ÚLTIMO CERO.- Las camisas azules con el yugo y las flechas bordado en rojo se han vuelto a ver hoy en el centro de la ciudad de Valladolid, en un acto falangista en el que se ha comparado la Ley de Memoria Histórica con el Estado Islámico (EI).
A las 12.20 horas, dos jóvenes con gafas oscuras, botas y aparatosos guantes negros atraviesan las Plaza Mayor con destino a la próxima plaza de Martí y Monsó. Marchan con paso desafiante y provocador con una enorme bandera con el ‘aguilucho’, desplegada al viento que restriegan por la cara de los policías que han blindado los accesos a la zona del Coca.
En las seis calles de entrada a Martí y Monsó se puede ver a una pareja de antidisturbios -con el casco colgando de la cintura- que escruta con sus miradas a todo el que se adentra en el perímetro en el que dicen se va a ‘defender la historia’. En el interior de la plaza y en las calles adyacentes, varias grilleras. Es la vigilancia estática, reforzada por otra móvil, que se hizo notar cuando la manifestación del 8 de Marzo debía enfilar la calle Santiago y los gritos de ‘Aborto libre y gratuito’ se intuían a lo lejos. Y, por si fuera poco, los organizadores del acto han montado su propio servicio de seguridad, que aunque no todos sus miembros van uniformados no pueden disimular cuál es su papel.
En el centro de la plaza, poco más de un centenar de individuos, la mayoría con camisa azul, se ha desplegado en formación militar para intimidar y dar sensación de ser más de los que en realidad son. Hay profusión de enseñas y banderas – destacan las del ‘aguilucho’-. La parafernalia que rodea este tipo de actos fascistas ha sido montada en esta ocasión por la denominada La España en Marcha (Falange, Alianza Nacional, Movimiento Católico Español y Nudo Patriótico Español).
Pocos minutos después de las 12.30 horas da comienzo la concentración «contra el revanchismo de la izquierda y la cobardía de la derecha». La primera mención a Onésimo Redondo es recibida con gritos de «¡Presente!». En la descripción apocalíptica de la realidad de las arengas no falta la comparación de la Ley de la Memoria Histórica con el Estado Islámico. Para estas mentes, la demolición de la antigua ciudad asiria de Nimrod es comparable al anuncio de retirada del decrépito monumento de Onésimo Redondo del cerro de San Cristóbal, donde los afiliados a Falange Española de las JONS celebraron un acto reivindicativo, precedido de una ofrenda floral y lectura de ‘la oración por los caídos’ ante el mausoleo del ‘caudillo de Castilla’ en el cementerio del Carmen.
Antes de las 14 horas, tras los gritos y cánticos de rigor, la soleada plaza de Martí y Monso poco a poco comienza a recobrar la normalidad. Y los habituales domingueros del lugar salen a tomar el sol -de cara o de culo, como quieran- acompañándose de un vermú, una caña o un ribera como si nada anormal hubiera ocurrido.
Mientras los más rezagados recogen el equipo de megafonía instalado ante ‘La Tahona’ para introducirlo en un Citröen de color rojo, una señorona en solitario, enfundada en una camisa azul y con una bandera con el ‘aguilucho’ al hombro -que muy bien pudo haber participado el 4 de marzo de 1934 en el teatro Calderón en la fusión de FE y JONS-, es la última en abandonar la zona por la pastelería de ‘Maro Valles’ ante la mirada de los paseantes.