El Mundo.- Según la adolescente, la sometieron a todo tipo de tocamientos de manera simultánea y después uno de ellos la violó mientras el otro la sujetaba
Por segunda vez en un año y medio, la Guardia Civil de Alicante se enfrenta a una delicada investigación por una agresión sexual múltiple y simultánea en la que los presuntos agresores y víctima son menores.El ataque está lleno de lugares comunes con el caso registrado en marzo de 2019, que adelantó este periódico, donde cuatro adolescentes violaron a una compañera de instituto.
Como en aquella ocasión, la víctima, de 15 años, y sus dos presuntos agresores, de 16, se conocían y lo que iba a ser un encuentro entre conocidos terminó con una denuncia en la que la presunta víctima detalla el calvario por el que, indica, le hicieron pasar.
Según la chica, abusaron de ella sometiéndola a todo tipo de tocamientos y humillaciones y después uno la penetró mientras el otro la sujetaba. Los menores ya han ingresado en un centro.
Los hechos se registraron en un municipio del interior de la provincia, según precisaron fuentes de la investigación. Al parecer, los tres habían quedado para pasar la tarde en casa de ella.
La vivienda está fuera del casco urbano y la madre de la menor se encontraba allí. Cuando llegaron, los tres se fueron a una zona de recreo apartada del núcleo principal de la casa. Entablaron una conversación animada y compartieron cigarros. Uno de ellos propuso a la chica hacer un trío a lo que ella se negó.
Tras rechazar la idea, la tiró contra el suelo y la obligó a tumbarse, precisa la denuncia. Comenzaron entonces, prosigue, una serie de tocamientos simultáneos por todo su cuerpo de los que la menor no conseguía zafarse a pesar de expresar su inconformidad.
La chica no quería gritar porque tenía miedo y porque le preocupaba su madre. Se bloqueó. Lejos de deponer su actitud, uno de ellos la puso de pie, le bajó los pantalones y la penetró mientras el otro la sujetaba, según su propio testimonio.
Tras la agresión sexual de la que asegura haber sido víctima, los dos adolescentes se marcharon de su casa. La presunta víctima no contó a su familia lo que acababa de sucederle. Lo hizo, indican los investigadores, al día siguiente cuando ya estaba totalmente sobrepasada por la situación.
Una vez relató los hechos, su madre la llevó al cuartel de la Guardia Civil a interponer la denuncia. Más tarde, se le practicó un reconocimiento forense en el hospital de zona.
La menor estaba abatida. Los agentes practicaron las detenciones y el caso quedó en manos de la Fiscalía de Menores, que abrió las correspondientes diligencias de investigación.
El juez decidió el internamiento al apreciar solidez en la versión de la menor.