Asesor del gobierno portugués, habla sobre la situación del movimiento socialista y Europa: «Los desafíos de una sociedad globalizada no se resuelven cerrando fronteras»
16/07/2018 Diario de Cádiz.- Rota ha acogido esta semana el Summer Camp, donde mil jóvenes socialistas de 30 países europeos han hablado sobre los desafíos de su movimiento, sobre la participación de la juventud en la sociedad o sobre Europa. El presidente de la Juventudes Socialistas Europeas (YES, por sus siglas en inglés), el portugués Joao Duarte Alburquerque (31 años), charla con Diario de Cádiz en un casi perfecto español.
-¿Qué le preocupa a los jóvenes socialistas?
-La situación de nuestro movimiento a nivel europeo, de la familia socialista, es una situación preocupante. Yo hasta hace unas semanas viajaba desde Portugal a Rumanía sin pasar por un país socialista. Ahora, por suerte, tenemos España. Por eso, queremos debatir de forma abierta sobre las posibilidades que tenemos como movimiento y cómo adaptar las políticas y las ideas al siglo XXI. Porque hay algo que no me canso de repetir: las ideas de igualdad, de redistribución, es una cosa que no morirá jamás y que no existe como ideal, existe como práctica. No creemos en una Europa fortaleza que deje morir a la gente a las puertas del continente, que las mujeres sean las más perjudicadas en su vida profesional. Y no hablo de una forma romántica de Robin Hood, sino de crear una sociedad que de una forma democrática permita a la gente acceder a oportunidades y a una condición digna de vida. Eso jamás en la historia, aunque los liberales triunfen electoralmente, morirá y es lo principal por lo que continuaremos luchando. Es verdad que el capitalismo ha permitido que gente salga de la pobreza, pero no ha quebrado las fronteras de la desigualdad que aún resisten en todo el mundo.
-En estos días ha mostrado su inquietud por el avance de la extrema derecha en el continente.
-Sí. Hay un articulista en mi país que decía que no se puede hablar de la amenaza de la extrema derecha como algo de futuro, es de presente. Como el cambio climático, que no es que vaya a llegar, es que ya está aquí. La Unión Europea es el proyecto de paz más duradero, parte de las conquistas económicas y políticas que hemos conseguido, y a lo que estamos asistiendo ahora, con un Consejo Europeo hablando de campos de extradición, es muy peligroso. Es algo que nosotros vemos con mucha preocupación. Considero que la extrema derecha triunfa precisamente por las desigualdades que hay, cuenta con más aceptación popular porque ha comenzado a plantear propuestas que eran socialistas de siempre. En Francia, Alemania, Austria… están hablando de una fortalecimiento del estado social pero con un problema, que no es pequeño: sólo para unos, totalmente discriminatorio. En igualdad excluyen a las mujeres del mercado laboral porque su mente conservadora cree que su vuelta al hogar permite el sustento social y que los hombres ocupen el poco trabajo que hay; excluyen a los que no son nacidos en el país, a minorías étnicas. Para nosotros es fundamental una sociedad inclusiva en la que todas las personas se sientan parte. Los desafíos de un mundo globalizado no se pueden resolver cerrando las fronteras, se resuelven mejorando las condiciones.
-Aquí en Cádiz vivimos de cerca el drama de la inmigración desde África, ¿qué proponen?
-Europa tiene un pasado desastroso. El acuerdo con Turquía fue una vergüenza y nuestra familia habla con fuerza en este tema. Creo que hay trabajar cada vez más con los países para mejorar la vida de estas personas en sus comunidades, pero no desde una posición postcolonialista, y lo que hay que hacer lo más deprisa posible es crear rutas de inmigración seguras, porque están pasando dos cosas. Primero, que la gente se está muriendo en el Mediterráneo; y segundo, que están cayendo en redes de tráfico de seres humanos que están creando una situación para estas personas aún más dramática. Por eso creemos en un cambio radical de las políticas de inmigración, pero no como quiere la extrema derecha, con Salvini, con Kurz en Austria, sino un cambio solidario y con todos los países, porque es un problema común. No se puede dejar sola a Italia o Grecia como se ha hecho. Para mí, lo que ha hecho España con el Aquarius es un ejemplo que permite decir que estamos cambiando la manera en que la gente percepciona esta cuestión. Que no es un peligro, una amenaza para nuestra sociedad, sino que, al revés, es una cuestión de oportunidad y de humanidad.
-Es usted asesor del Gobierno de su país, ¿cree que el Gobierno de Portugal puede ser un ejemplo para el de España?
-Desde Portugal estamos muy contentos con la llegada Sánchez, de que el socialismo no es una utopía como intenta vendernos la derecha. La configuración política de los partidos de izquierda en Portugal es bastante diferente a la de España y jamás hemos tenido la pretensión de que la solución de coalición parlamentaria de izquierdas sea el modelo de futuro para la familia socialista, hay muchos modelos que pueden funcionar. Depende de que no se valoren los principios que defendemos y con los que queremos triunfar en Europa. Lo importante es que el PSOE sea capaz, como está haciendo, de cambiar las políticas de manera que el electorado lo entienda como una mejoría de la calidad de vida como ha hecho en el pasado. Yo creo que Sánchez lo podrá hacer y en Andalucía eso se ve. Por ejemplo, la bonificación de matrículas universitarias que se ha introducido en Andalucía es casi revolucionaria. Se le está diciendo a los jóvenes que no importan sus condiciones económicas, que para nosotros lo importante es que tú tengas acceso libre a la educación de calidad. La escuela pública es el mecanismo más democrático de cambio social.
-¿Y qué mensaje dejaría para los jóvenes?
-Vemos muy importante dar oportunidades para que participen a nivel europeo, nacional, con liderazgos. Mi generación no quiere ver que las políticas sean hechas a la antigua, donde los intereses económicos y de la política sigan siendo opacos. Mi generación quiere una vida política transparente y ahora los órganos europeos que tenemos no tienen correspondencia con el voto. Sólo podemos votar al Parlamento y el parlamento europeo es el único del mundo que no tiene iniciativa legislativa. No vamos a aceptar un sistema corrupto, sin valores morales, creemos en la participación lo más directa posible y en la capacidad transformadora que tenemos para llevar las políticas de inclusión a la realidad. El mensaje es que den oportunidades a los jóvenes en las elecciones europeas, nacionales o locales que tendrán el próximo año.