El País/Pablo Linde.- Los colegios profesionales recibieron 843 denuncias de acciones violentas, físicas o verbales, contra facultativos. Supone un 38% más que el año anterior y la mayor cifra que han registrado.
Los colegios profesionales de médicos de toda España recibieron 843 denuncias de agresiones físicas y verbales en 2022. Es la mayor registrada desde que la Organización Médica Colegial (OMC) comenzó a medir la estadística, en 2010, y supone un crecimiento del 38% con respecto al año anterior.
La cifra es “la punta del iceberg, ya que muchos médicos se han acostumbrado a convivir con las amenazas y no las denuncian”, ha dicho José María Rodríguez Vicente, secretario general de la OMC y miembro del Observatorio Nacional de Agresiones, que ha presentado los datos dentro de la primera jornada europea de agresiones al personal sanitario, celebrada este jueves en Madrid.
“Quizás la pandemia ha cambiado a toda la sociedad, que ha salido con más ansiedad, más depresión y más agresividad. Y la covid ha generado también la pospandemia, esas consultas que no se realizaron en su día, que han provocado una demora… y cuando el paciente llegaba al médico ha habido diagnósticos que ya eran catastróficos. Quizás esas sean las razones de esta subida”, ha hipotetizado, dejando claro que el estudio es cuantitativo y no analiza qué hay detrás del crecimiento de las agresiones.
La mayor parte de las agresiones son insultos y vejaciones (47%), seguidas por amenazas y coacciones (37%) y por lesiones (16%). El perfil más frecuente de la agresión es una que se produce a una médica (son mujeres en el 61% de los casos) de atención primaria (43%) en la sanidad pública (89%), por parte de un hombre (55%) de entre 40 y 60 años (51%) que tenía una cita programada (48%) con discrepancias por la atención recibida (41%). Un 10% de estas agresiones han tenido como resultado la baja laboral del médico y un 42% han sido denunciadas a las autoridades (ya sea a los tribunales, policía, o Guardia Civil).
Las agresiones han crecido en todos los ámbitos, pero en términos relativos, la atención primaria tiene menos peso que en 2021. En los hospitales sube cinco puntos y se coloca en el 27%, por delante de urgencias hospitalarias (9%) y urgencias ambulatorias (8%). 2 de cada 10 agresiones no están relacionadas con atención médica o cuestiones asistenciales, sino que se deben a cuestiones estructurales. Entre ellas, el 64,3% tuvo como causa el tiempo en ser atendido, seguido de un mal funcionamiento del centro (24,9%) y de asuntos relacionados con los protocolos covid (11,7%).
Dentro de las causas asistenciales, después de la atención médica, se sitúan discrepancias personales (13,8%), no recetar lo propuesto por el paciente (12,4%), todo lo relacionado con la incapacidad temporal (10,6%) y, por último, informes no acordes a las pretensiones (9,9%).
Los datos son muy indicativos de cómo está la situación en España, pero conviene tener en consideración que no se trata de una estadística recopilada de forma científica, sino de las denuncias que han reportado por propia voluntad los médicos, por lo que puede haber algunas distorsiones con la situación real. Como ha dicho en las jornadas Manuel Yanguas, interlocutor policial nacional sanitario de la Policía Nacional, es un problema “grave”, pero que no está “bien cuantificado”.
Con esta premisa en cuenta, la distribución de las agresiones por comunidades autónomas es muy desigual. Tres comunidades (Cantabria, Cataluña y Extremadura), además de Ceuta y Melilla, están por encima de las cinco agresiones por cada 1.000 médicos colegiados. Cuatro se sitúan por debajo de una por 1.000: Canarias, Galicia, País Vasco y Navarra. El resto se sitúan más cerca de la media española, que está en 2,87.
Aunque el estudio se centra en médicos, no es un problema que les afecte solo a ellos. Yanguas ha explicado que otros profesionales sanitarios, como odontólogos, fisioterapeutas, enfermeros, farmacéuticos, veterinarios y trabajadores sociales, han pedido a la policía ayuda y formación en técnicas y herramientas de prevención en agresiones.
Una de las claves que ha dado Yanguas es la importancia de la denuncia: “Según los datos de Sanidad, hay un 20% de agresores que reincide, porque piensa que no pasa nada. Pero la mayoría de estos son gente normal que ha tenido un mal día y ha estallado. Cuando digo que son gente normal me refiero a que no son narcotraficantes, asesinos, ni pedófilos, con los que nosotros solemos tratar. Y cuando son detenidos y van al calabozo con este tipo de delincuentes, igual la siguiente se la piensan dos veces”.
La Organización Médica Colegial comenzó a recopilar estadísticas de las agresiones a raíz del asesinato de una médica en Murcia por parte de un paciente en 2009. Desde entonces, ha registrado más de 6.000 casos. La OMC ha pedido la creación de un Plan Nacional contra las agresiones consensuado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, y en el que participen todas las administraciones junto a las plataformas de asociaciones de pacientes.