Levante.- «David agredió sexualmente a Wafaa quien no pudo defenderse porque tenía las manos atadas de brazos y muñecas de cinta americana de color marrón; fue violada por el acusado, quien le sajó el sujetador por la parte delantera a la altura de las copas encontrándose el cuerpo de Wafaa» totalmente desnuda de cintura para abajo «sin ropa interior y sin pantalones y/o falda».
Y «con ánimo de aumentar el daño de la víctima le asestó diversas puñaladas, de las que se han podido determinar al menos tres de ellas, una le pudo causar la muerte, en concreto la apuñaló en la espalda pudiendo afectar a órganos como pulmones, mediastino o vísceras abdominales, con evidente ánimo de ensañamiento«.
Extrema crueldad
A continuación, y «siempre con la intención de causar el mayor daño posible a la víctima» le disparó con una carabina de aire comprimido» para la que no tenía licencia de tenencia y uso, «de los cuales siete proyectiles se localizaron en el cuerpo de Wafaa, concretamente en un glúteo, en el coxal izquierdo y en los antebrazos.
Después, «precintó su cabeza desde la barbilla hasta el cráneo con cinta americana de color marrón a modo de mordaza, ocluyendo los ojos y las vías respiratorias superiores, que le produjo la muerte por asfixia y todo ello, con evidente animus necandi [intención homicida] tras el secuestro, violación, apuñalamiento y tiroteo de la víctima».
«Por último y con la intención de ocultar el cadáver y en consecuencia la comisión del delito y de este modo no ser descubierto, procedió a tirar el cuerpo de Wafaa a un pozo de 16 metros de profundidad existente en dicho inmueble [la finca Vidalet de Carcaixent, que por entonces era de su familia [la vendieron apresuradamente poco después del asesinato], asegurándose además de que no se descubriera el mismo, dado que lo lastró hasta su fondo por medio de una azada» que ató con una cuerda al cadáver «para se sumergiera en el agua el cuerpo de Wafaa en su totalidad».
Tres asesinatos: dos mujeres y un bebé
Esa es la detallada descripción de lo que, a tenor de los más de cuatro años de investigación policial y judicial, hizo el delincuente de Carcaixent ya condenado en tres ocasiones por maltratar a distintas chicas David S. O., conocido como El Tuvi, con la joven de la Pobla Llarga Wafaa Sebbah, que tenía 19 años cuando, según ha confesado el criminal, la mató y se deshizo de su cuerpo en la tarde-noche del domingo, 17 de noviembre de 2019. Mantuvo silencio absoluto hasta su detención, en junio de 2021, cuando reveló, a grilletes puestos y cuando la Guardia Civil estaba a punto de no dejar títere con cabeza en el chalé familiar para buscar el cuerpo, que los restos de Wafaa estaban en el pozo de la segunda finca de la familia.
Y siguió negando la mayor a través de su silencio, a pesar de la batería de pruebas en su contra en este y en el otro feminicidio que se le imputa -el de Isabell Raducanu, una mujer embarazada de seis meses a la que presuntamente mató estrangulándola primero y clavándole luego 36 veces un cuchillo cinco meses antes que a Wafaa-, hasta pasados 44 meses, cuando decidió por fin confesar, eso sí, a su manera, tildando el brutal crimen de «accidente». Confesión que coincidió, casualmente en el tiempo, con su imputación oficial en el asesinato de Isabell y de su bebé nonato.
Ahora, cuatro años y un mes después del brutal asesinato de la joven de la Pobla Llarga, su familia, personada como acusación particular en la causa judicial desde el momento en que fue hallado el cuerpo de Wafaa, ha presentado a través de su abogado, el penalista valenciano Jesús Ruiz de Valbuena, el escrito provisional en el que narra la sucesión de barbaridades detalladas al inicio de esta información y concluye que, como autor de cinco delitos, todos ellos graves, es merecedor de una condena a prisión permanente revisable y, además, de otros 33 años de cárcel añadidos.
La mató para ocultar la violación
Así, la pena más grave, la de la prisión permanente revisable, correspondería al asesinato. La familia la pide al considerar «más que acreditado» gracias a la investigación del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de València y de la UCO, que el homicidio se vio agravado por el ensañamiento -lo que lo convierte en asesinato- y que, además, al haber sido cometido a continuación de la violación, y como medio para ocultar este primer delito, encaja a la perfección en el supuesto segundo del artículo 140 del Código Penal.
Una vez terminada esa condena -solo se puede empezar a revisar a partir de los 25 años de cumplimiento efectivos y seguidos y siempre y cuando la familia acceda a la revisión-, solicita otros 10 años más de libertad vigilada y varias medidas más para restringir su movilidad.
Otros 33 años de cárcel y 20 de libertad vigilada
Además, le suma otros 33 años más de cárcel: 15 de cárcel y otros 10 más en libertad vigilada por la violación (acreditada en el informe de los expertos en la conducta de la UCO de la Guardia Civil que explica por qué David S. O. es un depredador sexual); otros 15 años por el secuestro (la llevó en contra de su voluntad, y ya maniatada y posiblemente golpeada, desde Manuel hasta el chalé del abuelo en Carcaixent, donde cometió la agresión sexual, las torturas y el asesinato); dos años más de cárcel por el delito de odio (como mujer -género- y como magrebí -raza-); y un año de cárcel por la tenencia ilícita de la carabina con la que tiroteó a la joven antes de su asesinato.
Si sale, bajo localización y control permanentes
A ello se suman otras medidas restrictivas como las dos de libertad vigilada, (que suman 20 años y que se cumplirían tras el periodo de prisión), el alejamiento por el mismo periodo y a una distancia mínima de 1.000 metros de los padres y hermanos de Wafaa, el destierro de la Pobla y su localización permanente con una pulsera de control telemático por diez años, entre otras, que incluyen, por ejemplo, recibir cursos de educación sexual y de género, o no poder cambiarse de casa ni salir del lugar donde resida para ese lejano futuro sin que un juez lo autorice.
Más de medio millón de euros de indemnización
Además, la acusación particular solicita una indemnización que supera el medio millón de euros por el daño infligido a los cuatro familiares que han sobrevivido a Wafaa: 202.000 euros para Soraya, la madre; la misma cantidad para Nabil, el padre; y 83.000 euros para cada uno de los hermanos menores de la chica. En total, 570.000 euros, de los que, a juicio de la acusación particular, 40.000 deberían ser consignados ya en una cuenta judicial para afrontar esa responsabilidad civil.
Esta no es la primera vez que David S. O. escucha que lo que le espera, a petición de la familia de Wafaa, es la prisión permanente revisable. Fue en marzo del año pasado, durante la comparecencia celebrada en el Juzgado de Instrucción número 4 de Alzira para imputarle oficialmente los delitos cada una de las partes.
Madre e hijo guardan silencio
En esa ocasión, tal como publicó Levante-EMV, el abogado que ejerce la acusación particular en nombre de los padres y hermanos de la joven anunció que esa sería la petición de pena dado que le consideraban autor de un delito de asesinato subsiguiente a la violación de la chica. Ruiz de Valbuena desgranó en esa ocasión la sucesión de delitos sosteniendo la mirada a Tuvi, que no se inmutó. Solo al final trató de parecer compungido, aunque con poco éxito, según los presentes.
Tras esa vista, en la que se limitó a decir «no voy a decir nada» -todavía no había confesado ante los forenses-, el juez intentó tomar declaración a la madre a petición de la acusación particular, ante el convencimiento de esta parte de que podía haber encubierto a su hijo. La madre, como el hijo, decidió no hablar: «No voy a declarar». Fueron sus únicas palabras. Aún así, el juez, en un acto de humanidad, le permitió abrazar a David S. O. antes de abandonar la sede judicial.