Anders Breivik cumple 21 años de condena por haber ametrallado a jóvenes indefensos en una isla y por sus vínculos con el coche bomba de Oslo en el año 2011
INFOBAE.- En el gimnasio de la prisión de alta seguridad de la ciudad noruega de Skien, se inició el juicio en el que el condenado Breivik va contra el estado noruego por la revisión de la pena y las condiciones de su reclusión.
El asesino, quien confesó ser el autor de la masacre en Oslo, ingresó a la sala del tribunal instalada en el gimnasio de su prisión y cuando la policía le sacó las esposas, levantó su brazo y realizó el saludo nazi frente a todos los presentes.
Breivik presentó sus quejas por el uso de esposas, los constantes cacheos y la censura de la correspondencia que sufrió en la cárcel de Ila, el penal donde estuvo recluido desde su detención en 2011 hasta el año 2013.
El juicio durará cuatro días y tiene como objetivo determinar si la pena impuesta por el régimen carcelario viola los derechos humanos.
Ina Strømstad es la magistrada encargada de llevar adelante el caso y luego de explicar los procedimientos legales dió lugar a Øystein Storrvik, el abogado del terrorista de extrema derecha, quien miró hacia otro lado cuando su defendido realizaba el polémico saludo ante los medios de comunicación.
Según la defensa de Breivik, las condiciones de aislamiento en las que se encuentra violan los artículos 3 y 8 de la Convención Europea de los Derechos Humanos que aseguran el respeto por la privacidad y prohíben la tortura o el trato inhumano.
El asesino cuenta con tres celdas: una para dormir, otra para estudiar y la última para realizar ejercicio físico. Dispone de televisión, computadora sin internet y una consola de videojuegos Playstation.
Breivik se quejó, también, de que le sirven el café frío, que no le dan suficiente manteca para el pan y que no le permiten utilizar cremas hidratantes.
Marius Emberland, el fiscal general que representa al Estado noruego, argumentó que las condiciones en las que se encuentra el asesino están «dentro de los límites de lo permitido» y que las limitaciones en las comunicaciones se deben a que Breivik pretende «establecer células de redes extremistas».
Con estrictas medidas de seguridad, el próximo jueves, el terrorista convertido en demandante tendrá tres horas para exponer su caso ante los magistrados.