IRENE HDEZ. VELASCO. EL MUNDO.- Desde que Cecile Kyenge fuera nombrada ministra de Integración italiana hace apenas un mes y medio, esta mujer de 48 años ha tenido que soportar numerosos ataques e insultos por el color de su piel. Cecile Kyenge es de origen africano, nació en la República Democrática del Congo, y muchos no soportan que en el Gobierno de Italia haya una «negra», como ella misma prefiere definirse con orgullo en lugar del políticamente correcto «persona de color». Pero hoy la campaña de agresiones contra la Kyenge ha ido demasiado lejos.
«¿PERO ES QUE NO HAY NADIE QUE LA VIOLE?», se pregunta a gritos (es decir, escribiendo con mayúsculas) en Facebook una tal Dolores Valandro, consejera municipal de Padua y miembro de la Liga del Norte, un partido de tintes xenófobos del que fue suspendida hace un mes por divergencias internas. El comentario de Dolores Valandro acompañaba a una información en la que se subrayaba cómo en Génova había sido detenido un africano que había tratado de violar a dos chicas.
La tesis que la representante de la Liga deja entrever es asquerosamente racista: puesto que hay africanos que violan (o tratan de violar) a italianas, alguien debería de hacer lo propio con Cecile Kyenge, visto que es de origen africano. «¿Pero es que nadie la puede violar, al menos para hacerle entender lo que puede sentir la víctima de este terrible delito?», se pregunta en el post.
El comentario de Valandro ha destacado una oleada de indignación. Flavio Tosi, secretario general de la Liga del Norte en la región del Veneto (a la que pertenece Padua) ha anunciado que Dolores Valandro dejará en breve de ser miembro de ese partido: «La suya es una declaración incalificable. Ya había sido suspendida. Y esta tarde será expulsada».
Sin embargo, Dolores Valandro no es el primer miembro de la Liga del Norte que arremete contra la ministra Kyenge por el color de su piel. Ahí está también el europarlamentario Mario Borghezio, quien ha dicho de ella cosas como que mejor haría en dedicarse a ser ama de casa, que con su nombramiento como ministra Italia tiene un «Gobierno de bonga-bonga», o que sus pretensiones de cambiar la ley para obtener la nacionalidad italiana (ahora mismo, un niño nacido en Italia de padres extranjeros debe vivir 18 años interrumpidos en el país para poder adquirirla) suponen «un intento de imponer sus tradiciones tribales del Congo».
«Los africanos son africanos, pertenecen a una etnia muy distinta de la nuestra que no ha producido grandes genios», llegó a soltar Borghezio.
Sus palabras desataron tal rechazo que Borghezio se vio obligado a pedir públicamente perdón y, antes de que le echaran, optó el mismo por abandonar el grupo del Parlamento Europeo al que pertenecía.
Cecile Kyenge procede de una familia acomodada de la República Democrática del Congo perteneciente a la etnia bakunda. Su padre era el jefe de una importante tribu que practica la poligamia y que tuvo cuatro esposas y 38 hijos. Las mofas y los comentarios estereotipados derivados de esa circunstancia siempre la han acompañado (y la siguen acompañando) desde que en 1983, con 19 años, viajara a Italia para estudiar Medicina. Se pagó los estudios trabajando como empleada doméstica y cuidando niños.