ISABEL FERRER. EL PAÍS.- Zwarte Piet (literalmente Negro Pedro) es el paje de San Nicolás, el bondadoso patriarca blanco que trae regalos a los niños holandeses (y belgas) entre el 5 y el 6 de diciembre. Su cara oscura, peluca rizada, pendiente dorado y labios rojos es una de las más reproducidas al principio de la temporada navideña: hay Zwarte Pieten (en plural) de chocolate y de galleta; disfraces para los pequeños y muñecos de adorno en tiendas y almacenes. Sin embargo, el personaje, que lleva un gorro con plumas y unos bombachos de estilo morisco, es también un estereotipo racista. “Una figura presentada como el negro feliz, que ofende a la comunidad de origen africano y ha llegado el momento de cambiar”, según la historiadora jamaicana Verene Shepherd, asesora del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
De visita en Holanda y en las antiguas colonias en el Caribe, como Aruba y Curazao, durante una semana, para observar el trato dispensado a los ciudadanos negros en su conjunto, ya sean de ascendencia africana, o bien del Surinam, la experta ha concluido que la sociedad holandesa ignora su propia historia. Solo así puede entenderse, afirma, “que no vean a Zwarte Piet como una vuelta a la esclavitud en el mismísimo siglo XXI”. “El papel de Holanda en el tráfico de esclavos no está bien explicado en las escuelas. El Caribe es parte del pasado del Reino de los Países Bajos, y la ignorancia alimenta la intolerancia y la discriminación”, ha añadido Shepherd, este viernes en La Haya. En el punto álgido del tráfico humano, hacia 1770, Holanda transportaba unos 6.000 esclavos anuales.
La experta levantó ampollas el pasado año cuando anunció que investigaba lo relativo al paje tras recibir una denuncia por discriminación remitida desde Holanda. Según su equipo, este viaje no ha sido especial, puesto que visitan regularmente otros países para ver la situación de los habitantes de ascendencia africana. “Nuestro informe es preliminar, el definitivo llegará a la ONU en septiembre. Pero sorprende que en la tierra de la tolerancia no se vea que hay un problema de desigualdad en la relación entre el paje y San Nicolás. Holanda es hoy una sociedad multicultural, no un espacio con muy pocos habitantes negros como hace siglos”, subraya Shepherd.
Su presencia en el país ha coincidido con el fallo de un tribunal de Ámsterdam, que el pasado jueves ya calificó de “estereotipo negativo para las personas de piel negra” al Negro Pedro. Los jueces invitaron al Ayuntamiento a buscar una alternativa para la cabalgata del próximo diciembre, “en interés de todos”. Prescindir del paje sería una medida radical que no convence, de momento, a la mayoría de los holandeses.
La polémica ha oscurecido algo la otra crítica esencial de los asesores de la ONU. Si bien saludan el esfuerzo del país en la lucha por los derechos humanos, “hay diferencias entre los reclusos en lugares como Curazao, o bien en Holanda”. “En los temarios de las escuelas caribeñas, por otra parte, hay poca información sobre el pasado colonial. Los recortes derivados de lo crisis no deberían repercutir en la lucha contra la discriminación”, ha subrayado Verene Shepherd. Muy tranquila, ha respondido a las acusaciones de ignorancia recibidas en las redes sociales, “por meterse donde no llaman”, mostrando sus credenciales: 16 libros, un doctorado en Cambridge e investigaciones en historia económica y estudios de género. “Creo que los que me mandan ‘interesantes’ mensajes electrónicos no me conocen. Es su problema”, ha dicho.