Logra reabrir el ‘Caso Jimmy’ y expulsar al agresor del Wanda. sus denuncias a Competición y Antiviolencia están reduciendo la violencia verbal
ALFREDO MATILLA. DIARIO AS.- LaLiga acaba de comprobar que la cruzada contra los violentos que inició con la llegada de Javier Tebas a la presidencia en abril de 2013 sigue dando sus frutos. Esta semana, sin ir más lejos, ha recibido dos noticias que refuerzan la labor de su Departamento de Seguridad e Integridad y su obsesión por presentarse como acusación particular en aquellos casos de violencia vinculada al fútbol. Por un lado, y tras recurrir junto al Ministerio Fiscal sobre la reyerta del Manzanares de 2014 que desembocó en la muerte de Jimmy, la patronal ha logrado que vayan a juzgar ahora a 84 implicados y no sólo a 10 como pretendía la Audiencia Provincial de Madrid. Por otro lado, LaLiga también ha recibido con satisfacción la sentencia sobre el agresor que dejó tuerto a un vigilante del Metropolitano en 2017: ha sido condenado a dos años de cárcel, a ocho años de prohibición de entrada al estadio y a pagar 60.000 euros de multa más las costas.
Justo ahora hace un año, Tebas tomó la decisión de reforzar Integridad con el fichaje de Florentino Villabona. El que fuera número dos de la Policía Nacional dirige el proyecto de persecución de amaños de encuentros y el control de los grupos ultras. Villabona ingresó en la Policía como inspector en 1978 y a lo largo de su carrera profesional participó en operaciones destacadas que supusieron, por ejemplo, la detención de más de una treintena de miembros de la banda terrorista ETA.
Con Villabona, LaLiga ya está personada como acusación particular en siete casos, todos relacionados con altercados fuera de los estadios. El último, por el que LaLiga ya tiene señalado juicio, fue por el apuñalamiento de un aficionado en un bar cercano al estadio del Atlético a manos de El Raciones, ultra perteneciente al Frente.
Satisfacción. En LaLiga son optimistas porque, además, sus denuncias a Competición y Antiviolencia están reduciendo la violencia verbal, «la antesala de la violencia física», según repite a menudo Tebas. También porque han desaparecido las bengalas. Y, además, debido a que la imagen que se exporta de los campos está pasando de ser la de los ultras detrás de las porterías a las gradas de animación. Otra cosa es lo que sucede fuera. «Ahí también trabajamos con los directores de seguridad de los clubes. Nos importa mucho lo que pasa desde que el aficionado sale de casa hasta que vuelve», dicen en la patronal.