William Bryan se atribuyó la condición de testigo cuando Greogory McMichel y su hijo cometieron el crimen
FRANCESC PEIRÓN. LA VANGUARDIA.- William Bryan, de 50 años, grabó el pasado 23 de febrero como Greogory McMichel, ex policía de 64, y su hijo Travis, de 34, perseguían y mataban a tiros al joven afroamericano Ahmaud Arbery, de 25, vecino de Brunswick (Georgia), que estaba haciendo jogging por una zona residencial. Pese a acompañar a los McMichael, detenidos el pasado 7 de mayo, Bryan se atribuyó la condición de testigo. Pero la policía le llevó este jueves a la cárcel del condado de Glynn para que haga compañía a sus dos amigos, acusado también como presunto autor de ese crimen.
El asunto estuvo aparcado, sin que la policía hiciera detención alguna, hasta que a principios de este mes trascendió el vídeo realizado por ‘Roddie’ Bryan, al que ahora le imputan los delitos de asesinato y de intento de cometer un arresto falso.
Asesinato racista
Los McMichels declararon que fueron detrás de Arbery con su furgoneta porque se pensaron que era sospechoso de un robo. La madre del difunto replicó que el joven solo estaba haciendo un entrenamiento y que los otros fueron a por él debido al color de su piel. Si un negro corría por una zona de blancos, concluyeron que era un delincuente. Se tomaron la justicia por su mano.
En un comunicado, el abogado de los padres del fallecido señaló que la familia se siente aliviada por la detención de Bryan. “Su implicación en la muerte de Ahmaud era obvia para muchos y así lo ha visto también la oficina de investigación de Georgia”, remarcó el letrado.
Catorce miembros de la delegación de Georgia en el Congreso, de uno y otro partido, firmaron este pasado miércoles una carta dirigida al fiscal general William Barr para solicitarle que el departamento de Justicia colabore en la investigación. “Este desbastador caso y el alarmante vídeo ha puesto en el foco nacional a nuestro estado”, escribieron. El departamento indicó la pasada semana que estaba revisando las evidencias para determinar si es apropiado presentar cargos por crimen de odio racial.
Antes de que saltara el escándalo por esta aparente cacería, con el consiguiente rubor por el retraso en la investigación, el suceso pasó por manos de varios fiscales.
Empezó con Jackie Johnson, del circuito judicial de Brunswick. Ella se recusó porque Gregory McMichael había sido investigador en su oficina. Entonces recayó en George Barnhill, de otro distrito, quién también se recusó, una vez que la madre de Arbery se quejara de que el hijo de Barnhill acostumbraba a trabajar con McMichael en la oficina del fiscal de distrito.
Antes de dejar el asunto, Barnhill redactó un documento en el que expresó la opinión de que los McMichael habían actuado en defensa propia porque Arbery trató de quitar el arma a Travis. Esta calificación causó sonrojo: ¿cómo se podía culpar al que se defendía del ataque?