Comparecieron en el Capitolio después de que Trump subiera más la apuesta en sus comentarios racistas y xenófobos
FRANCESC PEIRÓN. LA VANGUARDIA.- Sin atisbo alguno de miedo, la congresista Ilhan Omar aseguró que “esta es la agenda de una nacionalista blanco”. Así describió esta congresista por Minnesota el ataque en el que ella y sus tres compañeras novatas en el Capitolio, las cuatro de color, están sufriendo desde la incendiario tribuna del presidente estadounidense, Donald Trump . “No nos callará”, terció Ayanna Pressley, representante electa por Massachusetts, y que se encargó de arrancar la comparecencia agradeciendo las muestras de solidaridad que están recibiendo.
Ella dos y sus otras dos colegas, Alexandria Ocasio-Cortez, electa por Nueva York, y Rashida Tlaib, por Michigan, comparecieron este lunes en el Capitolio después de que Trump todavía subiera más la apuesta en sus comentarios racistas y xenófobos contras las cuatro mujeres que debutaron en el Congreso este pasado enero y que representan a los otros americanos.
Omar, que no se cortó al denunciar que Trump se confabuló con gobiernos extranjeros para ganar las elecciones, y Tlaib llegaron a pedir el “impeachment” o procesamiento del presidente por la corrupción de su administración y la burla que supone su presidencia respecto a los derechos constitucionales.
“No vamos a caer en el cebo”, expresa Pressley
Trump inició su arrebato el domingo con unos tuits en los que pedía a estas cuatro congresistas que se fueran a sus países, descritos como lo peor, y ayudaran en su reparación. Sucede que, salvo Omar, nacida en Somalia pero naturalizada ya hace años, las otras tres han nacido en Estados Unidos. Este es el país que por lo visto han de reparar y este martes, en su comparecencia conjunta de réplica, indicaron que están en esta tarea.
En lugar de contenerse –dar un paso atrás es impensable para él-, el presidente amaneció el lunes disparando de nuevo. Las acusó a ellas de “racistas” y les sugirió que deben pedir perdón Estados Unidos, al pueblo de Israel y al propio Trump. Al cabo del rato, en un acto propagandístico en la Casa Blanca, Trump todavía escaló más su arrebato. Las acusó de “odiar a Estados Unidos y a Israel”, les dijo que se fueran si no les gustaba el país –“nadie os va a echar de menos”- e incluso comentó que a Omar se le inflaba el pecho cuando oía hablar de Alqaeda.
Totalmente desbocado, y a pesar de que algunos legisladores conservadores han expresado su disconformidad con el presidente, los altos cargos del Partido Republicano han preferido hacerse el sordo y callar.
“No vamos a picar en el cebo, sólo busca distraernos de los verdaderos problemas de este país, de la falta de sanidad, de vivienda asequible, del drama en la frontera y la vulneración de los derechos humanos al meter a niños en jaulas o hacer redadas masivas”, sostuvo Pressley. “Somos más de cuatro, muchos más, los que luchamos por un mundo con mayor equiparación social”, insistió.
“Sólo quiere dividirnos por raza, religión, por el color, esta es su manera de enfrentarnos unos a otros para sacar provecho político”, señaló Omar. “No voy a dignificar eso con uan respuesta”, contestó a la pregunta de que le parecía que Trump la hubiese convertido en fan de un grupo terrorista.
Dirigiéndose a los niños, Ocasio recalcó que las palabras de Trump representan lo contrario de los valores de esta nación. “No importa lo que diga el presidente, este país os pertenece. Este fin de semana, el verdadero sentido de esta noción ha sido desafiado”.
La del Bronx remarcó que los ataques del presidente responder únicamente a su incapacidad de debatir su política a ras de suelo. “Es incapaz de mirar a un niño, a cualquier persona, y explicar porque enjaula a los menores”, prosiguió. “Mentes y líderes débiles desafían la lealtad a nuestro país para evitar el reto y el debate de sus políticas”, añadió.
“El racimos y la xenofobia forma parte del código de actuación del presidente”, remarcó Tlaib. “Sabemos quién es y a que nos enfrentamos”, subrayó.
En el aire quedó la respuesta a la cuestión de si les preocupa su seguridad ante estos comentarios “dolorosos y llenos de odio”.