El Caso.cat.- De momento el juzgado de instrucción 3 de Santa Coloma de Farners (Girona), quien investiga el ataque de este fin de semana contra un joven negro en este municipio de la Selva durante la fiesta mayor, no imputa al arrestado, Silvio A.V., un delito de odio por la agresión. La Unidad Central de Delitos de Odio y de Discriminación de la Comisaría General de Información (CGINF) de los Mossos detalla en su atestado policial que el autor de los hechos, como los otros dos detenidos, estaban motivados por un odio contra la persona agredida. En sus conclusiones apuntaban a un posible delito de homicidio en grado de tentativa y también un posible delito de odio.
Sin embargo, cuando el skin arrestado fue entregado al juez Joan Coromina este decidió eliminar la imputación por delito de odio y elevar el posible delito de homicidio a asesinato. En su auto de prisión, dónde justifica las motivaciones para enviar a la prisión al arrestado, asegura que no tiene arraigo en nuestra casa, a pesar de ser español, ya que no tiene pareja ni trabajo, y que, por lo tanto, teniendo en cuenta que se puede enfrentar a una condena elevada por asesinato, podría escapar. Aunque el juez, de momento, en esta fase inicial de la instrucción no vea delito de odio, los Mossos d’Esquadra mantienen que la motivación del detenido, relacionado con grupos de extrema derecha de la comarca de la Selva, fue el odio contra el joven negro.
Será durante la instrucción que se tendrá que aclarar si se juzga a los detenidos por un posible delito de odio o no. Según han informado fuentes judiciales, la Fiscalía también ve en el ataque de este fin de semana una motivación ideológica, y también defenderá acusar al arrestado de un delito de odio, un hecho que agravaría la potencial condena por la agresión, sea considerada homicidio o asesinato en grado de tentativa.
El juez ve asesinato y, por ahora, no delito de odio
En el auto del juez Coromina se explica que la agresión puede ser considerado un delito de asesinato en grado de tentativa y no de homicidio porque el agresor apuñaló a la víctima con alevosía y esta no tuvo ninguna posibilidad de defenderse. Según el titular del juzgado, la pelea|riña fue a puñetazos hasta que, de repente y de manera «inesperada», le asestó tres navajazos seguidas. Una de ellas a la altura del corazón y otra en los intestinos. Es más, por donde clavó las cuchilladas, el juez asegura que la intención era clara: quería matar y no lesionar a la víctima.
Cuando el autor material de los hechos se entregó a los Mossos d’Esquadra, ya había preparado su defensa, y aseguró que lo habían atacado y que las cuchilladas las clavó en legítima defensa. Un hecho que el juez que lo ha enviado a la prisión no se traga. «Los investigados no huyen, sino que se pelean, y solamente huyen corriendo después de la cuchillada», asegura en el auto. Joan Coromina tampoco ve acreditado que el consumo de drogas alegado por la defensa influyera en los hechos y concluye que teniendo en cuenta la gravedad de las lesiones, en caso de sentencia condenatoria, la pena se tendría que mover «a la parte alta de la horquilla» con condenas que van de los 7 años y medio a los 15 años de prisión.
A la espera de la instrucción
Cuando finalicen todas las pruebas en este fase de instrucción, habrá que ver si los Mossos d’Esquadra y la Fiscalía hayan podido acreditar que apuñaló al joven negro con la intención de matarlo y por una motivación ideológica. Será en la calificación final, antes del juicio oral, cuando las partes, también la Fiscalía, tengan que decir si los acusan también de un delito de odio o si lo contemplan como una agravante, el odio, en el delito de asesinato. El juez, por ahora, en su auto, asegura que no se puede conocer qué fue el detonante de la pelea, que arrancó entre varias personas y que acabó en un enfrentamiento entre los tres detenidos, la víctima de las graves cuchilladas -ya está fuera de peligro- y un segundo agredido.