RTVE.- Una querella señala una vía judicial para poder investigar 327 de los 379 crímenes de ETA sin resolver. La Audiencia Nacional ya ha retomado varias investigaciones en busca de los presuntos ‘cerebros’ de la organización.
El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha reabierto por un delito de genocidio en grado de tentativa la causa sobre el atentado de ETA que acabó con la vida en el año 2000 de dos jóvenes guardias civiles al estallar la bomba colocada bajo su vehículo oficial en Sallent de Gállego (Huesca).
El titular del Juzgado Central de Instrucción 6 ha adoptado esta decisión a raíz de una querella de la Asociación Española contra la Impunidad y para el avance de los Derechos Humanos (AECI) que enmarca este crimen en «una política de genocidio en grado de tentativa», una vía que permitiría declarar imprescriptibles 327 de los 379 crímenes de ETA sin resolver.
La Audiencia Nacional ya ha retomado varias investigaciones sobre crímenes de ETA en busca de los presuntos ‘cerebros’, a raíz de una serie de querellas presentadas por Dignidad y Justicia (DyJ).
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La novedad de esta querella radica en que enmarca este atentado en una «política de genocidio» llevada a cabo por ETA a través de sus múltiples acciones, algo que «hasta ahora no ha quedado debidamente reconocido ante los tribunales de Justicia en España».
La querella se dirige contra una decena de dirigentes de la organización
La querella se dirige contra 10 dirigentes de ETA, miembros de su comité ejecutivo o ZUBA, y que presuntamente «integraban el vértice y la cadena de mando jerárquico de la organización terrorista al momento de los hechos».
Se trata de Ignacio Miguel Gracia Arregui, Iñaki de Rentería; Javier García Gaztelu, Txapote; Juan Antonio Olarra Guridi, Jon; Ainhoa Múgica Goñi, Olga; Asier Oyarzabal Chapartegui, Baltza: Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi; Mikel Albisu, Mikel Antza; Vicente Goicoechea Barandiaran, Willy; Ramón Sagarzazu y Soledad Iparraguirre, Anboto.
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Gran parte de ellos están siendo ya investigados en otras causas de ETA que han sido reabiertas recientemente, como los del los concejales del PP Gregorio Ordóñez y Miguel Ángel Blanco.
Un delito que no habría prescrito y que permitiría reabrir otros casos
Sobre el delito de genocidio, la querella apunta a que desde 1996 el delito de genocidio «fue el primer delito de todos los delitos reconocido como imprescriptible por nuestro Código penal (…), ello ya 15 años antes de la propia y posterior reforma de la imprescriptibilidad de 2010».
«Ello significa –señala el escrito– que al momento de entrada en vigor de la nueva imprescriptibilidad del delito de genocidio (…) cualquier acto de genocidio perpetrado desde el 24 de mayo de 1976 (veinte años antes, su precedente plazo de prescripción) aún no se encontraba prescrito al momento de pasar a ser ya imprescriptible».
De este modo, la asociación considera que cualquier presunto acto de genocidio en concurso con asesinato terrorista perpetrado por ETA, «lisa y llanamente no ha podido prescribir por definición».
De hecho, defiende que 327 de los «asesinatos hoy impunes de ETA no habrían prescrito en realidad, y podrían reabrirse y seguir siendo investigados en cualquier momento de ser correctamente entendida la prescripción de tales cientos de asesinatos y su relación concursal y de conexidad como parte de una política en grado de tentativa de genocidio».
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Sostiene en este sentido que los asesinatos «eran un medio para llevar a cabo una más amplia política de genocidio» dirigida, entre otros, a «miembros del law enforcement, singularmente y como primer objetivo de la Guardia Civil, como forma de debilitar la protección del grupo perseguido «, puntualiza.
«ETA atenta en Sallent de Gállego como parte de una larguísima cadena anterior, y que continuaría posteriormente como queda de manifiesto con el listado de asesinatos consumados, asesinatos selectivos y masacres, contra los hombres y mujeres de la Guardia Civil y hasta respecto de sus propias familias», recalca la citada asociación.
Al hilo, alude a «la aparente existencia y utilización incluso, adicionalmente, de ‘órdenes en blanco de asesinar guardias civiles siempre que hubiese ocasión’ dadas desde la ‘zuba'», el comité ejecutivo de ETA.