La Opinión de Murcia/Ana Lucas. – La mujer solicita que se aplique el agravante de discriminación a la hora de condenar al autor confeso del crimen, mientras ATIM quiere que se le juzgue por odio.
La viuda de Younes Bilal, el hombre al que mataron a tiros en una cafetería de Puerto de Mazarrón en junio de 2021, pide penas que suman 32 años de cárcel para el autor confeso del crimen, Carlos Patricio B.M., y que se aplique, al dictar sentencia, el agravante de discriminación prevista en el artículo 22.4 del Código Penal.
Por otro lado, la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM), colectivo también personado como acusación particular, quiere para el exmilitar penas que suman 34 años entre rejas, al sí considerar que este hombre es responsable de un delito de odio, por el solicita que cumpla dos años de prisión y que abone una multa de 3.650 euros.
Así se lee en los escritos de acusación que han presentado la abogada de la viuda por un lado y ATIM por otro. Sabah Yacoubi, presidenta de ATIM en Murcia y vicepresidenta de ATIM España, explicó a La Opinión que desean que el procesado sea condenado con «la máxima pena» con el fin de que «no se repita un caso similar», en el que a la víctima, tiene claro, le mataron por su condición de magrebí. «Queremos que se haga Justicia», insistió.
«Si pudiera dar marcha atrás en el tiempo, me cortaría un brazo: lo siento de corazón», declaró el procesado.
ATIM pide que, además de cumplir los más de 30 años de cárcel, Carlos Patricio indemnice a la viuda, al hijo, al padre y a la madre de Younes con 150.000 euros a cada uno de ellos.
Las dos acusaciones particulares tienen claro que el sospechoso, que nunca negó la autoría de los hechos, ha de pagar por el asesinato y la tenencia ilícita de armas. La instrucción ha terminado. Ahora falta que se fije la fecha del juicio oral, que será en la Audiencia Provincial y con jurado, al tratarse de un crimen.
«No quiero ver moros»
«No quiero ver moros en la barra». Es lo que gritaba esa tarde en el bar el procesado, un sujeto nacido en Alcantarilla hace ahora 55 años. También se metió con las camareras. Younes, cliente del local, se dirigió al individuo: «¿Qué te pasa con estas crías (en referencia a las trabajadoras) y qué te pasa con los moros?», le dijo, relatarían luego los testigos y reflejan ambas acusaciones particulares en sus escritos.
Fue entonces cuando Carlos Patricio se fue a su casa, se cambió de ropa y cogió una pistola que habría trucado ilegalmente. Con el arma escondida en el cinturón, volvió al establecimiento y se dirigió a Younes: «Levántate si eres valiente». Le pegó tres tiros.
Intentó escapar corriendo por la playa, pero dos agentes de la Policía Local lo interceptaron, cuando aún llevaba la pistola en la mano. Su víctima murió en el Virgen de la Arrixaca.
«Yo no soy racista»
«Si pudiera dar marcha atrás en el tiempo, me cortaría un brazo: lo siento de corazón», aseguró en el juzgado Carlos Patricio.
Se excusó en que «había estado bebiendo, la verdad es que estaba muy nervioso, ya no aguantaba más», para sentenciar que «en ningún momento tuve la intención de herir a nadie». Sin embargo, «la situación era insostenible» y «lo único que quería era que me dejaran en paz».
También manifestó que él no es racista: «He trabajado con marroquíes en un barco, tengo amigos marroquíes desde hace 30 años, he estado en Jerusalén rezando con los palestinos y tengo alquilado un piso a un amigo marroquí».
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