El País/MARC ROVIRA.- El Govern anuncia una investigación a fondo después de que el departamento de Educación rectificara su versión inicial acerca de si el menor sufría acoso escolar.
La muerte por suicidio de un adolescente de 12 años en el municipio de Sallent (Barcelona) ha generado zozobra en el Gobierno catalán. La gravedad de los hechos ha puesto al descubierto las disfunciones que rodearon la tragedia y ha urgido al Govern a hacer autocrítica: “Pedimos disculpas, es un fracaso del sistema”, ha declarado la portavoz del Ejecutivo Patrícia Plaja en una comparecencia posterior a la reunión semanal del consejo ejecutivo. La Generalitat defiende que se toma las situaciones de violencia escolar como “una prioridad”, pero admite que en el caso de Sallent ha incurrido en descuidos: “Es obvio e incuestionable que algo ha fallado”.
El menor, —al que sus padres llamaban Alana, ya que nació con sexo femenino, pero él escogió llamarse Iván—, se tiró el lunes de la semana pasada desde el balcón del piso donde vivía, en el municipio de Sallent. Su hermana gemela lo acompañó en el salto al vacío. Él murió y su hermana quedó herida grave. El Departamento de Educación de la Generalitat reaccionó descartando que sufrieran bullying en el centro educativo al que acudían, como sí manifestaban algunos familiares y compañeros de estudios. Pero, dos días más tarde, rectificó.
El consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, admitió el viernes en rueda de prensa que la afirmación estaba basada en la información que había dado el propio instituto, aunque los datos que se iban conociendo los hizo modificar su declaración. “El primer día no había ninguna problemática detectada relacionada con el bullying. Pero en las últimas horas [entre el miércoles y el jueves] tenemos más información y lo que hicimos es activar la USAV”, dijo, al referirse a la Unidad de Soporte al Alumnado en situación de Violencia. Educación pone el foco ahora en el centro y ha abierto una investigación sobre la actuación del instituto en este caso. “No sabemos por qué el centro no activó el protocolo”, aseguró el sábado la secretaria de Transformación Educativa, Núria Mora, en declaraciones a varios medios. El departamento ha decidido ahora no hacer más declaraciones sobre el caso hasta que se resuelva la investigación.
La portavoz del Govern ha reconocido: “Si se dio alguna información que se tuvo que matizar es que no hemos sido lo bastante rigurosos”. Plaja ha aparecido junto a la consejera de Acción Climática Teresa Jordà, pero no la ha acompañado el consejero de Educación, Josep González-Cambray. El Govern manifiesta ahora que “hace falta llegar hasta el final para ver qué ha fallado”. Plaja ha evitado concretar si la gestión del caso propiciará alguna dimisión dentro del Govern y ha tratado de abrir el foco de la culpa: “Como administración, es obvio que algo ha fallado; también como sociedad”.
La Generalitat organizó el lunes una reunión de coordinación entre varios departamentos para intercambiar información sobre el caso. Estaban convocados técnicos de Educación, Salud, Feminismos, Interior y Presidencia y se trató de consensuar una “estrategia de abordaje” para poner unas bases sobre cómo gestionar episodios donde hay menores en situación de vulnerabilidad o afectados de problemas de salud emocional. La administración catalana mantiene que se ha producido un incremento exponencial de los intentos de suicidio entre la población infantil. En 2019 se intentaron quitar la vida 139 menores de entre cinco y 14 años. El año pasado, los casos detectados se elevaron hasta los 439.
Los especialistas recuerdan que el suicidio no suele tener un único detonante, sino que es el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con conductas suicidas pueden dirigirse al 024, una Línea de Atención a la Conducta Suicida puesta en marcha por el Ministerio de Sanidad. También pueden contactar con el Teléfono de la Esperanza (717 003 717), dedicado a la prevención de este problema.
El Libro de Estilo de EL PAÍS establece en su entrada sobre las personas transexuales que “se respetará la forma en que cada una de estas personas desee ser denominada, siempre que esta se conozca, lo mismo que el género gramatical que elija”. En este caso, durante varios días este periódico solo tuvo constancia del deseo del menor de 12 años de ser tratado como varón a través de fuentes indirectas. Ahora, se ha tenido acceso al recordatorio escrito por los padres y familiares tras su muerte, en el que aparece el nombre Iván en primer lugar. A partir de ahora, EL PAÍS se referirá al menor en masculino.
