El Día.- Una pareja denuncia humillaciones, daños y amenazas por su condición de homosexuales
La Fiscalía solicita dos años de prisión para dos hombres por un delito de odio, ya que presuntamente insultaron y vejaron en diferentes ocasiones a una pareja por su condición homosexual en el municipio de Güímar. Además, el Ministerio Público reclama para cada uno de los denunciados el pago de una multa de 2.160 euros, así como la prohibición de acercarse o comunicarse con las personas afectadas durante un periodo de dos años. La acusación particular, ejercida por la abogada Patricia Garrocho, pide seis años de cárcel, 4.620 euros de multa y 1.794 euros para compensar daños, como presuntos autores de dos delitos de odio, uno de amenazas y otro delito leve de daños materiales. Además, la letrada de los denunciantes plantea que sus clientes sean indemnizados con 10.000 y 8.000 euros en concepto de responsabilidad civil.
El letrado defensor de uno de los denunciados, el dueño de un restaurante, solicita la libre absolución, puesto que “no es cierto que a los denunciantes se les haya humillado, insultado o vejado, y menos por su condición sexual”. Además, esta última parte considera que la pareja pretende usar su orientación sexual para lograr, por vía penal, lo que no ha conseguido de las administraciones, “como es cerrar el restaurante”. Según el auto emitido por el Juzgado número 2 de Güímar, todo comenzó cuando los denunciantes se trasladaron a vivir a su casa, en el paseo marítimo de El Puertito de Güímar, junto a un local de restauración que está abierto desde hace varias décadas.
El denunciante, Jorge Machado, se quejó de la instalación de múltiples sillas y mesas del negocio junto a la fachada y ventanas de su vivienda, por lo que denunció los hechos en el Ayuntamiento. En base al referido auto judicial, los propietarios y gestores del local “desarrollaron cierta animadversión contra los denunciantes”, en especial contra Machado, pues llevaba la iniciativa en las denuncias, por su condición de abogado. Este ha presentado decenas de denuncias en diferentes organismos, como varios departamentos del Gobierno canario, así como en diversas concejalías del consistorio güimarero, la Diputación del Común, la Agencia Tributaria, Inspección de Trabajo, Sanidad y cuerpos de seguridad.
El auto judicial recoge que, fruto de esa tensa relación, el propietario del negocio presuntamente realizó incitaciones públicas y gestos obscenos hacia los denunciantes; “todas ellas relacionadas con la condición sexual de ambos”, Jorge Machado y su pareja, Ángel Paz. En una de las grabaciones aportadas por los afectados, se puede ver a dicho hombre “gesticulando actos sexuales, como agarrarse su pene en dirección a la vivienda” o gritar sus preferencias por el partido político VOX y su deseo de que el mismo “acabe con los homosexuales”. A raíz de la citada animadversión, siempre según el texto del auto del magistrado-juez, varios empleados del restaurante “se dirigieron al denunciante y su pareja con insultos, humillaciones, risas a modo de burla”, entre otras cosas. Según la acusación, el 3 de abril del 2019, uno de dichos trabajadores se dirigió a Jorge Machado con las siguientes palabras: “¡Ven aquí para darte, maricón!”.
Amenazas
Dos semanas después, el mismo empleado del restaurante presuntamente le dijo al dueño de la vivienda para advertirle de que, si volvía a llamar a la policía, “lo iban a matar, a arrancar la cabeza”. En otra ocasión, el 28 de abril, siempre según recoge el auto, el dueño del negocio presuntamente afirmó en voz muy alta: “¿Ya votaste? Vota a VOX, que va a acabar con todos los maricones”. Días más tarde, el 4 de mayo, el empleado denunciado en este proceso se dirigió a Jorge Machado en los siguientes términos: “No me mires, payaso, maricón de mierda”. En la misma fecha, el propietario del restaurante volvió a gritar en dirección a la citada vivienda de los afectados: “La casa de los maricones, son unos cerdos, hay que matarlos”.
Y el 6 de mayo del año pasado, en la casa de la citada pareja supuestamente se vertió, por una ventana, aceite quemado de cocina, en una cantidad considerable y, por el olor, en la misma se había preparado pescado; el producto en el que está especializado el establecimiento de restauración ya citado. Menos de tres meses antes, el 9 de febrero, el vehículo de uno de los denunciantes apareció con el espejo retrovisor del lado del conductor roto. Además, el coche tenía pintada la palabra “maricón” y el dibujo de un pene. En la denuncia inicial presentada por los vecinos citados, también figuraban otras tres personas, una mujer y otros dos varones, pero contra los mismos no había elementos de prueba que acreditaran su participación directa en los hechos, según el magistrado-juez.
El auto judicial recoge que los dos denunciados “desarrollaron una animadversión personal hacia los denunciantes, fruto en parte, por las denuncias previas sobre la actividad” del restaurante presentadas por Machado. “Los denunciados centraron su animadversión (odio, al fin y al cabo) hacia los denunciantes a través de esos insultos relativos a su condición sexual y desarrollaron diferentes actos de hostigamiento o represalias por aquellas denuncias o quejas”, plantea la autoridad judicial. Según aclara el titular del Juzgado número 2 de Güímar, “el delito de odio no requiere que los investigados sean verdaderamente homófobos, sino que se incite al odio u hostilidad, discriminación o violencia contra determinadas personas por pertenecer a un colectivo como es el homosexual”.
El abogado defensor Gonzalo Vargas rechaza que su cliente realizara humillaciones ni vejaciones hacia la citada pareja, ni que el dueño y los trabajadores del restaurante se pusieran de acuerdo para actuar de esa manera. De hecho, explica que, de forma esporádica, cuando hay mucha clientela, trabaja en dicho local un camarero, que es homosexual, quien ha declarado que nunca se ha sentido ofendido ni menospreciado por el personal o la propiedad del negocio. Este letrado comenta que, a lo largo de más de dos años, el propietario de la vivienda situada frente al restaurante y denunciante ha interpuesto más de un centenar de denuncias ante diferentes organismos y cuerpos de seguridad. Y cita un decreto del Ayuntamiento, en el que se advierte de que, si tuvieran que atender todos los requerimientos y quejas del principal denunciante, deberían dejar descubierta la atención a otros ciudadanos y empresas. En septiembre pasado se interpuso una querella por parte de la mujer del propietario del restaurante contra Jorge Machado por denuncia falsa y acoso, según el citado abogado defensor.
“Las víctimas de estas situaciones no tienen por qué aguantar vejaciones”
La abogada Patricia Garrocho explica que ya no hay por qué soportar más expresiones como “maricón; loca; vente, que te voy a hacer un hombre, o vestirse de mujer no es normal”. Según la letrada, las víctimas de estas situaciones “no tienen por qué aguantar ese daño, esa humillación, esas vejaciones, que antaño eran consideradas normales y que hoy en día se dan menos, pero aún existen en nuestra sociedad”. “Ahora es delito, desde la introducción en el Código Penal, tras la reforma de la Ley Orgánica 1/2015”, apunta Garrocho.
Recuerda que el artículo 510 del Código Penal está dentro de los delitos “contra la Constitución, en el capítulo quinto, dedicado a los relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas”.
“Esto denota su relevancia, pues su finalidad es la protección de la discriminación como derecho autónomo derivado del derecho de igualdad del artículo 14 de la Constitución Española”, señala la abogada. Y cita que “todos los españoles somos iguales ante la Ley, y nuestra opción sexual ha pasado, tras la citada reforma, a estar protegida con rigor, evitando el sufrimiento que se ha venido causando por personas homófobas a sus víctimas, solo por tener una orientación sexual diferente; en este caso, la Ley regula y protege la dignidad que, hasta 2015, no estaba recogida en el Código Penal”.