Los acusados han insistido en que tan solo evitaron que el vehículo se dirigiera a los actos del Orgullo tras ser vetado por sus pactos con Vox, sin causarle destrozos
ELDIARIO.ES.- La Fiscalía ha reclamado una multa de 540 euros para cada uno de los cuatro activistas LGTBI acusados de coacciones leves con motivación ideológica en relación a las pintadas perpetradas al autobús LGTBI de Ciudadanos en el Orgullo de Barcelona del año pasado. En un juicio rápido celebrado este martes, el Ministerio Público y Ciudadanos, que ejerce la acusación particular, han sostenido que los cuatro activistas formaban parte de la treintena de personas que rodearon el vehículo, lo pintaron con lemas como «fuera fascistas» e incluso llegaron a romperle algún faro.
Los acusados, que solo han respondido a sus letrados, han admitido la participación en la manifestación del Orgullo de Barcelona y en que impidieron el avance del autobús de Ciudadanos al haber sido excluida la formación de la conmemoración LGTBI debido a sus alianzas con Vox en Andalucía o Madrid. Los acusados han insistido en que tan solo evitaron que el vehículo se dirigiera a los actos del Orgullo, sin causarle destrozos, informa la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Por contra, Ciudadanos sostiene que los jóvenes, además de las pintadas, lanzaron gritos de «os quemaremos el autobús», por lo que además de las coacciones les acusa de amenazas y reclama una multa 1.080 euros a cada una y 250 euros de indemnización por daños morales para los tres militantes de la formación que permanecieron dentro del vehículo.
Los hechos ocurrieron el 29 de junio del año pasado en la plaza Universidad de Barcelona. Una veintena de personas pararon y pintaron el autobús LGTBI de Ciudadanos en protesta por los pactos del partido de Albert Rivera con Vox, el principal motivo por el que los organizadores del Pride ya habían decidido vetar la formación de la marcha. Tras ser pintado el autobús se marchó de plaza Universidad escoltado por las fuerzas de seguridad.
Las defensas de los encausados han alegado que la denuncia la había interpuesto el secretario de comunicación del partido en Barcelona, Jorge Carlos Feijoo, pese a no estar presente en el lugar de los hechos. Feijoo ha alegado que él acompañó a los tres militantes que estaban dentro del autobús a denunciar los hechos ante los Mossos y que, gracias a los vídeos que grabaron desde el interior y otros recopilados desde fuera pudieron aportar la identidad de dos de los supuestos atacantes ahora juzgados.
De las tres víctimas, dos hombres han asegurado que pasaron «miedo» durante los 15 minutos «de tensión, violencia y nervios» en que el vehículo estuvo bloqueado en la plaza Universidad. Han explicado que la intención del partido era que el autobús pasara por la plaza Catalunya, pero que al encontrarse el tráfico cortado parcialmente terminaron parados en un semáforo en rojo en la plaza Universidad.
Una vez en la plaza, han proseguido los denunciantes, decenas de manifestantes rodearon el vehículo, le dieron golpes, hicieron pintadas insultantes y les insultaron a gritos de «fascista» además de lanzarles «amenazas serias» de que «quemarían» el autobús. El conductor intentó dar marcha atrás o desviarse en otra dirección, pero los manifestantes lo impidieron hasta que la policía escoltó el bus porque se fuera del lugar.
Uno de los denunciantes ha reconocido que pese a que el año pasado los organizadores del Orgullo habían prohibido la presencia del autobús de Ciudadanos, al conocer el recorrido y horario de la manifestación oficial querían pasar «muy cerca» de la marcha sin asistir a la misma.
También ha defendido que el ataque fue por motivos ideológicos. Uno de los denunciantes ha identificado a dos de los acusados, y el otro los ha identificado a los cuatro como participantes en los hechos. Por su lado, la defensa ha pedido la absolución al considerar que es Ciudadanos quien no debería haber ido a la zona de la manifestación al ser vetado por el Orgullo.