Heraldo de Aragón.- Una de las numerosas peleas que hubo durante este pasado fin de semana en Zaragoza, la más multitudinaria, se ha saldado con el sobreseimiento provisional de las diligencias. A pesar de que hubo seis detenidos y, al menos, una persona herida, nadie quiso contar lo ocurrido ni identificar a ningún participante y todos se acogieron a su derecho a no declarar.
Entre los arrestados había varios conocidos de la Policía y de los jueces, tanto por sus antecedentes como por su vinculación con bandas latinas (también llamadas ahora juveniles, dada la mezcla de orígenes cada vez mayor de sus integrantes). Y prefirieron guardar silencio antes que señalarse entre ellos, aunque en un futuro terminen saldando cuentas.
Uno de los detenidos fue Starling S. de la C., a quien le constan 22 detenciones previas, la última el 30 de enero pasado por estar reclamado y las dos anteriores por violencia de género y tráfico de drogas. Con él estaba Isaac Alexander S. C., con 13 detenciones, la última el 6 de febrero por estafa, como las dos anteriores. Ana Thais J. C., con 3 arrestos por daños, lesiones y robo con violencia, Rauf Z. S., detenido dos veces por lesiones, amenazas y resistencia, de y Harry B., detenido una vez por resistencia. Junto a ellos había una menor, de 17 años, que fue entregada a sus padres.
La riña se produjo a las 8.00 en la puerta de la discoteca Punta Cana, en la calle de Lastanosa del barrio de Las Delicias. La sala del 091 comenzó a recibir llamadas que alertaban de que unas veinte personas estaban peleándose y rompiendo botellas para usar los cristales como armas. Las dos primeras dotaciones que llegaron al lugar constataron que había una multitud de jóvenes acometiéndose de forma indiferenciada y, al detectar la presencia policial, salieron corriendo en distintas direcciones para evitar ser identificados. Los agentes lograron interceptar a los seis mencionados, los cuales tenían manchas de sangre en la ropa y en las manos. Uno presentaba un corte en una mano y fue atendido en el lugar por una ambulancia.
La Policía se entrevistó con los pocos testigos que quisieron hablar y una de ellas contó que la bronca había comenzado porque Starling S. salpicó un poco de cerveza de forma involuntaria a una chica y esta reaccionó quitándole una cadena de oro del cuello y entregándosela disimuladamente a un varón que estaba con ella. A raíz de este incidente, se desencadenó una primera pelea dentro del bar, a la que se fueron sumando otras personas, y terminaron todos en la calle.