Los agentes piden que se denuncien estas infracciones para poder investigar y arrestar a los culpables
F.JAVIER BARROSO. EL PAÍS.- La Unidad de Gestión de la Diversidad (UGD) de la Policía Municipal, dedicada a luchar contra los delitos de odio,estrenó ayer su nueva sede en la calle de Sacramento, 2, junto a la plaza de la Villa (Centro). Esta unidad cuenta con 32 agentes que se han ido formando desde su creación, en abril de 2016, para atender a las víctimas y perseguir estas infracciones penales. La apertura de esta oficina coincide con la puesta en marcha de una campaña para pedir que se denuncien estos delitos tanto por las víctimas como por los testigos.
La UGD tiene abierta la nueva unidad al público, de forma que los ciudadanos pueden acudir a ella para asesorarse o para denunciar los hechos discriminatorios que hayan sufrido o presenciado. La unidad se encarga de investigar las agresiones que estén motivadas por la orientación sexual, la identidad de género, el sexo, la exclusión social, la ideología, el origen, la discapacidad o enfermedades físicas o mentales.
“No todo el mundo percibe que la diferencia es una riqueza, hay personas que perciben que la diferencia es una molestia y una amenaza. El trabajo preventivo de esta unidad busca precisamente incidir en la defensa de los derechos humanos”, afirmó el concejal de Seguridad de Madrid, Javier Barbero. “Aunque Madrid es una ciudad abierta y tolerante, eso es indiscutible, pero es cierto que la globalización nos está planteando algunos riesgos importantes, que tienen que ver con empezar a percibir a la otra persona de modo amenazante”, añadió el edil, que dijo sentirse “muy emocionado y satisfecho” por la UGD.
El oficial responsable de la unidad, Ángel Rabadán, explicó ayer durante la presentación que la unidad es la primera de estas características que se abre en España. “El equipo es muy joven pero está altamente cualificado, sabe que se espera mucho de ellos, así que intentaremos estar a la altura”, añadió el mando policial. “Es un orgullo para mí estar en esta unidad porque trabajar con colectivos vulnerables que tienen a veces un difícil acceso a los servicios policiales es una responsabilidad extra pero muy gratificante”, añadió Rabadán.
Carteles contra el odio
La apertura de la nueva oficina de la UGD coincidió con el inicio de una campaña para luchar contra los delitos de odio que se dan en la capital. Esta consiste en una primera fase en distribuir carteles con las imágenes de personas que son susceptibles de convertirse en víctimas de estos delitos. En ellos se pueden leer distintos lemas como “Soy musulmana. ¿Y qué? Tengo derechos” o “Soy trans. ¿Y qué? Tengo derechos”.
La campaña tendrá diversas fases y durará hasta 2019. Según destacaron los responsables municipales, el objetivo es concienciar a los madrileños que la policía está para actuar siempre en estos casos de odio. “Las víctimas de los delitos motivados por prejuicios o intolerancia sufren serios daños, tanto físicos como emocionales y las dejan a ellas y a su grupo de pertenencia sentimientos de vulnerabilidad puesto que se sienten amenazadas y solas”, explicaron fuentes municipales.
Otro objetivo es concienciar a los ciudadanos de que cualquier persona puede denunciar, ya que lo importante es que estos hechos lleguen al conocimiento de la policía. Sólo así se podrán investigar y detener a los autores.
En el diseño de la campaña han participado diversos colectivos como la Fundación Secretariado Gitano, Arcópoli, Plena Inclusión, la ONG Accem, SOS Racismo y la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (Famma), entre otras. Partes de sus integrantes son los que aparecen en los carteles.
248 ACTUACIONES DESDE ENERO
La Unidad de Gestión de la Diversidad (UGD) de la Policía Municipal ha realizado 248 actuaciones desde enero. Destacan más de un centenar de informes e investigaciones por delitos de odio. Los agentes han asesorado a 39 víctimas.
La unidad ha intervenido en una treintena de infracciones penales. Entre ellas se encuentran agresiones o insultos por LGTBIfobia; amenazas xenófobas en una página de contactos gay; una agresión a una persona transexual en una discoteca; amenazas o insultos racistas, y pintadas antisemitas en paredes o sinagogas.