La Razón.- Once miembros y un policía simpatizante está acusados de planea atentados contra políticos, refugiados y musulmanes.
El juicio contra once presuntos miembros de un grupo “terrorista” de extrema derecha ha comenzado hoy en la ciudad alemana de Stuttgart. Los sospechosos, de entre 32 y 61 años, fueron arrestados en febrero del año pasado.
Los fiscales dicen que los once hombres, todos alemanes, eran miembros del Gruppe S (Grupo S), que planeó ataques contra migrantes, musulmanes y políticos, con el objetivo de desencadenar una guerra civil.
Un duodécimo hombre, un ex policía, está acusado de ofrecer apoyo material al grupo. También está en juicio. Uno de los miembros del grupo sigue prófugo y está siendo juzgado en rebeldía.
Los hombres del Gruppe S tenían la intención de “sacudir y finalmente derribar el orden estatal y social” en Alemania, dice la acusación.
Werner S, el presunto líder del grupo, organizó una reunión con otros siete miembros fundadores en una zona de barbacoa en el Estado de Baden-Württemberg en septiembre de 2019. Durante los meses siguientes, otros se unieron y se mantuvieron en contacto por teléfono y chat por Internet.
Según los archivos de la investigación vistos por la emisora pública alemana ZDF y el periódico “Stuttgarter Nachrichten”, Werner S planeaba adquirir un rifle de asalto Kalashnikov con 2.000 cartuchos de munición, una metralleta Uzi y granadas de mano. El grupo ya tenía 27 armas sin licencia, en su mayoría pistolas, se alega.
“Si los acusados hubieran podido llevar a cabo sus actos de terror planeados, habríamos tenido una máquina de matar totalmente brutal y masiva funcionando aquí”, aseguró Ralf Michelfelder, investigador criminal en jefe del Estado de Baden-Württemberg, antes del juicio.
Los medios alemanes informan que las autoridades fueron alertadas sobre las actividades del grupo en otoño de 2019 por un informante, que ahora es el testigo principal, bajo estricta protección policial. En febrero de 2020, la Policía arrestó a 13 hombres de cinco estados alemanes. Uno murió más tarde en prisión preventiva.
La mayoría de los miembros del grupo también pertenecían a otros grupos de extrema derecha, incluida la Bruderschaft Deutschland (Hermandad alemana), informa la emisora alemana ARD.
Thorsten W, quien está acusado de apoyar al grupo, trabajó para la policía en el estado de Renania del Norte-Westfalia y supuestamente ofreció 5.000 euros para comprar armas para los ataques.
La violencia de extrema derecha ha crecido de forma alarmante en los últimos años en Alemania. De hecho, los servicios secretos consideran que el terrorismo ultra supone una mayor amenaza para el país que el yihadismo. Los delitos relacionados con la extrema derecha alcanzaron en 2020 cifras récord desde 2001, con más de 23.000 actos relacionados con móviles racistas, antisemitas o contra la democracia.