La ginecóloga a la que llamaron «rata contagiosa»: «Encima de que nos jugamos la vida, que suframos estas vejaciones es humillante»

| 16 abril, 2020

La ginecóloga Silvina Bonino, a la que le han pintado «rata contagiosa» en el coche y pinchado las ruedas denuncia la agresión

ANA MARÍA ORTIZ. EL MUNDO.- «Rata contagiosa». El pasado martes a las 14.00 horas, la ginecóloga Silvana Bonino se dirigió al garaje de su edificio, en el barrio El Poblenou en Barcelona, para coger el coche y dirigirse a su trabajo.

Esa tarde tenía que atender a 13 gestantes en la clínica privada iDona, donde pasa consulta. Llevaba puesta mascarilla y guantes. No llegó a subirse en el vehículo. En el lateral del conductor alguien había grafiteado en letras mayúsculas la leyenda «rata contagiosa».

«Me subí rápido para casa un poco en estado de shock, nunca he tenido problemas con nadie…», cuenta la propia doctora Bonino. «Le enseñé una fotografía del coche a mi marido y mis hijos pequeños, que es lo que más me preocupa, estaban en la entrada y la vieron también».

En los últimos días han trascendido imágenes de notas dejadas por los vecinos a sanitarios o empleados de supermercados señalándolos como foco de contagio del coronavirus e invitándoles a dejar el edificio mientras dure la pandemia.

Ninguno tan agresivo como el mensaje que ha recibido Silvana Bonino, que es madre de dos niños de 10 y 8 años y quien ni siquiera trabaja con contagiados por Covid-19.

«Cuando llegué a casa, para que los niños no se preocuparan tanto, les enseñé vídeos de noticias de otros médicos a los que les había pasado, para que vieran que no era una cosa personal contra mí», explica.

«En otros sitios han puesto un cartel, que es horrible, pero esto es peor. Además, han pinchado las ruedas. Llego a tener un parto urgente y no puedo llegar. Por suerte hay más gente buena que mala pero la mala hace mucho», se lamenta.

Tras descubrir la pintada, Silvana se marchó al domicilio de sus padres para pedirles prestado su coche y poder acudir a su trabajo mientras que su marido se ocupaba de presentar la denuncia. Al ir a coger el vehículo para trasladarse a la comisaría de los Mossos d’Esquadra, se encontró las ruedas pinchadas.

«Imagino que lo han hecho porque yo soy médico, pero se da la peculiaridad de que mi marido es asiático chino», dice Silvana planteándose si el mensaje podría también ir dirigido a él, por ser China donde nació la pandemia.

Su marido vive en España desde que tenía 7 años y nunca ha tenido problemas por su lugar de origen. «Él además no ha salido estos días de casa, ni siquiera para hacer la compra, lo compramos todo por internet», añade.

El asunto está ya bajo la investigación de los Mossos d’Esquadra, aunque la doctora Bonino entiende que es difícil que logren averiguar quién es el autor/autores de la pintada, puesto que en el garaje no hay cámaras y el vándalo debió de actuar de noche.

«¿Qué le diría a quien lo ha hecho? Que no hay derecho, que encima de que vamos a jugarnos la vida porque es nuestra profesión y nuestro deber moral, que tengamos que pasar por estas vejaciones es humillante. Y que si no tiene nada mejor que hacer. Que se plantee su vida y sus principios morales, porque no los tiene. Y que si todos fuéramos como él, el mundo se hubiera acabado», dice.

Silvana está convencida de que el autor tiene que ser algún residente del bloque, pero no de su escalera, donde sólo ha recibido muestras de apoyo.

«Cuando vi el coche, subí y lo primero que hice fue enviar la fotografía al whatsapp de la escalera. «Que vergüenza», «ánimo», «tienes que ira a denunciarlo», me decían. Y la presidenta habló con la comunidad; mi marido propuso poner unas cámaras, que no hay, ni guardia de seguridad tampoco».

No conoce en su entorno ningún compañero sanitario que haya sufrido el desprecio de sus vecinos ni una agresión similar a la suya. Pero cuando el miércoles llegó a la consulta, nerviosa, al contarle a una paciente francesa por qué se encontraba así, ella le contó lo sucedido a su padre.

«Él es médico de familia en Francia y me dijo que, aunque allí tratan muy bien al personal sanitario, a su padre le habían puesto notas los vecinos para que se fuera. Le decían que allí vivía gente mayor y niños, que los pueden contagiar…».

En España ha trascendido el caso de un médico del hospital Mancha Centro en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) al que le pegaron con celo en la puerta de su casa este cartel:«Hola vecino. Sabemos de tu buena labor en el hospital y se agradece pero debes pensar también en tus vecinos. Aquí hay niños y ancianos. Hay lugares como el Barataria [un hotel] donde están alojando a profesionales. Mientras esto dure, te pido que te lo pienses».

A la difusión en las redes sociales de la invitación a marcharse le siguió una oleada de indignación. La alcaldesa de la localidad fue a mostrarle al médico señalado su apoyo al hospital y el cartel fue sustituido por otro que dice «Aquí vive un héroe».

Miriam no es sanitaria sino cajera de un supermercado en Cartagena (Murcia) y algunos de sus vecinos han pensado, que por estar de cara al público, es también un foco de contagio. Le dejaron la nota bajo la puerta.

«Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto, ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos riesgos. Gracias».

Ella colgó la nota en el portal junto a su respuesta: «A los valientes que dejan notas anónimas bajo mi puerta (…). Sí, trabajo en un supermercado y gracias a nosotros, todos vosotros podéis comer cada día. No me tenéis que venir dando lecciones de limpieza cuando yo soy la primera que llega a casa y no puedo darle un beso a mis hijos hasta que no me he limpiado y desinfectado. En vez de tanto aplauso a las ocho de la tarde, tened un poco más de empatía por las personas que tenemos que trabajar y tenemos familia. (…) Por cierto, gracias por hacer llorar a un niño de 10 años que ha sido el que ha cogido la nota».

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