Surgida en 2002, hasta ahora ha sido la formación de ultraderecha con una mayor representación institucional en Catalunya, llegando a sumar 67 concejales en 2011 y 75.000 votos en las elecciones al Parlament de 2010. La incorporación de sus militantes a Vox arrastrará a la formación de Abascal las disputas enterradas del activismo españolista
ROGER SUSO. PÚBLICO.- «Existen nuevas herramientas más adecuadas para defender y promover nuestras ideas», afirma en un comunicado Plataforma per Catalunya (PxC). El partido «ya ha prestado su servicio», sostiene la formación de extrema derecha presidida por August Armengol. El comunicado explica que «la mayoría» de los dirigentes del Consejo Ejecutivo de PxC, así como «cargos intermedios y muchos afiliados», han decidido abandonar el partido para integrarse a Vox, el nuevo referente de la ultraderecha española.
Lo ven como «la herramienta más adecuada» para promover su ideario xenófobo e identitario y, con este paso, pretenden ayudar a la formación que lidera Santiago Abascal «a su crecimiento en Catalunya». Este sábado, 16 de febrero, PxC celebrará en Mataró su último congreso donde se aprobará la transformación de la formación en una fundación para «preservar su patrimonio, historia, ideas y legado político», así como por cuestiones legales y juicios pendientes.PUBLICIDAD
En un primer momento, PxC se inclinaba para hacer coalición con Vox a nivel municipal en aquellos municipios donde conserva implantación, pero como explica el periodista Xavier Rius Sant en Nació Digital, Vox lo rechazó. En cambio, abrió la puerta a las adhesiones individuales de los miembros de PxC que se dieran de baja, como ya han hecho algunos estos últimos meses, o colectivamente si disolvían el partido y se pasaban en bloque, como finalmente ha sucedido.
Uno de los ex dirigentes de PxC que ya forman parte de Vox es Joan Garriga, que ahora es coordinador de Vox en Barcelona ciudad. Garriga fue el número 2 de la lista de la entonces diputada del PP Montserrat Nebrera cuando en 2008 compitió contra Alicia Sánchez-Camacho para dirigir al partido. Daniel Clemente, antiguo dirigente de PxC en L’Hospitalet de Llobregat, es actualmente el hombre de Vox en la segunda ciudad más poblada de Catalunya. A quien también festeja Vox es al todavía vicepresidente de PxC, Pablo Barranco Schnitzler, al que se ha visto en la carpas que el partido ultraderechista monta los fines de semana por Barcelona, junto a Ignacio Garriga, dirigente nacional de Vox.
Barranco Schnitzler fue responsable de las relaciones internacionales de PxC, viajando varias veces a Colonia a actos de los partidos ultras Pro Alemania / Pro Colonia, hasta su marcha, enfrentado con Josep Anglada, en 2010. Radicado en Sant Just Desvern, entonces encabezó Vía Democrática, una escisión islamófoba del PxC. Durante las elecciones europeas de 2014, Barranco Schnitzler se presentó en el lugar 47 de la lista de Vox, y posteriormente, sin Anglada en el partido, volvió a PxC erigido en vicepresidente. Era el encargado de legitimar a la formación de Armengol entre los partidos ultraderechistas Alternativa por Alemania (AFD) y el Partido Liberal de Austria (FPÖ) -que gobierna el país en coalición con los conservadores.
Por ahora, es Jorge Buxadé, actual vocal del comité ejecutivo de Vox, quien controla el partido de Abascal en Catalunya. Buxadé fue el número 7 por Tarragona de la lista de Falange Española de las JONS en las elecciones al Parlament de 1995; mientras que en las elecciones generales de 1996, fue el número 8 por Barcelona de Falange Auténtica. También fue secretario de la Fundación Joan Boscà, constituida por Sociedad Civil Catalana (SCC) y miembro de Empresarios de Cataluña, una asociación impulsada por la misma entidad como patronal unionista. Como abogado del Estado, Buxadé fue quien recorrió la primera consulta sobre la independencia de Catalunya, que se hizo en septiembre de 2009 en Arenys de Munt.
De Vic a toda Catalunya: la historia de PxC
PxC fue fundada en Vic en 2002 por Josep Anglada, un antiguo militante de Fuerza Nueva, el partido del búnker franquista del histórico líder ultraderechista Blas Piñar. PxC se dio a conocer en toda Catalunya ese mismo año, cuando Anglada lideró las masivas manifestaciones contra la construcción de una mezquita en el centro de Premià de Mar (Barcelona). Durante la primera década de existencia, el partido articuló un discurso claramente opuesto a la inmigración, con especial referencia a la comunidad musulmana, obteniendo representación y presencia únicamente en las comarcas de Osona, Baix Penedès y la Segarra.
Posteriormente, como explica el politólogo Aitor Hernández Carr en su tesis doctoral, el partido incrementó su apoyo con un cambio de estrategia, bajo la convicción de que «sólo dejando atrás la estética, el imaginario franquista y ciertas temáticas de la extrema derecha española es posible obtener representación institucional«. Especialmente, y de forma muy similar a como lo han hecho las formaciones de nueva extrema derecha europea, «PxC trató de situarse como un movimiento antiestablishment democrático que luchaba contra el viejo régimen de partidos». PxC era un partido «anti-casta», según la llamaba Anglada.
Así fue como Anglada consiguió que la formación mejorara de manera sostenida sus resultados electorales, de los cuatro concejales que obtuvo en las elecciones municipales de 2003 a los 17 de los comicios de 2007. Fue a partir de 2009, cuando el partido dio el salto fuera de sus feudos tradicionales e interiores, e inició una expansión por gran parte del territorio catalán, con una especial atención y penetración en la región metropolitana de Barcelona.
De 67 concejales al declive
Finalmente, los 67 concejales conseguido el año 2011 marcaron el punto álgido del partido ultraderechista, ya que la formación llegó a conseguir representación institucional en buena parte del territorio catalán, y entró con fuerza en grandes núcleos urbanos como Salt, Mataró, l’Hospitalet de Llobregat, Sant Boi de Llobregat, Badia del Vallès o Santa Coloma de Gramenet. El año anterior, el partido había sumado 75.000 votos en las elecciones al Parlament y se quedó a unos pocos miles de sufragios de conseguir representación.
Pasadas las elecciones municipales de 2011, todo apuntaba a que PxC había conseguido una implantación electoral y territorial que le posibilitaban la entrada en el Parlament y el salto a la primera línea del sistema político catalán. No obstante, la realidad fue justamente la contraria. La etapa estuvo marcada por una creciente crisis y debilitamiento del partido que culminó con la defenestración fulminante de Anglada en 2014 y la sustitución de éste por Robert Hernando.
La eclosión del debate independentista, especialmente a partir de la manifestación del 11 de septiembre del 2012, tensionó a PxC de tal manera, que quedó patente, que, a pesar de que el partido no era partidario de la independencia, no tenía un posicionamiento claro respecto al derecho a decidir y que éste no formaba parte de su discurso político. Como explica el historiador Xavier Casals en el diario Ara, el partido había superado «de forma limitada la grieta catalanismo-españolismo con el lema «Primero los de casa», que proyectó un eje ideológico que contrapuso «autóctonos» (ya fueran catalanes o españoles) a foráneos (inmigrantes). Pero el auge del separatismo volvió al primer plano la dicotomía Catalunya-España y quedaron arrinconados del debate temas estelares del partido, como la inmigración y la seguridad ciudadana».
El plataformismo se fragmentó: Anglada -que en 2015 obtuvo un escaño en Vic con la nueva marca Plataforma Vigatana- impulsó el partido Somos Identitarios (SOM) y el sector pro independencia de PxC, liderado por Ester Gallego y el exneonazi Enric Ravello, creó el partido Som Catalans, un nuevo partido xenófobo favorable a la independencia. En las elecciones municipales de 2015, en plena crisis, la PxC de Hernando cayó en picado, obteniendo, sólo ocho concejales.
Hernando, concejal en Igualada y vinculado a un portal digital sobre el RCD Espanyol, fue sustituido por August Armengol, pediatra, concejal en El Vendrell y antiguo cabeza de lista por Tarragona del GIL, el entramado electoral de Jesús Gil. Desde entonces, la pérdida de influencia de PxC se hizo evidente, a pesar del intento de reflotamiento de Armengol con la constitución de la federación ultraderechista Respeto. Era una federación españolista, impulsada en Comarruga (Tarragona), tras el fracaso electoral de 2015 por PxC, España 2000 y el Partido por la Libertad con el beneplácito de la organización islamófoba alemana patriotas europeos contra la islamización de occidente. Así, el partido selló su paso a la marginalidad a rebufo del activismo españolista contra el independentismo, siendo una pata más del proyecto espectáculo de Tabàrnia y eclipsado por Vox.
De la esvástica al traje y corbata
Durante sus 17 años de vida, el partido, más allá de ciertos éxitos electorales, ha estado marcado por varias polémicas y sonadas biografías de una buena parte de su militancia. El propio Anglada, Hernando o Mateu Figuerola pasaron por juzgados en diferentes ocasiones. Otros como Alberto Sánchez, siendo concejal de PxC, fueron impulsores del hoy extinto Casal Tramuntana, una asociación que se inspiraba explícitamente en la Casa Pound de Italia, un movimiento que se autodefine como el «fascismo del tercer milenio». Sánchez también es conocido por celebrar la victoria de la selección española en la Eurocopa de 2012 subido a la fuente de la plaza de España de Barcelona, alzando el brazo haciendo el saludo fascista, rodeado de símbolos neonazis, mientras pocos metros más allá unos jóvenes protagonizaban agresiones racistas a lateros.
Varios militantes de PxC tenían antecedentes penales por sus actividades relacionadas con el terrorismo de ultraderecha, como Carles Francisoud, que fue el cabeza de lista de PxC por Badalona en las elecciones de 2011. Como explicó la Directa, Francisoud, que fue detenido en 1987 con documentación que apuntaba a una posible actividad parapolicial del grupúsculo Milicia Catalana, admitió haber participado en diecisiete atentados desde el año 1985. En 1997, Tribunal el Supremo hizo firme su condena a ocho años y medio de prisión por asociación ilícita, atentado frustrado y robo con intimidación.
Las disputas enterradas en el activismo antiamarillo y el antisemitismo
Habrá que evaluar también cuál es el impacto que puede tener para Vox el proceso de fragmentación del submundo de activismo espanyolista en torno a la simbología independentista o solidaria con los presos políticos. Tal y como explicó Jesús Rodríguez en la Directa, la pugna entre PxC, Democracia Nacional Vox y los reductos falangistas por el control y liderazgo de los llamados comandos antiamarillo, terminó en competencia o directamente confrontación, con estrategias divergentes, tanto en el ámbito de la acción en la calle como en el campo comunicativo. La rivalidad, fundamentalmente, era entre los grupos radicados en la comarca del Bages, del entorno de Vox, con los del Maresme, del entorno de PxC, y los del campo de Tarragona.
Queda abierta a la especulación la pregunta de qué harán los elementos más antisemitas y anti-Israel de PxC dada la naturaleza prosionista de Vox. Algunos simpatizantes y militantes de base de marcado acento antisemita y de acción militante de calle, ya han manifestado en las redes sociales su oposición a formar parte de Vox. Otros dirigentes, como Jordi de la Fuente, antiguo dirigente del partido neonazi MSR y representante español en la Alianza Europea de Movimientos Nacionales, una alianza formada por partidos ultraderecha y neofascistas, negacionistas y antisemitas como el Jobbik húngaro, la Fiamma Tricolore italiana, el Partido Nacional Esloveno o el Partido Nacional Británico, hace semanas que rondan por las carpas de Vox.