El País.- El uso y abuso que la campaña republicana está haciendo de su discurso antiinmigrante ha generado escenas de violencia oral y física en varios Estados. Para combatirlo, jóvenes migrantes de United We Dream han lanzado una campaña que colocará más de 35 vallas publicitarias en cinco estados para dar la bienvenida a los que llegan.”¡Los inmigrantes son bienvenidos aquí!”, “Todos es mayor en Texas, incluso nuestro amor por los migrantes” y “El odio antiinmigrante no tiene lugar en Ohio”, “En Wisconsin mantenemos a las familias unidas” son algunos de los mensajes que muestran.
“Desde Texas hasta Arizona y Ohio, nuestras comunidades han visto un aumento de la desinformación violenta contra los inmigrantes que ha resultado en amenazas, violencia y políticas que ponen en la mira a cualquiera que sea indocumentado”, ha denunciado Anabel Mendoza, directora de Comunicaciones de United We Dream, la mayor organización de jóvenes migrantes del país.
Los carteles se podrán ver en Arizona, Texas, Colorado, Wisconsin y Ohio, tanto en inglés como en español. Otras organizaciones que participan en la iniciativa son Arizona Center for Empowerment (ACE), Voces de la Frontera y Haitian Bridge Alliance.
“Los jóvenes inmigrantes se niegan a ser espectadores cuando las vidas de nuestras comunidades están en juego. Estos carteles son una declaración audaz y sin complejos de la humanidad de los inmigrantes y un recordatorio de que tenemos el poder de cuidarnos unos a otros, proteger y dar la bienvenida a los inmigrantes y rechazar este odio, independientemente de nuestro estatus”, ha declarado Mendoza.
El punto álgido del sentimiento antiinmigrante llegó cuando en la ciudad de Springfield, en Ohio, se sucedieron el mes pasado más de 30 amenazas de bomba en escuelas de primaria, edificios gubernamentales estatales y locales, lo que provocó cierres, la asignación de protección policial adicional y la instalación de cámaras de seguridad. El detonante fueron las noticias falsas distribuidas por el Partido Republicano y su candidato Donald Trump, que durante el debate presidencial del 10 de septiembre sostuvo que los haitianos de Springfield roban y se comen a las mascotas de los ciudadanos americanos.
Por muy disparatada que suene una afirmación como ésa, ha calado entre muchos simpatizantes de Trump, que, creyéndose la falacia de la amenaza que suponen, han atemorizado a los migrantes de la ciudad. Los residentes haitianos de Springfield han dicho que temían por su seguridad a medida que crecía el bulo entre la población y el alcalde, Rob Rue, ha recibido amenazas de muerte. Un grupo pro haitiano, The Haitian Bridge Alliance, ha presentado una demanda contra Trump y su compañero de papeleta electoral, el senador J.D. Vance, por inducir al caos con la difusión de información falsa. A la mentira sobre el absurdo de comer mascotas se suma el hecho de que los haitianos de Springfield no son indocumentados, como proclamaba Trump.
A los entre 15.000 y 20.000 inmigrantes haitianos que han llegado a esa ciudad en los últimos años, en muchos casos después de haber sido reclutados para trabajos locales, se les ha concedido el Estatus de Protección Temporal para estar legalmente en Estados Unidos.
Pero la creciente hostilidad contra los migrantes no se limita a la ciudad de Ohio. Varios otros Estados han experimentado hostigamiento y violencia contra ellos.
“Al igual que en Springfield, Ohio, en Wisconsin también se están utilizando mentiras como arma contra los inmigrantes para difundir información errónea, justificar tácticas de supresión de votantes e incitar a la discriminación racial y la violencia”, denuncia Christine Neumann-Ortiz, directora ejecutiva de Voces de la Frontera.
La inmigración ilegal es uno de los asuntos más discutidos en la campaña electoral y la candidata demócrata, Kamala Harris, ha acercado posiciones a las defendidas por los republicanos, abogando por una política más restrictiva contra la llegada de migrantes. El presidente, Joe Biden, endureció esta semana aún más las leyes del asilo que aprobó en junio.
Entonces se estableció que la frontera se cerraría cuando el número de migrantes llegara a 2.500 por día. Las cifras debían ser inferiores a 1.500 por día durante una semana para que las restricciones fueran suspendidas. El lunes pasado se amplió ese plazo a un mes. Y ahora el gobierno federal incluirá a todos los niños en esa cifra, mientras que la anterior sólo incluía a los niños migrantes provenientes de México.
La medida consiguió reducir el número de cruces ilegales en un 59% e hizo de julio y agosto los meses con menos detenciones por intentar entrar en Estados Unidos desde septiembre de 2020.
Arizona es uno de los pasos que más utilizan los migrantes para cruzar la frontera. Harris acudió a la zona el viernes pasado, donde se entrevistó con agentes de la Patrulla Fronteriza y prometió mano dura contra los cruces ilegales, en consonancia con las encuestas electorales, que muestran un apoyo de la población al reforzamiento de la seguridad en la frontera.
La campaña recién lanzada, sin embargo, busca empatizar con los migrantes. Estos carteles representan más que simples palabras; son una declaración pública de que los inmigrantes son bienvenidos aquí y esenciales para Arizona hoy y para nuestro futuro colectivo. Juntos, continuaremos exaltando la verdad, rechazando el odio y creando un estado donde cada individuo, independientemente de su estatus migratorio, pueda prosperar”, señala Cesar Fierros, director de Comunicación de Arizona Center for Empowerment.