A Down España les preocupan los núcleos familiares con personas muy mayores y las medidas de protección de las que puedan proveerse o los padres con bebés en atención temprana
LAURA MARTA / ERIKA MONTAÑÉS. ABC.- De repente, la rutina cambia, sin avisar y sin explicación: clases cerradas, atención personalizada limitada, comunicaciones cortadas. Los colectivos que suelen tener alguna dificultad añadida ven multiplicados sus obstáculos con el coronavirus. Pero lejos de querer caer en el victimismo se levantan con lo que pueden y tienen para seguir creciendo en la sociedad.
«Es una situación inédita en la que todos estamos aprendiendo y adaptándonos. Si es muy angustiosa para cualquiera de nosotros, a una persona ciega o sordociega la puede llevar al límite. Por eso lo primero que hicimos fue llamarlos rápidamente a ver cómo estaban. El apoyo psicológico ahora es importantísimo, tenemos que hacer que se sientan acompañados en todo momento aunque sea vía telefónica», cuenta Andrés Ramos, director general adjunto de Servicios Sociales de la ONCE. «La red de voluntarios se ha volcado también para ayudar en las gestiones que a todos nos resultan sencillas como ir a la farmacia o comprar en el súper», prosigue.
En Down Madrid dedicaron «su» día, el Día Mundial de Síndrome de Down, a los héroes sin capa que «siguen desarrollando su función para garantizar la salud y la seguridad de los ciudadanos». El reto «Calcetines Desparejados» estuvo dedicado esta vez a todos los profesionales sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, personal de limpieza, de supermercados y cuidadores de personas mayores y voluntarios.
Además, conscientes de la delicada situación en la que se encuentran muchas familias, la imaginación también ha llevado a Down Madrid a tratar de solventar las posibles dificultades. «En Down Madrid estamos adaptando nuestros servicios a la nueva situación con la mayor premura, pues nuestras familias nos necesitan ahora más que nunca. Además, nos necesitan más cerca a pesar de la distancia física. Está claro que toda crisis requiere soluciones creativas y en ellos estamos trabajando», explica Ignacio Egea, presidente del Patronato de Down Madrid.
«En general está siendo el mismo agobio que para cualquiera; sí hay casos con más dificultad, como las personas con espectro autista que necesitan una rutina, pero somos un colectivo en el que la familia es el soporte básico y lo están resolviendo», indica Agustín Matía, director gerente de Down España. Les preocupan, claro, los núcleos familiares con personas muy mayores y las medidas de protección de las que puedan proveerse o los padres con bebés en atención temprana.
«La red de contactos está funcionando, aunque sí que necesitaremos más recursos si esto se alarga». Es consciente de que muchos colectivos saldrán muy desatendidos de esta crisis y la sociedad deberá levantarse junta y con un grado más alto de generosidad. Una empatía que exige desde ya para evitar un mensaje negativo y que a veces surge de forma automática con las personas con síndrome de Down: «Queremos subrayar que una persona con discapacidad no es población de riesgo por tener una discapacidad. Lo será por los motivos de cualquier persona: patologías previas o por edad. La discapacidad no es un riesgo».
Salidas terapéuticas
Pero en algunos casos sí que se necesitan ciertas medidas extraordinarias. Como la de salir a la calle. «Para las personas que presentan problemas de comportamiento, estas salidas terapéuticas, muy cortas y acompañadas, mitigan el sufrimiento de sentirse encerradas, que puede derivar en autolesiones o lesionar a otros», indica Enrique Galván, director de Plena Inclusión España. «Es de vital importancia mantener la calma en casa y seguir unos hábitos que compensen el estrés que va a ir aumentando. Son momentos de priorizar los aspectos esenciales de la salud, la estabilidad emocional, el cuidado de las relaciones y la comprensión de la gravedad del momento». Piden acceso rápido al personal sanitario y medios de protección porque en las residencias y pisos tutelados, únicos servicios que siguen en activo, también hay ya contagiados. «En algunos lugares la situación es dramática; el personal también está enfermando», señala.
Para todos, la tecnología es su aliado. El apoyo telemático es básico para solucionar cualquier urgencia. Plena Inclusión ha creado la aplicación «Ante el coronavirus nos conectamos» para ofrecer información, orientaciones y un espacio para el intercambio. La ONCE, por su parte, también da clases a distancia, indica cómo acceder al ocio o a la biblioteca en braille y tiene una red de médicos para consultas. Además, ofrece un sistema inmediato por si hay que proveer de un bastón que se rompe o un termómetro parlante que ha dejado de funcionar. «Y, sobre todo, simplemente, para que sepan que estamos con ellos. Que nadie se sienta solo; el peor sufrimiento».