FCO PELAYO. 20 MINUTOS.- La brutal pelea entre bandas latinas del pasado día uno en distintos puntos del distrito de Puente de Vallecas volvió a evidenciar que la erradicación de estos grupos violentos está aún lejos de concretarse. La imagen de un joven entrando pistola en mano en un locutorio de la calle Peña Gorbea y disparando sin piedad contra otro suponen un punto de inflexión en la lucha policial. Nunca se habían visto en Madrid imágenes como esa, más propias de una película de acción norteamericana.
«Ahora actúan de forma más violenta que antes, como lo hacen en los países latinoamericanos. Quizá sea porque muchos ya llevan pistola y tienen otras armas de fuego. Eso les hace sentirse más fuertes. En el suceso de Vallecas, por ejemplo, se incautó una escopeta de cañones recortados», señalan a 20minutos fuentes policiales solventes, que explican que estas organizaciones compran las pistolas de fogueo y luego las modifican para poder usar balas reales. «Hace unos años solo usaban bolomachetes, cuchillos y algún bate. El uso de armas de fuego no era habitual».
En la actualidad, la Policía Nacional tiene controlados como miembros relevantes de bandas latinas a unas 300 personas, aunque la cifra total de pandilleros en la Comunidad rondaría el millar. «A acciones violentas como la de Vallecas, que fue una salida para ‘cazar’ a miembros de otra banda, suelen mandar a chicos que llevan poco tiempo para que puedan demostrar su valía y que no están fichados», aclaran las mismas fuentes.
Un reciente informe realizado por el Centro de Ayuda Cristiano de Madrid, que ayuda a jóvenes a salir de las bandas, señala que el número de miembros adscritos a las bandas latinas rondaría los 1.200. Trinitarios es la banda más numerosa, seguida de los Dominican Don’t Play (DDP) y de los Ñetas (ver gráfico). Las dos primeras organizaciones son las que más han crecido en los últimos años tras la casi desaparición de los Latin King.
«Estamos viviendo un auge porque los jóvenes siguen estando desatendidos en casa, en su hogar. Tienen padres, pero no tienen una familia. Y las bandas se presentan como una familia», opina Alberto Díaz, pastor del Centro de Ayuda Cristiano. Díaz desvela que los chicos que llegan a su institución pidiendo ayuda para salir de las bandas son captados normalmente en «institutos, discotecas, en los centros deportivos del barrio y en los parques» desde los doce años aprovechándose de que muchos vienen de «familias desestructuradas».
Desde los sucesos de Vallecas, la Policía Nacional ha realizado varias detenciones. El operativo más destacado ha sido la Operación Locutorio. En la redada se inspeccionaron locutorios, locales de ocio, parques y otros puntos de reunión de integrantes de bandas latinas en Usera, Villaverde, Puente de Vallecas, Tetuán, Centro y Arganzuela.
El Ayuntamiento de Madrid puso en marcha en septiembre un plan de lucha contra las bandas latinas. La iniciativa se centra en la detención de pandilleros con armas para su incautación. Para ello, los agentes de la Policía Municipal patrullan en espacios de ocio, como los parques. Este plan se desarrolla en Puente y Villa de Vallecas, Moratalaz, San Blas, Ciudad Lineal y Vicálvaro. Este medio ya adelantó la puesta en marcha de un dispositivo especial contra estos grupos para las fiestas de La Elipa.
Se financian con robos, cuotas y la venta de drogas
En su última memoria, la Fiscalía de la Comunidad de Madrid alerta de nuevo de la «reactivación de la actividad criminal de estos grupos», que se inició en 2015 cuando llevaban desde 2007 con una tendencia a la baja. Según el informe, las bandas latinas se mostraron en 2018 más activas que el año anterior: ejecutaron 33 acciones criminales frente a las 31 de 2017. Como consecuencia de ellas, las fuerzas de seguridad detuvieron a 65 miembros, nueve más que en 2017. Los Trinitarios son responsables de la comisión de la mayoría de los delitos (19) ejecutados por estas organizaciones en 2018.
La Fiscalía de Madrid define las bandas latinas como grupos organizados y jerarquizados, que se rigen por un conjunto de reglas y leyes, conocidos como ‘la Constitución’ o ‘la Literatura’, poseen una fuerte cohesión interna y se financian con cuotas obligatorios de sus miembros, del botín de los robos con violencia que cometen y de la venta de droga a pequeña escala. Sus integrantes se agrupan en los llamados capítulos, formados por individuos que oscilan entre los veinte y los treinta miembros en diferentes distritos de la capital.
El documento asegura que las bandas latinas han comenzado a abandonar los parques y lugares públicos como sitios de reunión para ocupar inmuebles vacíos donde preparan sus acciones delictivas y comercian con droga.