Hay más de 20 detenidos tras una noche de saqueos, rotura de escaparate y agresiones a los agentes en la ciudad alemana
ROSALÍA SÁNCHEZ. ABC.- Los incidentes comenzaron a medianoche. Una patrulla de Policía realizaba un control en la zona de Schlossgarten, donde había gente joven de marcha y donde les constaba que se estaba trapicheando con drogas. Concretamente, habían pedido la documentación a un chico alemán de raza blanca que se negó a colaborar y que de inmediato fue apoyado por varias decenas de otros jóvenes, que se enfrentaron a la Policía. Tras ese primer momento violento y cuando los agentes ya se había nretirado, según la explicado el vicepresidente de la Policía de Stuttgart, Thomas Berger, unos 500 jóvenes que se tapaban la cara con pasamontañas o mascarillas se concentraron en el centro de la ciudad y se dividieron en grupos más pequeños que sembraron el terror en varias calles comerciales.
Agredían a los viandantes, rompían los escaparates y saqueaban las tiendas. «Hubo momentos en que la situación estuvo totalmente fuera de control», ha reconocido la Policía, que desplazó 280 agentes, de los que 19 han resultado heridos. La Policía no entendía a qué se estaba enfrentando ni el motivo al que respondían los disturbios. Los interrogatorios a más de 20 detenidos tampoco han servido para aclarar una causa comprensible. «Llevo 46 años trabajando como policía y les puedo asegurar que he visto muchas cosas, pero algo como esto no lo había visto en la vida ni había ocurrido nunca en las calles de Stuttgart», ha declarado el presidente de la Policía, Franz Lutz, «me he quedado sin palabras, no puedo explicarlo y les aseguro que este nivel de violencia nos sitúa en un escenario que nos obliga a replantearnos todo». «Aparentemente ha sido una violencia espontánea», ha tratado de explicar Berger, que admite que puede haber cierta relación con el clima contra la Policía que están generando los acontecimientos en EE.UU.
«Puro deseo de violencia»
«Era puro deseo de violencia», ha descrito la candidata de la CDU para las próximas regionales de Baden-Württemberg, Susanne Eisenmann, «hay grupos en nuestra sociedad que simplemente sienten violencia. Quieren sacar su ira contra las personas, atacar a la Policía y simplemente alborotar». «Esta sospecha generalizada contra la Policía es ciertamente un error y deja claro que las inhibiciones disminuyen», concluye tras lo sucedido, «tenemos que respaldar a nuestra Policía sin peros. Es importante aclararlo: no podemos tolerar tales brotes y no los toleraremos».
«El centro de la ciudad ha quedado destruido. Iban armados con barras de hierro, lanzaban adoquines que arrancaban del pavimento y destrozaban a su paso vehículos aparcados, postes, mobiliario público… Los vídeos son escalofriantes, las imágenes parecen corresponder a una guerra civil», ha declarado el diputado regional socialdemócrata Sascha Binder.
Las fuerzas del orden fueron agredidas por la muchedumbre. La cadena de televisión pública local SWR ha mostrado imágenes en las que se ve como un grupo vacía una joyería, destruye un restaurante de comida rápida y saquea un comercio de teléfonos móviles. «Tratábamos de impedir que entrasen en los establecimientos, pero nos golpeaban con barras de hierro, nos amenazaban con botellas rotas y nos agredían por docenas», ha descrito Patrick Holuba, uno de los agentes. «Soy padre de familia, vivimos de esto y no se si el seguro se hará cargo», decía al llegar a su destrozada tienda Eyob Russom, propietario de un negocio de telefonía móvil de raza negra que añadía «si alguien cree que así se lucha contra el racismo es que es muy estúpido».
«Estamos tratando de averiguar todos los detalles acerca de qué fue lo que pasó y qué puede ocurrir a partir de ahora, pero está claro que hubo vandalismo y que esos hechos de violencia contra objetos y contra personas son actos criminales que deben ser perseguidos», ha dicho presiente regional de Baden-Württemberg, Winfried Kretschmann, que ha condenado firmemente lo ocurrido.
El alcalde de Stuttgart, Fritz Kühn, también de Los Verdes, ha dicho por su parte que «tiene que quedar claro que en Stuttgart no puede haber espacios al margen de la ley. Estoy conmocionado por la explosión de violencia a la que hemos asistido, los daños gratuitos y los ataques a la policía. Es un domingo triste para Stuttgart».
La formación ultraderechista Alternartiva por Alemania (AfD) ha acusado a «los partidos de izquierda» y a los inmigrantes de ser responsables de los desórdenes en Stuttgart. «Con sus permanentes acusaciones de racismo contra los alemanes y la sospecha generalizada de racismo contra nuestra policía, los partidos de izquierda han importado los conflictos étnicos de Estados Unidos a nuestro país», ha declarado el experto en política interior de AfD, Martin Hess, en un comunicado en el que exige una política de «tolerancia cero» contra «inmigrantes que causan disturbios y sus cabecillas de ultraizquierda».
Por el contrario, la Policía de Stuttgart ha dicho que no hay indicio alguno de que los desórdenes hayan tenido una motivación política. «Durante las primeras horas creímos que podía ser así porque tratábamos de explicar lo que estábamos viviendo, pero no parece haber organización política detrás de esta violencia, ha sido violencia contra la Policía porque sí, por pura violencia», ha respondido Lutz.
Algunos periodistas locales señalan que el fin de semana pasado también se registraron algunos enfrentamientos entre grupos de jóvenes y policías en las calles de Stuttgart, pero sin alcanzar las dimensiones de estos últimos.