EFE. LA VANGUARDIA.- La Comisión Europea (CE) consideró este lunes una «vergüenza» el carnaval de la localidad belga de Alost, donde han desfilado comparsas disfrazadas de judíos ortodoxos con cuerpo de insecto, y aseguró que investigarán las quejas recibidas por el carácter antisemita del evento.
«El carnaval de Alost es una vergüenza. Tiene que parar. No hay sitio para esto en Europa», declaró en la red social Twitter el comisario europeo encargado de la lucha contra el antisemitismo, Margaritis Schinas.
En la misma línea, un portavoz del Ejecutivo comunitario indicó que estas acciones son «incompatibles con los valores y principios en los que se fundamenta la Unión Europea», si bien recordó que corresponde a cada país emprender acciones cuando se dan estos casos en su territorio, por lo que desde el punto de vista legal él poco puede hacer.
«La Comisión Europea no tiene vocación de instruir a las autoridades belgas» sobre qué hacer ante la situación, dijo.
El Ejecutivo comunitario, no obstante, estudiará las quejas que ha recibido de terceras partes por este evento, añadió.
El carnaval de Alost, en la provincia de Flandes occidental, es conocido por ser irreverente, pero en diciembre de 2019 la Unesco sacó el evento de su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial por las «recurrentes representaciones racistas y antisemitas».
A juicio del organismo de Naciones Unidas, este carnaval no cumple con el requisito de ser compatible «con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes» ni con los «imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos».
El Instituto Transatlántico del Comité Judío Estadounidense, con sede en Bruselas, ha pedido a la UE que inicie una investigación a Bélgica puesto que las autoridades del país han permitido que se celebre el carnaval, en concreto, que se estudie la apertura de un expediente por no respetar el Estado de Derecho, como exigen los tratados comunitarios.
En un comunicado, la organización denunció que tras haber utilizado también grandes marionetas antisemitas en la edición anterior, los disfraces de este año «invocan la deshumanización de los judíos como una plaga de la era nazi».
Añadieron que, en los días previos al evento, los organizadores vendieron «kits de rabino» con narices gigantes para colocarse en la cara, los sombreros tradicionales que portan los judíos ortodoxos y tirabuzones falsos.
Pese a la controversia, el ayuntamiento de Alost -gobernado por los nacionalistas flamencos de la N-VA en coalición con los liberales de Open VLD y los democristianos CD&V- ha decidido no vetar la presencia de las carrozas en cuestión en los desfiles, que continuarán durante esta semana.
La primera ministra en funciones belga, la liberal Sophie Wilmes, dijo este domingo que los elementos antisemitas en el desfile dañan «los valores y la reputación» del país, pero señaló que la democracia belga se funda también en la libertad de expresión, que implica «la libertad de criticar, de blasfemar, de caricaturizar».
Así, el Gobierno deja en majos de la Justicia determinar si se ha infringido la ley, aunque no será el Ejecutivo el que lo lleve ante los tribunales.