Diario de Mallorca.- Los acusados niegan su implicación en los hechos, ocurridos en septiembre de 2017, y la fiscal pide para cada uno de ellos multas de 300 euros.
Cuatro ultras del Real Mallorca han sido juzgados este miércoles en Palma por su presunta implicación en la agresión a varios aficionados del Atlético Baleares tras el partido que enfrentó a ambos equipos en septiembre de 2017. Los cuatro acusados han negado su participación en los hechos y han afirmado ante el juez que ni siquiera estaban en el lugar donde ocurrieron, en la barriada de La Soledat. La única denunciante que siguió adelante en el proceso judicial ha identificado solo a uno de los sospechosos y un testigo ha reconocido a otro de ellos. La fiscal reclama para cada uno de los acusados una multa de 300 euros por un delito leve de lesiones y que indemnicen a la perjudicada, que sufrió diversas contusiones, con 600 euros. El caso ha quedado visto para sentencia.
Los hechos ocurrieron en la noche del 2 de septiembre de 2017 en la plaza Sant Francesc Xavier, en Palma, cerca del campo del Atlético Baleares tras el partido de 2ªB que le enfrentó al Real Mallorca. Según la denunciante, estaba con un grupo formado por siete aficionados balearicos en la plaza cuando llegaron «unos 15» ultras del equipo bermellón. «Nos dieron una paliza a todos. Empezaron a gritar y a tirarnos botellines. Me dieron patadas y puñetazos. Fue todo muy rápido», ha contado la joven. La perjudicada, que tardó 15 días en recuperarse de las lesiones sufridas, ha reconocido a uno de los acusados «pero no al cien por cien» como uno de los agresores.
Un amigo de la denunciante, que entonces era su pareja, ha explicado que los agresores llegaron a la plaza gritando: «¡Supporters! ¡Balearicos, hijos de puta»!. Según su versión, empezaron a golpearles y a tirarles botellas. A la chica, ha explicado, «la rodearon entre cuatro o cinco y le dieron patadas y puñetazos». Este testigo a identificado «al 90 por ciento» a otro de los acusados.
Los cuatro denunciados, por su parte, se han desvinculado completamente de la agresión. Dos de ellos han explicado que tras el partido se marcharon a casa, otro ha dicho que acudió a un bar cercano a Son Moix y el cuarto ha asegurado que «ni siquiera» es seguidor del Real Mallorca ni estuvo en el partido aquella noche.
Los sospechosos fueron reconocidos por varias víctimas en sus declaraciones ante la Policía Nacional, pero todos excepto la chica que ha comparecido este miércoles en el juicio desistieron de continuar con el procedimiento judicial.
La fiscal, al concluir el juicio, ha solicitado una condena de 300 euros de multa para cada uno de los ultras por un delito leve de lesiones y que entre todos indemnicen a la denunciante con 600 euros.