La policía de Los Ángeles mata de 20 tiros por la espalda a un hombre negro tras una infracción de tráfico en bicicleta

, , | 2 septiembre, 2020

El suceso ha desencadenado manifestaciones el mismo día en que Trump visitaba Kenosha, la ciudad en la que un hombre negro quedó paralítico tras siete disparos de la policía la semana pasada

PABLO PARDO. EL MUNDO.- Otra muerte de una persona de raza negra a manos de las fuerzas del orden en Estados Unidos, esta vez en Los Ángeles, ha vuelto a incendiar las tensiones raciales en ese país. En esta ocasión se trata de Dijon Kizzee, muerto el lunes por los agentes del orden público de Los Ángeles tras una breve persecución.

La familia de Kizzee afirma que recibió 20 balazos a bocajarro. Las autoridades, que golpeó a un policía y que llevaba un arma, aunque no intentó usarla. Después, dejaron el cadáver en la calle durante horas. La consecuencia han sido dos noches de protestas en el barrio en el que tuvo lugar la muerte, aunque éstas han sido más pacíficas que las de la ciudad de Kenosha, en Wisconsin, que ayer visitó el presidente Donald Trump.

El incidente se produjo cuando Kizzee circulaba en bicicleta por el South Side, una zona de Los Angeles marcada por la delincuencia. Los agentes del Sheriff le dieron el alto por una infracción de tráfico y él se dio a la fuga. Se produjo una persecución en la que Kizzee dejó caer una bolsa con ropa en la que había una pistola. Al ser alcanzado, dio un puñetazo en la cara a un agente del Sheriff. Fue en ese momento cuando éstos abrieron fuego. De acuerdo con los testigos consultados por la prensa de EEUU, el tiroteo siguió cuando Kizzee estaba en el suelo. Después, y pese a que estaba sin vida, fue esposado. Según su familia, recibió 20 tiros, aunque las autoridades no han confirmado esa información.

Kizzee, que trabajaba de fontanero aunque estaba en el paro y vivía en Lancaster, en el norte de la ciudad, fue muerto por agentes de la Oficina del Sheriff de Los Ángeles, que, al contrario que los policías de la ciudad, no llevan cámaras, por lo que no hay ninguna grabación de lo que sucedió. La consecuencia es una controversia insoluble entre los que dicen que le dispararon a bocajarro sin motivo y quienes afirman que los agentes actuaron en defensa propia.

La muerte ha desencadenado manifestaciones en Los Ángeles, aunque éstas han sido pacificas y limitadas al South Side.

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