Diario.es.- Son chavales jóvenes que se proyectan en grupos que han tenido renombre como ‘Los hermanos koala’ o ‘Los 480’ de Santutxu», apunta el jefe del operativo del servicio de investigación criminal de la Ertzaintza en Bizkaia
El jefe del operativo del servicio de investigación criminal de la Ertzaintza en Bizkaia y experto en bandas, Ramón Bañuelos, ha explicado que en la actualidad han detectado a 22 bandas juveniles que usan la violencia para generar «miedo», y están surgiendo nuevos grupos que no llegan a ser organización, como en el Duranguesado, por lo que ha llamado a la prevención, basada sobre todo en la educación.
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Bañuelos ha señalado que en la zona del Duranguesado hay chavales que no integran bandas organizadas, aunque «sí han cogido ciertos aspectos, como puede ser el nombre (como el de los ‘Caimanes’), de estos grupos que operan en especial en la Margen Izquierda».
«Atienden de los parámetros que actualmente caracterizan a las pandillas juveniles que operan en la Comunidad Autónoma Vasca. También es verdad que son de nueva creación, son chavales más jóvenes y lo que hacen es proyectarse un poquito sobre la incidencia que han tenido grupos que han tenido renombre como ‘Los hermanos koala’ o ‘Los 480’ de Santutxu», ha apuntado.
‘Los hermanos koala’ son un grupo violento conocido en Barakaldo por cometer robos de forma violenta. El pasado 25 de julio propinaron una brutal paliza en la localidad vizcaína de Amorebieta a un joven de 23 años. En el ataque participaron una veintena de integrantes de dicha banda, que grabaron en un vídeo la paliza, en el que se oían frases como «mátale, mátale”. Por el momento, la Ertzaintza ha detenido a 16 jóvenes responsables del suceso, algunos de ellos menores de edad, mientras que el joven que recibió la paliza continúa en estado grave en coma inducido.
Tras aquel suceso, el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, explicó que ‘Los hermanos koala’ es un grupo que ha «reemergido», es decir, que ha dado continuidad a una organización ya existente con una «generación anterior». La Ertzaintza ha explicado que hay constancia de otras bandas similares en Bizkaia, como es el caso de ‘Los Caimanes’ que ahora han cambiado de nombre para denominarse ‘El 220’, que es el código postal que se refiere a la zona del Duranguesado. «Pero no actúan igual que hasta ahora actuaban los de la Margen Izquierda. Últimamente ocupaban espacios públicos y están despojados de los elementos propios de una organización, como el hecho del reparto de funciones o liderazgo jerarquizado. No hay liderazgo de ningún tipo, son una cuadrilla de chavales que se junta, le han puesto un nombre, más que nada por reflejo de lo que pueda haber en otras bandas, pero nada más», ha indicado Bañuelos.
El responsable de la Ertzaintza ha recordado que, tal como prevén el Código Penal y la propia Fiscalía General Estado, «la diferencia entre organización criminal y grupo criminal, es que la organización necesita de una estructura jerarquizada, tiene que estar en torno a una estructura rígida piramidal, mientras que el grupo criminal se juntan siempre más de dos personas y se dedican a hacer cualquier tipo de actos, sobre todo violentos».
Para Ramón Bañuelos, estas bandas juveniles están compuestas de «chavales que tienen un conflicto con las normas y los valores que están implantados en la sociedad». «Y el conflicto está en que utilizan la violencia como una herramienta principal para la construcción de la ética grupal. Es decir, que el ADN del grupo como tal es la violencia, crear temor en los demás», ha subrayado.
Se trata, según ha especificado, de chavales de entre 12 y 16 años, que, «creando más miedo en los demás, se sienten más protegidos» dentro de un grupo.
Prevención y educación contra las bandas
A su juicio, lo principal para atajar este problema es la prevención cuando son menores y radica en la educación, «que se hace en casa, pero también en las escuelas». «Nosotros, dentro del plan de acción que tenemos sobre este tipo de bandas juveniles se basa en cuatro ejes y el primero es la información. Saber qué chavales conforman estos grupos es importante. Para eso tenemos la dirección de la APP de la Ertzaintza donde nos pueden dar toda esta información porque nos ayuda a desarrollar la capacidad de interpretación y a prevenir un poquito los delitos», ha manifestado.
En este sentido, ha señalado que han recibido noticias de lugares de quedadas en las que se citaban para pegarse. «El hecho de tener esa información nos ayuda a prevenir llevando patrullas al lugar. Así se evitan muchas peleas multitudinarias», ha precisado. Además, realizan charlas en el instituto y, en concreto, este año, hasta septiembre, se han ofrecido 26 en centros docentes o asociaciones familiares en las que han participado más de 600 personas. En la zona de Durango, se ha impartido una charla en un instituto en el que han participado más de 300 estudiantes del centro sobre ‘Ciberbulling’, que, según asegurado, está relacionado con la actuación de las bandas.
Bañuelos también ha explicado que ahora hay un grupo emergente, que se llama los ‘340’. En todo caso, ha insistido que en estas bandas juveniles en Euskadi no han detectado estructuras de dirección. No se las puede denominar como organizaciones criminales, sino como bandas o grupos», ha puntualizado.
La Ertzaintza, cuando detecta un hecho delictivo, lo ponen a disposición de la Fiscalía de menores, en caso de ser chavales, y del juzgado de guardia competente, si son mayores de edad. En estos casos, las diferentes entidades sociales y Fiscalía de Menores actúan con «el mayor rigor de los posibles en relación a los menores, que son personas en proceso de formación para insertarse en una sociedad que tiene ciertos valores».
«Más que buscar una represión, se busca una ayuda a estos chavales»
«Si alguno de esos valores se ve alterado, hay que corregirlos. Por eso, más que buscar una represión, se busca una ayuda a estos chavales que, en un momento dado, bien porque sean familias desestructuradas o porque han sido captados por este tipo de banda, quedan inmersos en una dinámica, en unas inercias que no son buenas para el chaval», ha señalado.
Por ello, todo se orienta más hacia la ayuda. En confinamiento, «ha desaparecido toda actividad de estos chavales» y, posteriormente, en cuanto se ha dado «un poquito de vía libre para salir a la calle, al final, se juntan todos».
«Lo que hemos detectado de bandas con mayor arraigo, buscan utilizar la violencia, buscar el temor en los demás chavales de su edad. Siempre van en grupo 13, 14 ó 15 chavales que rodean a tres o cuatro, y ya se sienten intimidados», ha apuntado.
El responsable de la Ertzaintza ha pedido que, quien tenga información, se la comunique, porque «es fundamental». Los grupos existentes en Berriz, Abadiño y Durango están integrados por chavales nacidos en esa zona casi al 100%, mientras que en otros lugares pueden ser multiétnicas, que se juntan por barrios «o por lo que sean».
Desde el 2011, la Ertzaintza monitoriza todo tipo de bandas y se han detectado, hasta ahora, cerca de 22 bandas en Bizkaia, casi todas en el Bilbao metropolitano, la Margen Izquierda y algunas en la Margen Derecha. «Son jóvenes que no tienen medios de transporte y que utilizan el metro, tranvías y todo tipo de transporte público que tiene a su alcance para desplazarse», ha dicho.
No obstante, ha apuntado que están emergiendo otros «pequeños grupos», que no denominaría ni bandas ni grupos siquiera, que «cogen el reflejo» de estas. En todo caso, ha aclarado que no se han detectado bandas de adultos, como las latinas tradicionales de ‘Latin King’ o ‘Ñetas’, con una dirección jerarquizada que lo organiza.