ABC/Elena Burés.- La Fiscalía pide cinco años de cárcel para los acusados de un delito de lesiones, con agravante de abuso de superioridad y discriminación ideológica.
Lo acorralaron y, una vez en el suelo, comenzaron a propinarle patadas y golpes con palos. Ocurrió el 17 de octubre de 2019, durante las protestas tras la condena del Supremo contra los líderes del ‘procés’. Grupos de ideología ultraderechista, reza el escrito de acusación de la Fiscalía, habían convocado una concentración en la plaza Artós de Barcelona. Allí se concentraron unas 250 persona. Algunas de ellas realizaron saludos nazis, con el brazo derecho en alto ,al grito de ‘Sieg Heil’; y también entonaron el ‘Cara al sol’ o el himno de la Falange.
Portaban banderas de España con el águila de San Juan y quemaron una estelada. En paralelo, otra protesta de signo contrario, la que convocaron colectivos denominados «antifascistas». Fue un cordón de los Mossos d’Esquadra el que separó ambas concentraciones para evitar incidentes, pero parte del grupo de ultraderecha trató de traspasar la barrera policial, y uno de ellos golpeó a un agente con el palo de una bandera -agresión por la que ya ha sido condenado-.
Fue el mismo individuo, M. R. C., quien, junto a otros tres, propinó una brutal paliza a un independentista,, tras abandonar la plaza Artós, en dirección al centro de la ciudad, donde, por tercera noche consecutiva, había disturbios contra la sentencia del 1-O. Durante su recorrido siguieron con los saludos fascistas, las proclamas con los soberanistas, y fueron haciendo acopio de objetos contundentes palos metálicos, de madera o sillas.
«En un momento determinado», apunta el Ministerio público, varios de los manifestantes que venían de plaza Artós abandonaron la marcha «con intención clara de buscar personas independentistas para agredirlas». Llevaban la cara tapada, y barras de hierro. Los antidisturbios dispersaron la concentración, pero eso provocó que algunos de los ultras se dispersasen por la ciudad «sin ningún tipo de control policial».
Entre éstos, M. R. C. , X. V. A. , X. C. C. y J. D. M. V. M., y también un menor de edad que, armados con palos, tubos metálicos y piedras, atacaron a un chico de 23 años en la calle Rosselló. Lo vincularon con el movimiento independentista y lo consideraron «enemigo a derribar». Así, sostiene el fiscal, movidos por su animadversión a la ideología que atribuyeron a la víctima, primero lo tiraron al suelo de un golpe, donde «continuaron agrediéndolo despiadadamente». Patadas y puñetazos que solo cesaron cuando varias personas acudieron a ayudar al joven.
Discriminación ideológica
Dos de los agresores -con antecedentes penales- están vinculados a la extrema derecha. Siguen cuentas y perfiles en redes de tipología neonazi, así como a grupos que legitiman la violencia por causas políticas, sostiene el escrito de acusación. También «han estado implicados en diversos incidentes relacionados con enfrentamientos contra personas de ideología independentista».
El joven agredido estuvo durante un mes de baja, y sufrió diversos traumatismos. Hombros, brazos, tórax, piernas, mandíbula y perforación del tímpano. Después, trastorno de estrés postraumático. Por todo ello, los cuatro acusados se sientan este lunes en el banquillo del Juzgado Penal 17 de Barcelona. La Fiscalía pide para ellos cinco años de cárcel por lesiones agravadas por abuso de superioridad y discriminación ideológica.
Además, el fiscal también solicita que no puedan acudir a ninguna manifestación en Barcelona durante cinco años, una orden de alejamiento de la víctima, así como una indemnización de 16.800 euros.