de la sociedad a las personas, nuestro objetivo es que la asociación suscite interés, que se sepa que tenemos derechos y vamos a estar bien asesorados legalmente, somos víctimas de una imposición lingüística y a las AMPA es mucho pedirles que luchen en algo así, en asuntos legales», enfatiza.

Ahora su labor va a apuntar a presentar escritos con fundamento jurídico en defensa del interés general: «Tenemos una representatividad, somos una mayoría y no hay libertad de elección de lengua vehicular, también por culpa nuestra, los padres hemos estado a lo que han querido, somos una mayoría maleable y adormecida pisoteada por una minoría intransigente».

Incluso sin ahorrar esta autocrítica, Blanco confía en el impulso de su joven AMPA respaldada por la asociación nacional Hablamos Español, que preside Gloria Lago. y que ha creado otras asociaciones de familias con estos mismos fines en Cataluña y otras regiones bilingües, con intención también de trabajo en común en la red AmpaTotal. «No lo van a conseguir, si despertamos, si ponemos voluntad, nos organizamos y presentamos los escritos que haga falta».

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