Será finalmente un Tribunal Popular quien juzgue al antisistema Rodrigo Lanza como presunto autor del crimen de los tirantes, en el que la magistrada instructora también aprecia alevosía y ensañamiento
M.A. COLOMA. HERALDO DE ARAGÓN.- La muerte a patadas y puñetazos de Víctor Laínez (55 años) la madrugada del 8 de diciembre de 2017 en el bar Tocadiscos de Zaragoza fue un asesinato con alevosía y ensañamiento por motivos ideológicos. Así lo entiende al menos la titular del Juzgado de Instrucción número 3, Mercedes Terrer, quien acaba de dar por concluida la fase de investigación del llamado crimen de los tirantes y ha señalado una vista para transformar las actuaciones en procedimiento del Jurado. Porque, dado el delito que finalmente se atribuye al presunto agresor, el antisistema Rodrigo Lanza Huidobro (34 años), serán nueve ciudadanos anónimos y no un tribunal profesional quienes lo juzguen.
Durante su declaración en sede judicial, el encausado aseguró que tan solo dio «un empujón» a Víctor Laínez «en defensa propia».De hecho, siempre ha mantenido que la víctima esgrimía una navaja con la que intentó agredirle. Rodrigo Lanza niega también que actuara movido por el odio o razones ideológicas, ya que, afirma, ni siquiera vio que Laínez llevara puestos unos tirantes de color rojo y amarillo. Sin embargo, en su último auto, la instructora del caso desmonta uno por uno todos los argumentos del presunto homicida, ahora en prisión provisional.
Para empezar, la jueza recuerda que los hechos se produjeron sobre las 3.00, poco después de que Lanza llegara al local acompañado de un conocido y dos amigas. Según explica en su auto, en un momento dado, el chico, Pablo M., comentó al grupo que el hombre que estaba sentado en la barra tenía ideología de extrema derecha o neonazi, que en ocasiones llevaba tirantes con los colores de la bandera de España y que era legionario o de los Templarios.
Al oír esto Rodrigo Lanza, dice la instructora, se acercó al lugar donde estaba Laínez y tras una breve conversación «frente a frente» lo llamó «facha» y «fascista».»Le comentó que ese era un barrio antifascista, que no querían nazis y que no era bienvenido», señala la magistrada. Al regresar al lugar donde estaban sus amigos, Lanza les habló de lo ocurrido y comentó que el hombre le había llamado «sudaca».
Laínez no llevaba navaja
Unos 20 minutos después del primer encontronazo, el encausado y sus acompañantes decidieron marcharse del bar. Laínez salió tras ellos y mantuvo un enfrentamiento verbal con Lanza junto a la primera de las dos puertas de salida «sin que existan pruebas de que Laínez llevara en las manos algún tipo de navaja, cuchillo u objeto similar». Algo que han mantenido siempre tanto el abogado de la familia del fallecido, Juan Carlos Macarrón, como el letrado David Arranz , encargado de la acción popular por Vox.
Tras este breve encaramiento, el antisistema se marchó y Laínez regresó al interior del local. Sin embargo, recuerda la magistrada, de forma repentina, el primero se dio la vuelta «para atacar por detrás y sin posibilidad alguna de defensa a Laínez». Un primer golpe seco en la parte inferior trasera de la cabeza le hizo caer al suelo desplomado, lo que el agresor aprovechó para «colocarse encima y seguir propinando a este puñetazos en la cabeza y múltiples golpes». Según la instructora, Lanza le asestó también «una patada muy fuerte en la cara con la punta del pie», mientras la víctima sangraba por los oídos, la boca y la cabeza.
Un objeto circular, duro y romo
Insiste la magistrada en que no hubo «actitud agresiva o violenta» por parte de Laínez, que fue ingresado en la uci del Clínico, donde falleció el 12 de diciembre de 2017. Según la autopsia, la causa de la muerte fue un severo traumatismo craneoencefálico con parada cardiorrespiratoria «compatible con una contusión de fuerte intensidad en la región tempoparietal derecha». La víctima sufrió también un importante traumatismo facial con múltiples fracturas.
Descartan los forenses que estas lesiones fueran compatibles con la caída al suelo de la víctima y recuerdan que esta presentaba heridas en el tórax y el abdomen compatibles con contusiones de «un objeto duro y romo, más o menos circular». De ahí que se baraje la posibilidad de que la agresión se produjera con un puño americano, aunque el uso de tal instrumento no ha podido ser confirmado por ninguno de los testigos.
No olvida la titular del Juzgado de Instrucción número 3 que Lanza se marchó rápidamente del establecimiento y que fue identificado y detenido después gracias a las gestiones de la Policía Nacional.