La inteligencia artificial discrimina a los mayores.

| 25 abril, 2022

Los cuidadores de personas mayores son conscientes de que la inteligencia artificial les puede ayudar considerablemente en su trabajo. Sin embargo, para los dirigentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta herramienta tecnológica, una de las más relevantes de la cuarta revolución industrial, también entraña ciertos riesgos para este colectivo, uno de los más vulnerables en la sociedad actual.

Así, alertan de que estos sistemas tienden a fomentar la discriminación por edad, o edadismo, esto es, la discriminación contra las personas que han dejado de ser jóvenes. Por esta razón, desde la OMS, reclaman un diseño adecuado de estos instrumentos digitales, para que se recopilen datos y se proporcionen recursos de acuerdo con un código ético adecuado.

Por lo general, la inteligencia artificial se emplea en este contexto monitorizando de manera remota a estos pacientes. Igualmente se utiliza para producir medicamentos específicos. No obstante, los expertos creen que se puede avanzar en este campo notablemente. Por ejemplo, están convencidos de que se puede optimizar la gestión de las camas en los hospitales estudiando la evolución de estas personas.

Es decir, se trataría de avanzarse a los problemas, en lugar de buscar soluciones cuando las situaciones ya se han complicado. Y es en este punto en el que aparece el peligro del edadismo. A menudo, la inteligencia artificial ignora a quienes pertenecen a este grupo de edad. En otras ocasiones, se les relega a una posición secundaria porque, supuestamente, los sujetos de otras franjas de edad son prioritarios.

En síntesis, para muchos de estos sistemas, los mayores, o son invisibles o son poco relevantes. Incluso los gestores de la industria tecnológica piensan que, cuando estos ciudadanos tienen que familiarizarse con la inteligencia artificial, lo tienen más difícil que el resto de individuos. De ahí el “sesgo” que denuncian los portavoces de la OMS. Además, por la lógica de funcionamiento de estas innovaciones, si no se dispone de información de un colectivo, este acaba siendo insignificante.

Y, como lo insignificante no le preocupa a nadie, nadie le dedica atención. Por esta razón, los técnicos insisten en que, si la selección de datos recolectados no es diversa, los beneficios solo se extenderán a un pequeño rango de edad. En opinión de la jefa de la Unidad de Cambio Demográfico y Envejecimiento Saludable de la OMS, Alana Officer, los mayores deben mantenerse bien informados sobre la evolución de la tecnología.

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