El líder conservador recalca como condición que el Ejecutivo sea «proeuropeo»
SARA VELERT. EL PAÍS.- El líder conservador austriaco, Sebastian Kurz, ha anunciado este martes que invitará a la ultraderecha a conversaciones para formar una coalición de gobierno. Kurz ganó las elecciones legislativas el pasado 15 de octubre con un 31,5% de los votos y ya había señalizado durante la campaña su rechazo a reeditar la gran coalición con los socialdemócratas, que quedaron en segundo lugar (26,9%) a menos de un punto de los ultranacionalistas de Heinz-Christian Strache, que incrementaron su apoyo electoral hasta el 26%.
El aún ministro de Exteriores de Austria ha abierto así la puerta al regreso del FPÖ al Gobierno, en el que participó también con los democristianos (ÖVP) entre 2000 y 2006. Una experiencia que generó fuerte rechazo dentro de la república alpina y en la Unión Europea, varios de cuyos miembros adoptaron durante un tiempo sanciones diplomáticas contra Austria.
Tras la victoria del ÖVP, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, expresó su deseo de que el próximo Gobierno austriaco sea proeuropeo, y esa es una condición que ha citado varias veces Kurz durante el anuncio del inicio de negociaciones. “El Gobierno debe tener una clara posición proeuropea” y ser un socio activo en la reforma de la Unión, ha destacado Kurz, consciente del rechazo y los temores que despierta una participación del FPÖ en un futuro Ejecutivo.
La ultraderecha, que llegó a sugerir un posible referéndum de salida de Austria de la UE tras la votación del Brexit, ha dado marcha atrás en el último año y se ha mostrado menos euroescéptica. Su línea antieuropea fue uno de los motivos por los que perdió, aunque por un estrecho margen, las elecciones a la presidencia de Austria en diciembre pasado, ganadas por el progresista Alexander Van der Bellen.
“He decidido invitar a Heinz-Christian Strache a negociaciones para la formación de un gobierno”, ha declarado Kurz en Viena, al tiempo que ha resaltado que ya ha tenido conversaciones preliminares “muy constructivas” con el líder del FPÖ. “Austria necesita que se forme rápidamente un gobierno estable”, ha añadido el dirigente conservador, que espera cerrar la negociación “antes de Navidad” para convertirse con 31 años en el canciller más joven de Austria.
Democristianos y ultranacionalistas coinciden en una línea dura hacia la inmigración —de hecho, Strache ha acusado a Kurz de copiarle su programa— y en una reforma administrativa y del sistema social que permita reducir impuestos. El dirigente ultra lanzó durante la campaña la pretensión de ocupar los ministerios de Interior y Exteriores en una eventual coalición. Kurz no ha querido pronunciarse este martes sobre esa expectativa.
El líder del principal grupo judío de Austria, Oskar Deutsch, advirtió este lunes en una carta abierta contra una coalición de alguno de los dos grandes partidos con el FPÖ, porque, en su opinión, aunque “los lobos nacionalistas se pongan piel de oveja azul” (el color de la ultraderecha) eso no cambia su naturaleza y es “solo apariencia”. El FPÖ se posiciona como partido antislámico y busca sacudirse la imagen de ser antisemita.