La empresa de seguridad niega que existan códigos contra estos colectivos
F. JAVIER BARROSO. EL PAÍS.- La Policía Local de Fuenlabrada (194.000 habitantes) ha denunciado ante la Fiscalía a la empresa de seguridad del centro comercial Plaza de la Estación por acosar, supuestamente, a clientes gais, así como a gitanos, subsaharianos y magrebíes. La denuncia de dos jóvenes homosexuales que fueron expulsados del establecimiento el pasado 4 de abril por cogerse de la mano y besarse desencadenó el procedimiento, según el colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTBi). La gerencia del centro confirma que fue una medida unilateral de la empresa de vigilancia y que ellos no dieron las órdenes.
El centro comercial Plaza de la Estación se encuentra en la calle de Hungría, frente al Ayuntamiento y la parada de tren de Fuenlabrada central. Consta de más de 70 locales, una superficie construida de 42.000 metros cuadrados y unas 1.600 plazas de aparcamiento.
El incidente por el que fueron expulsados los dos jóvenes, de 18 y 20 años y vecinos de Fuenlabrada, ocurrió el 4 de abril. La pareja paseaba por el centro comercial agarrada de la mano. Según su relato, se besaron en varias ocasiones, mientras deambulaban observando los escaparates. Momentos después, se acercó un vigilante de seguridad y les dijo que había cosas que no se podían hacer dentro de la gran superficie. Según les indicó, existían “unas normas” que debían cumplir. Les amenazó con echarles si se volvían a dar besar, según explicó ayer el portavoz de la asociación Fuenla Entiende, Carlos Vadillo. “Les increpó porque era una pareja gay”, según Vadillo.
Fuentes del colectivo LGTBi sostienen que el vigilante mantuvo siempre una “actitud de acoso” hacia los chavales durante el trayecto. Uno de ellos terminó dándose la vuelta y le preguntó por su comportamiento. El joven consideraba que no estaban haciendo nada ilegal por pasear cogidos de la mano. Según su relato, el vigilante agarró entonces fuertemente al joven del brazo y le espetó: “Os voy a echar”. A continuación, les condujo hasta la salida.
Los jóvenes se pusieron entonces en contacto con el Observatorio Madrileño contra la Homofobia, puesto en marcha en 2016 por la asociación Arcópoli. Sus responsables los derivaron a la organización en defensa del colectivo LGTBi Fuenla Entiende. Una vez asesorados legalmente por esta entidad, denunciaron los hechos el pasado 6 de abril ante la Policía Local de Fuenlabrada. Esta es la primera de España que puso en marcha una unidad especializada en delitos de odio. Los agentes instruyeron, tras atenderlos, un atestado por la supuesta comisión de un delito de coacciones motivadas por la orientación sexual, según ha sabido EL PAÍS.
Los policías locales citaron a continuación al vigilante de la empresa Ariete Seguridad. Este reconoció los hechos en su declaración. Es más, ante el asombro de los agentes, afirmó que había actuado así porque se lo exigían los protocolos internos de su empresa. Esta tiene establecidos, según su versión, diversos códigos o procedimientos de actuación en función de los “colectivos” que visitan del centro comercial. En el caso de los homosexuales, se activa el llamado código rosa. Según el empleado, hay códigos para referirse a personas de etnia gitana, africanos, rumanos, árabes y sudamericanos, según fuentes municipales.
Ante Fiscalía y Comunidad
La Policía Local ha dado traslado ya de todo lo ocurrido al fiscal contra delitos de odio y ha remitido el atestado a la Comunidad de Madrid para que indague si se ha producido una infracción a la Ley de Protección Integral contra la LGTBifobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual. Fuentes del Gobierno regional manifestaron ayer que aún no habían recibido la notificación policial.
Por su parte, la gerencia del centro comercial condena, en conversación con este periódico, los hechos y destaca que “ni promociona ni consiente” este tipo de actuaciones. Afirman que ya han dado pedido a la propiedad del establecimiento que estudie si “fuera preciso rescindir el contrato con Ariete Seguridad”.
El colectivo Fuenla Entiende tiene previsto “seguir hasta el final con el caso”. Entre sus planes se encuentra realizar una concentración la próxima semana frente al centro Plaza de la Estación.
UN MATRIMONIO SE QUEJÓ DE LA PAREJA, SEGÚN LA EMPRESA
Un directivo de Ariete Seguridad dio ayer una versión distinta de la de los jóvenes ante la policía. Según él, un matrimonio con dos niños se acercó al vigilante el pasado 4 de abril y le dijo que había una pareja de chicos “en actitud muy cariñosa”, lo que les molestaba. “Dijeron que se sentían ofendidos”, afirmó el responsable de la compañía.
Por ello, el vigilante se dirigió a los jóvenes y les pidió que dejaran de besarse. Al rato, fueron los propios jóvenes los que, según la versión de Ariete, se acercaron al vigilante, lo increparon y lo insultaron. Este los echó del centro por la supuesta agresión. La empresa mantiene que todo se puede comprobar a través de las grabaciones de las cámaras de seguridad.
“Jamás he oído que existieran códigos como los que supuestamente dijo el vigilante ante la policía. Además, nosotros somos un proveedor de servicios y actuamos conforme al plan de la empresa que nos contrata. Si no es el centro el que nos dice que actuemos así, no lo vamos a hacer en ningún caso”, afirmó este directivo. “Nunca vamos a hacer este tipo de discriminaciones”, añadió el responsable de Ariete Seguridad.