En la Comisaría de Maspalomas, el domingo ingresó uno de ellos con fiebre, aunque posteriormente dio negativo
LAURA L. CARO. ABC.- Los inmigrantes irregulares llegados a Canarias desde la entrada en vigor el viernes de cuarentena forzosa para todo el que venga del extranjero están siendo encerrados en calabozos hasta agotar al límite el tiempo máximo permitido por la ley de 72 horas.
Esta situación está cargando «sobre las espaldas de la policía» una responsabilidad que no les corresponde. La suya es la identificación y registro. Pero acoger a estas personas compete al Ministerio de Inclusión y Migraciones que dirige José Luis Escrivá y que ayer seguía sin tener ni protocolo ni recursos habilitados para ejecutar el mandato de Sanidad. «Entre los agentes hay malestar, claro», confirmaba el secretario general del SUP en el archipiélago, José Luis Guedes, atendiendo además al riesgo de salud pública que esa custodia impropia entraña para los funcionarios y para «los detenidos de ámbito penal, que están en esas celdas y son los que sí deben ocuparlas».
Ese riesgo se puso de manifiesto el domingo con el ingreso en el calabozo de la Comisaría de Maspalomas (Gran Canarias) de un adulto procedente de un cayuco al que le fue detectada fiebre alta. Su test finalmente dio ayer negativo en coronavirus.
Durante el actual estado de alarma, no hay expulsión de inmigrantes irregulares a otros países, se ha cerrado el Centro de Internamiento (CIE) y, además, desde mediados de febrero no hay traslados de Canarias a la Península, como recuerda Txema Santana, de CEAR, que pide «corresponsabilidad» para restablecer ya esa vía de descongestión. La inmigración, por tanto, está «estancada» en las Islas, «todas las plazas de acogida, ocupadas» y aunque «hay infraestructuras y capacidad, hace falta organizar y coordinación».
«Desesperados buscando sitios»
Pero no se ha hecho. El domingo, 14 inmigrantes eran recluidos en la Comisaría de Maspalomas. El martes, 17 adultos llegados en otra patera eran llevados a los calabozos de la Jefatura Superior de Canarias. Los primeros cumplían las 72 horas ayer sin que Inclusión les hubiera derivado a una instalación más digna. A solo dos horas de expirar ese plazo, ese departamento rehusó despejar a este diario dónde les iban a trasladar. «Van a contar con recursos preparados para su acogida», fue su respuesta. Fuentes consultadas por ABC señalaron que el destino era la residencia escolar Santa María de Guía, aunque al parecer hubo «cambios de última hora» y fueron llevados a un albergue en Tafira baja, donde recientemente se habilitaron plazas para menores, pero con vocación de que el centro también tuviera funciones de acogida de emergencia. «Están desesperados buscando sitios», añadieron las mismas fuentes.
En tanto, la Delegación del Gobierno dijo que la permanencia de inmigrantes tres días en las celdas «está dentro de la normalidad», algo que tanto CEAR como el SUP desmintieron. «Si llegan de madrugada, a mediodía o primera hora de la tarde, están filiados y salen, ni 24 horas», subrayó el representante sindical. Al margen, ambas organizaciones incidieron en que el espíritu del decreto de Sanidad es que la cuarentena sea de 14 días en el mismo sitio, lo que no se compadece con cumplir primero en un calabozo y una segunda parte en otro lugar.
