En el mismo día que retiraban los vestigios franquistas que aún permanecían en la fachada del Ayuntamiento de Guadiana, una asociación del entorno ultraderechista anunciaba el comienzo de una batalla contra la Pasionaria en Villanueva de la Serena
EL SALTO DIARIO.- La represión franquista se cebó en Extremadura, con miles y miles de víctimas a manos de un ejército golpista que, de camino a Madrid y temeroso de proteger su retaguardia, pasó a cuchillo a cualquier sospechoso de no simpatizar con su régimen. Como trasfondo desde una interpretación de clase, la obligación de desagraviar con un inolvidable escarmiento colectivo a terratenientes y grandes fortunas financiadoras del alzamiento, todavía ofendidas y con sed de venganza ante la toma de miles de fincas por parte de los jornaleros y jornaleras de la región el histórico 25 de Marzo de 1936.
Esta represión quedó grabada en la retina de un pueblo que había vivido su primera primavera con el Frente Popular, pero a los nuevos oligarcas que dominaban la región les debió parecer insuficiente y, para recordar que un día regaron la próspera Extremadura de sangre, inundaron los pueblos con su simbología.
Mucho tiempo después, con la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica, y aún con la tibieza, cuando no la franca oposición de la derecha local, la región empezó a sacudirse parte de su pasado gris. Así, fueron decenas de pueblos los que vieron la oportunidad de retirar nombres de calles, placas, cruces y demás parafernalia recordatoria de que un día la fuerza se impuso a la voluntad de un pueblo.
Aunque la mayoría de poblaciones entraron en el siglo XXI, algunas otras optaron por permanecer en el siglo pasado. Fue el caso de Guadiana del Caudillo, pueblo de colonización ubicado en las vegas bajas del Guadiana y cuyo alcalde del PP llegó a pasarse a Vox, previo premio por la Fundación Nacional Francisco Franco.
Ha tenido que ser, tras numerosas movilizaciones, que las últimas elecciones municipales, propiciando un cambio en el signo (y siglo) político del Ayuntamiento, hayan acabado con la vetusta simbología, retirando el escudo franquista de la fachada del Ayuntamiento y la placa que recordaba al dictador y cuyo anterior alcalde había protegido con un cristal blindado.
Eliminar este último reducto del franquismo en la provincia no ha sido fácil y la ultraderecha ha respondido esta misma semana anunciando una campaña en la región en contra de las calles con “nombres comunistas”.
Eliminar este último reducto del franquismo en la provincia no ha sido fácil y la ultraderecha ha respondido esta misma semana anunciando una campaña en la región en contra de las calles con “nombres comunistas”
El primer paso ha sido dado en Villanueva de la Serena. Miguel Ángel Gallardo, su alcalde, ha recibido una solicitud para retirar el nombre de la vía dedicada a Dolores Ibárruri –Pasionaria–. También, en razón de simultanear la alcaldía con la presidencia de la Diputación Provincial de Badajoz, ha tenido que acusar recibo de otra comunicación por la cual se demanda que el mencionado municipio no tenga acceso a las subvenciones provinciales en tanto la política siga teniendo en la población una calle a su nombre. Ambas peticiones, firmadas por la Asociación Reivindicativa de la Memoria Histórica Raíces (radicada en Santa Cruz de Tenerife y cuyo portavoz es Guillermo Rocafort, conocido por pasearse por tertulias esgrimiendo argumentario de la derecha más extrema) afirma que la figura de Dolores Ibárruri supone una exaltación del comunismo que, a su juicio, vulnera la Ley de Memoria Histórica y solicita el inicio de un procedimiento administrativo para quitar su nombre a la calle. Basa también su iniciativa en una polémica y reciente resolución del Parlamento Europeo, fechada el pasado mes de septiembre, y que en conmemoración de los 80 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial declaró equiparables el nazismo y el comunismo.
La asociación derechista basa su iniciativa en una polémica y reciente resolución del Parlamento Europeo, fechada el pasado mes de septiembre, y que en conmemoración de los 80 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial declaró equiparables el nazismo y el comunismoLa respuesta no se ha hecho esperar y el PCE, partido al que perteneció Pasionaria, ha respondido públicamente afirmando que defenderán “con uñas y dientes” la calle que ostenta su militante en Villanueva y en otros muchos pueblos de la región.
A juicio del PCE no existe razón alguna para retirarle la calle a Dolores Ibárruri, aparte de la venganza y el odio de “elementos reaccionarios, que nunca perdonarán que nuestra heroica militante fuera una fiel defensora de la legalidad republicana y de las masas obreras y campesinas.”
En ese orden de cosas, denuncian que “la resolución del Parlamento Europeo en la que se basa la denuncia no tiene ningún interés real en desarrollar la memoria democrática en la UE, ya que en realidad está claramente dirigida a criminalizar el comunismo, que ahora es perseguido porque cuestiona el régimen actual impuesto desde la UE”. Así mismo, apuntan que “en este momento, cuando se anuncia una nueva crisis económica, todo el interés de quienes han aprobado esta resolución es desacreditar cualquier proyecto alternativo que cuestione el modelo neoliberal que tanto destrozo está causando en Europa.”
En cualquier caso, queda servida la ofensiva “memorialista” de la extrema derecha en las instituciones, a la espera de su concreción en otras localidades pero con la certeza del empleo de similar línea argumental e idéntico (y técnicamente más que rebatible) soporte jurídico y legal.