La Policía para en la calle diez veces más a ciudadanos gitanos

, | 17 octubre, 2013

Un estudio presentado hoy denuncia las identificaciones policiales por razones étnicas o religiosas.

«No podemos seguir comportándonos como si la sociedad española fuera blanca, laica y heterosexual», defiende uno de los ponentes.

GestiónDiversidadPolicial ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL. PÚBLICO.- Los ciudadanos con rasgos gitanos tienen hasta diez veces más probabilidades de ser parados e identificados por la Policía que los españoles de aspecto caucásico, según el estudio Identificación policial por perfil étnico en España, elaborado por investigadores del Instituto de Derechos Humanos de la Universitat de València y de la Universidad de Oxford presentado este miércoles.

«La Policía realiza miles de identificaciones cada día, muchas por perfil étnico. La Comisión Europea de Derechos Humanos, la Defensora del Pueblo o el Relator Especial de la EU se han pronunciado, pero las autoridades no han hecho nada al respecto. Quizás esperaban la llegada de un informe con datos, como el que hoy les presentamos» ironiza Cristina de la Serna, coordinadora en España de la ONG Open Society Justice Initiative, que también ha colaborado en la elaboración del informe.

En 2012 la Policía realizó un total de 7,9 millones de identificaciones en territorio nacional, en las que no se sabe cuántos de los identificados pertenecían a minorías étnicas – la Policía no ha proporcionado cifras al respecto-, ni se ha demostrado que estas paradas a ciudadanos sean efectivas. De hecho, y según de la Serna,»no hay un resultado mayor a nivel criminológico o sancionador con las identificaciones étnicas» asegura.

«La selección por perfil étnico es un criterio altamente inefectivo para identificar a personas que puedan haber cometido un delito u otra infracción legal», pero a pesar de ello existe «trato discriminatorio», porque «se aprecia una desproporción alta hacia determinados grupos minoritarios en función de su nacionalidad y de su apariencia étnica» sostiene el estudio.

La nacionalidad, el país de origen, la apariencia, o la religión son tenidas en cuenta por los agentes a la hora de practicar estas identificaciones:los musulmanes indicaron haber sido identificados en una proporción de tres veces mayor que las cristianas y la mitad de los encuestados que profesaban esta fe dijeron haber sido parados por la policía más de cuatro veces «solamente en el último año». «Parece existir un patrón de utilización de perfiles raciales étnicos por parte de la policía», afirma el documento.

Las personas gitanas son identificadas diez veces más que las caucásicas europeas; los ciudadanos con rasgos magrebíes, 7,5 veces más, y los afro-latinoamericanos, 6,5 veces que los españoles con rasgos caucásicos (piel blanca). Según el mismo estudio, un extranjero tiene hasta «tres veces más» posibilidades de recibir un alto policial en plena calle que un español.

Cuando esa persona pertenece a una minoría étnica de otro país, las identificaciones policiales llegan a multiplicar por siete las realizadas entre la población mayoritaria. El 60% de los gitanos encuestados, el 45% de los magrebíes, el 39% de quienes tienen apariencia afro o latinoamericana y el 22% de personas con perfil andino dijeron haber sido paradas por la policía en algún momento en los dos últimos años, algo que sólo refirió el 6% de los caucásicos entrevistados.

El estudio ha sido elaborado por la empresa Metroscopia a partir de una muestra de 2.800 personas -2.000 españoles y 800 personas pertenecientes a estas minorías- de distintos sexo, procedencia social o edad en abril de este año, y no sólo pone de manifiesto el hecho de que se producen estas identificaciones, sino que además alerta sobre la ineficacia de las mismaso el peligro que pueden acarrear.

La dudosa eficacia de las identificaciones
«No está demostrado que las identificaciones en la vía pública sirvan para mejorar la seguridad ciudadana», defiende José García Añón, coautor del informe.

El Portavoz de la Plataforma por la Gestión Policial y la Diversidad y Jefe de la Policía Local de Fuenlabrada, José Francisco Cano de la Vega, refuerza la idea transmitida por su compañero:»Cuando los policías municipales de Fuenlabrada instauramos el boletín de parada se redujeron las identificaciones en un 50%, porque los agentes debían justificar estas paradas, se autocensuraban, ayudaba a paliar comportamientos discriminatorios, asegura de la Vega.

El boletín de parada -un documento que recoge la hora, el lugar y las causas de la identificación- o una mayor regulación son algunas de las ideas propuestas por los ponentes para acabar con estas situaciones de discriminación que, según el estudio, hacen que los identificados reduzcan su confianza en las fuerzas policiales y «socaban su legitimidad».

«No podemos seguir comportándonos como si la sociedad española fuera blanca, católica y heterosexual», asegura Cano de la Vega. «Si no prestamos atención a la diversidad social tendremos graves conflictos sociales», vaticina.

Mohamed Gerehou, estudiante de periodismo español de procedencia familiar africana también defiende esta tesis, incluida en el estudio. Gerehou destaca los sentimientos de «vergüenza» y de ser diferente al resto, «casi de segunda clase», en los dos casos en los que ha sido identificado, asegura sin motivo. «Te quedas con una sensación cuando estás allí, con un montón de gente pasando que te juzga con la mirada. Te hacen sentir un delincuente y te sientes fatal. Sabes perfectamente que si fueras de la raza mayoritaria no te habrían parado», explica. «Los organismos e instituciones como el Ministerio del Interior deben dejar de mirar hacia otros lados, porque está en juego la dignidad de las personas» concluye.

Mejorar la formación policial e incluir medidas de control, posibles soluciones

La responsable adjunta de Relaciones Institucionales y Política Interior de Amnistía Internacional en España, María Serrano, ha propuesto una serie de soluciones para evitar estas situaciones de discriminación: la prohibición expresa del perfil racial, la creación de mecanismos de fiscalización y redención de cuentas -como los formularios de parada-, o una mejora en la formación de los agentes podría reducir este tipo de actuaciones. «Pedimos a las autoridades que paren el racismo y no a las personas», defiende Serrano.

«Mejorar la formación de los agentes con respecto a estos temas es clave, se toca de manera anecdótica», asegura de la Vega. Del mismo modo, el Jefe de la Policía Local de Fuenlabrada insiste en que es necesario modificar la regulación actual de este tipo de procedimientos: «Hay una regulación permisiva. No se publican datos sobre las identificaciones que realizan la Guardia Civil y otros cuerpos, ni si son eficaces. La parada policial es una restricción de derechos que debe de tener una justificación», concluye.

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