ElDiario.es/Oriol Solé Altimira.- El vecino de la localidad está acusado de realizar pintadas y colgar folletos con esvásticas e insultos como “Ballart maricón”.
El alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, que gobierna la ciudad desde hace años con mayoría inconstestable, viene sufriendo durante casi el mismo tiempo insultos y amenazas por su orientación sexual. Por primera vez este jueves estas vejaciones se han dirimido en un juicio, ya que el resto de causas se habían archivado por falta de autor conocido.
En la sección 9ª de la Audiencia de Barcelona se ha celebrado este jueves la vista contra un vecino de Terrassa acusado de realizar pintadas y colgar folletos homófobos contra su alcalde. El acusado ha negado los hechos, mientras que la Fiscalía se ha reafirmado en su petición de dos años de cárcel.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el acusado, entre octubre de 2019 y marzo de 2020 efectuó “multitud” de pintadas y colocó carteles manuscritos en varios espacios y edificios públicos de Terrassa “en los que se denigraba de forma obsesiva” a Ballart mediante insultos homófobos.
El acusado actuó, mantiene el Ministerio Público, guiado “por la animadversión y el rechazo a la orientación sexual y a las ideas políticas” de Ballart, que tras su primera etapa como alcalde bajo las siglas del PSC en 2019 revalidó la alcaldía de la mano de su propio partido.
El escrito de acusación del fiscal detalla solo 19 de las decenas de pintadas y escritos homófobos que habría realizado el acusado. “Ballart maricón”, junto a una esvástica, era una de sus pintadas predilectas pues la repitió en varias ocasiones.
El procesado también realizó pintadas de una esvástica y “maricas no”, según el fiscal, en la sede de Tot per Terrassa, el partido de Ballart, mientras que en una parada de autobús próxima al local colocó un panfleto con el texto “tú a trabajar y pagar, Ballart a cobrar y mariconear”.
Por todo ello el fiscal reclama al acusado dos años de cárcel por un delito de lesión de la dignidad de las personas, y pide que pague además una multa de 5.400 euros e indemnizar con 685,1 euros al Ayuntamiento de Terrassa por el coste de borrar las pintadas del espacio público.