Italia estalla contra los ultras de la Lazio que se mofaron de Anna Frank

, , | 24 octubre, 2017

Algunos hinchas radicales empapelan la curva del estadio con pegatinas de la niña asesinada por el nazismo con la camiseta del Roma, el equipo rival

DANIEL VERDÚ EL PAÍS.- En el inquietante imaginario ultra de la Lazio –también en el de tantos otros equipos de fútbol italianos-, “judío” es un ocurrente y ofensivo insulto al rival. Y lo peor es que el adversario así debe percibirlo para que continúe utilizándose con tanta frecuencia. El pasado fin de semana, durante el Lazio-Gagliari, algunos de Los Irreductibles, como se hacen llamar estos hooligans, inundaron la curva sur del Estadio Olímpico –que comparten con la Roma- con pegatinas fabricadas ad hoc con la cara de Anna Frank y la camiseta de su odiado adversario. “Anna Frank anima a la Roma”, rezaba el invento. Esta vez Italia ha estallado contra su última ocurrencia y la Federación de Fútbol italiana (FIGC) abrirá este martes una investigación que podría costarle muy cara a la Lazio por la reincidencia de su afición.

Porque los ultras ni siquiera deberían de haber estado ahí, en la curva que durante los partidos de la Lazio permanece siempre cerrada y donde se colocan normalmente los tifosi de la Roma. Un juez deportivo había decretado el cierre del fondo norte después de los cánticos racistas que durante el partido contra Sassuolo, el pasado 1 de octubre, habían gritado contra Adjapong y Duncan. Pero la Lazio, en un alarde de torpeza en la gestión del club, decidió vender a un euro las entradas de la Curva Sur durante los dos encuentros que duraría la sanción. La ironía del asunto es que el lema de la campaña era “Combatamos el racismo”, pero la jugada solo consiguió trasladar de fondo a los hooligans y estimularles para dejar la casa de su rival empapelada con las famosas pegatinas.

A diferencia de otras veces, el caso ha adquirido una enorme relevancia y los principales periódicos lo han llevado a primera página con duros editoriales. La queja de la comunidad hebrea de Roma impulsó la repulsa y La Repubblica, por ejemplo, ha publicado la misma pegatina repetida una decena de veces con las camisetas de varios equipos de la Serie y el lema: “Anna Frank somos todos”. La polémica, convertida en trending topic, ha llegado hasta la política. El Presidente de la República, Sergio Mattarella, lo ha definido como «un acto inhumano». La alcadesa de Roma, Virginia Raggi, la presidenta de la comunidad judía de Roma, Ruth Dureghello, o el presidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio Tajani, también lo han condenado. Y Matteo Renzi ha sugerido a los equipos de la Serie A que jueguen el próximo domingo con una Estrella de David en el pecho para protestar contra un problema que, en realidad, no es ni mucho menos exclusivo de la Lazio. De hecho, insultos parecidos se ven cada semana en las gradas de su equpo rival.

Paolo Di Canio, capitán de la Lazio, realiza el saludo fascista en 2005.

Paolo Di Canio, capitán de la Lazio, realiza el saludo fascista en 2005. 

Pero esta vez la Lazio, uno de los equipos con mayor historial de sanciones por racismo -el saludo fascista de su entonces capitán, Paolo di Canio, a los aficionados tras un partido dio la vuelta al mundo- ha tenido que disculparse y durante la mañana del martes, una delegación del equipo con su presidente a la cabeza y varios jugadores han llevado a la sinagoga de Roma una corona de flores para rendir homenaje a las víctimas del Holocausto y desmarcarse de la acción de sus ultras. Además, el presidente ha dicho que jugarán con la foto de la joven asesinada por el nazismo en la camiseta durante el próximo partido y la federación de italiana ha anunciado que en todos los estadios se leerá un fragmento del Diario de Anna Frank.

Arturo Diaconale, director de comunicación del club, explica a EL PAÍS la situación creada. “Hemos condenado inmediatamente este episodio que, lamentablemente, se creó a partir de una iniciativa contra el racismo. La Lazio es el único club en Italia que llevaba una línea de extrema intolerancia con el racismo. El presidente está pagando un precio muy elevado por ello, con amenazas de muerte incluidas, y tiene que llevar escolta. Pero ha tenido éxito, porque hace años que no hay incidentes físicos en la curva de la Lazio, banderas ofensivas o cánticos truculentos. Pero lamentablemente, hay que continuar con una acción educativa”.

Una pancarta en 1998 en un partido de la Lazio contra contra la Roma.
Una pancarta en 1998 en un partido de la Lazio contra contra la Roma. AFP
 

Además del gesto de hoy, el presidente ha anunciado que cada año la Lazio organizará un viaje de 200 aficionados al antiguo campo de concentración de Auschwitz para mantener viva la memoria de lo sucedido. Pero la tolerancia cero contra el racismo que empieza a funcionar con normalidad en otras ligas europeas llega con mucho retraso a Italia. El problema no es solo de los hinchas de la Lazio. Cada domingo puede escucharse cómo aficionados corrientes, con sus hijos al lado, se dedican a hacer el sonido del mono cuando un jugador negro del equipo rival lleva la pelota. En realidad, los ultras de la Roma también utilizan el mismo tipo de insultos contra los rivales de su ciudad y, como ya señalan en algunos foros, no sería de extrañar que en el próximo partido haya alguna reacción utilizando el mismo lenguaje.

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